Don Antonio ya insistía en los años de la movida: “marchaos”, no “marcharos”. Y sus alumnos se volvían locos. Don Antonio pertenecía a la vieja guardia que vigila el planeta de posibles invasiones alienígenas. El padre de Juan Vicente insistía en que un alienígena se le había metido en su local de la calle Doctor Bergez y que le desordenaba los cojinetes y el serrín. “Quedaros y lo veréis”, decía a sus hijos. Años después, cuando el padre de Juan Vicente murió y sus hijos desalojaron el local, advirtieron que había sido cierto: durante todos aquellos años solo un alienígena podía haber morado en aquel bajo húmedo.
Los alienígenas no invadirán nuestro planeta, sino a nosotros mismos, haciéndonos perder nuestro juicio. ¿Cómo lo sabremos? Le preguntaba yo a Rafa, mi compañero rarito de 5º de EGB, parapetada nuestra conversación por el Senda. Por el lenguaje. Nos afectará al habla. ¿En serio? Totalmente. Te daré una prueba irrefutable: mi abuela ha empezado a hablar al revés, no dice árbol, dice álbor. Rafa se marchó del colegio en 8º.
Lo cierto es que la invasión empezó hace tiempo. Al mismo tiempo que los ordenadores se volvieron locos porque no podían interpretar el año 2000. Ahora, solo los que pagaron 3000 euros a esas empresas pueden hacer que sus ordenadores funcionen. Tengo una vecina cuyo ordenador no funciona por esa razón. Además, está enferma del Mal de las Vacas Locas, del SARS y ayer me comentó en la escalera que mañana (como mucho el jueves) va a contagiarse de la gripe porcina. La invasión de los imperativos replicantes es otra realidad. Ya están aquí. Lo he leído en internet: conectaros. Lo he oído en la radio: acercaros. Lo he oído en la televisión: relajaros. Los alienígenas han invadido los medios de comunicación y han empezado con los imperativos, sustituyéndolos por infinitivos, mucho más dóciles y vulnerables a sus poderes mentales. Y esta solo es la primera oleada. Dentro de poco, otros replicantes contaminarán la pasiva refleja, que atacará luego al impersonal. Del impersonal al reflexivo hay un paso. Y a partir de ahí, el final, porque el reflexivo conecta con los pronombres personales. La supervivencia del ser humano está en peligro.
Pero aún estamos a tiempo. Aún podemos hacer algo para salvar a la humanidad: negaos a pronunciar un infinitivo seguido de un enclítico. No digáis marcharos porque nunca se irán, decid marchaos y quizá así puede que la raza humana sobreviva. Uníos a la resistencia.
Imperativos correctos: quedaos, marchaos. Imperativos incorrectos: marcharos, quedaros.
10 replies on “La invasión de los imperativos replicantes”
Excelente reflexión.
Y hay algo más grave aún, la costumbre cada vez más extendida de comenzar cualquier intervención en público con cun infinitivo.
Ejemplos:
“agradecer a todos que hayais asistido”, “decir que estamos muy orgullosos de… “. etc
Es una plaga que se extiende cual gripe porcina, pero esta es real, más grave.
Estupenda entrada, muchacho. Ojalá te prodigaras más.
César
Yo no me niego a pronunciar un enclítico siguiendo a un infinitivo, simplemente prefiero usarlo cuando sea correcto. Como en “usarlos”. O en “Voy a quedarme, ¿vosotros vais a quedaros u os marcháis?”. Pero estoy de acuerdo… la lengua se está deteriorando de tal manera que de aquí a dos días tendremos que usar el lenguaje de signos, porque no nos vamos a entender entre nosotros.
Bueno, es que los enclíticos que siguen a un infinitivo no son imperativos replicantes; si te encuentras con uno de ellos no tienes nada que temer: son de este planeta 🙂
Gracias por tu comentario, Aspirante.
Primera vez que visito el sitio y parece interesante. Me toca muy de cerca esto del buen uso del lenguaje y comparto la idea de promoverlo. Por eso y después de las felicitaciones tengo que poner el dedo en la llaga: en el texto ocurre dos veces el mismo “error”: el uso del adjetivo solo, en vez del adverbio sólo. Sin tilde significa alguien que tiene la condición de estar en soledad, con tilde equivale a solamente.
Saludos…
Estimado Doctor Seis Dedos:
No es un error, es correcto. En general (y no sé por qué) hay mucha gente que tiene tu misma creencia. Creo que debes leer el post “No pongas tilde a solo”, allí se incluye el artículo vigente de la Ortografía de la Academia de la lengua donde se expresa que solo se pone tilde el adverbio en caso de ambigüedad. En la inmensa mayoría de los casos de lengua escrita no se da ambigüedad. Otro caso es que muchos medios de comunicación han decidido poner siempre tilde al adverbio solo y eso es nuestra máxima influencia a la hora de escribir. Podemos poner siempre tilde a solo, pero por libre albedrío, y nuestro libre albedrío no genera una norma más que para nosotros mismos. Gracias por tu comentario. Un saludo afectuoso. Paco
Veo que me he saltado una lección y he quedado en falta. Asimismo, leí el artículo correspondiente sobre los solos y sólos y estoy de acuerdo con aquel que dice ser desconfiado de las ambigüedades (incluso cuando no aparentan serlo). En parte tienes razón en que el contexto determina en muchos casos el uso pero… (nuevamente desconfío) las reglas de la Academia nunca han sido de mi mayor gratitud. Apoyo la idea de un idioma sujeto a las normas de los usuarios y no de los trajeados que se dedican a deducir normas de los usos. Por eso, quizás en un tiempo no tan lejano esta norma cambie hacia el aparente mal uso actual. ¡Vamos, que ya han aceptado !
Querido doctor:
Este blog expresa decididamente esa idea en la “declaración de intenciones” que puedes encontrar en la página principal: partimos de la base de que “todo el mundo puede escribir como le salga de las narices”. Pero no podemos acoger las infinitas formas de expresión oral y escrita que genera el libre albedrío. Lo que trato es responder a aquellos que tienen interés por seguir una norma. Es lo que encontrarás aquí. Pero es que resulta que las normas cambian constantemente precisamente porque esos señores trajeados que tú comentabas se dedican a cambiarlas cuando un uso se generaliza (podrás encontrar también aquí algunos de esos cambios). Gracias por tu interés, y no te preocupes por la nota: aquí tenemos todos aprobado general 🙂
¡Estupenda entrada, como siempre! Estaba pensando en lo mal que hablamos y últimamente no dejo de sorprenderme al comprobar cuánta gente utiliza frases como esta: “contra más duermo, más sueño tengo” Agggg!!! ¿Pero si eso es más difícil que decirlo bien? En fin, que cuanto más pienso en lo mal que tratamos el idioma español, más pienso en la teoría de los alienígenas…Un abrazo Sanguino!
Muchas gracias por tu comentario, Elisa. Lo cierto es que me gustaría que hubiera menos fuentes de inspiración para redactar artículos en este blog.
Un abrazo, Paco