Miedo al ridículo

Miedo al ridículo y a la humillación en público

Cuando se tiene un miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas, se habla de Trastorno por Ansiedad Social.

Carolina, por ejemplo, no se atreve a levantar la mano y preguntar una duda al profesor sobre su explicación de un problema. Todos podemos sentirnos un poco azorados cuando queremos preguntar algo en público, pero en el caso de Carolina, su nerviosismo llegaba al extremo de ponerse a sudar abundantemente, de cerrársele la garganta, de sentir retortijones en el estómago y de tener visión en túnel, casi a punto de marearse.

Carolina además pensaba que haría el ridículo enormemente, que todos los compañeros en clase se reirían de ella y que la profesora le puntuaría negativamente porque debería saber la contestación a la pregunta que tenía en mente.

Como colofón, Carolina, no se atrevía a hacer la pregunta, ponía cara de póker y mirando a sus apuntes, seguía escribiendo temblorosamente, perdiendo parte de la explicación y viendo cómo sus manos sudorosas emborronaban las notas en su hoja.

Si ese es tu caso o parecido, al hacer una pregunta en clase o cuando te enfrentas a un examen, entonces necesitas asesoramiento especializado.

Puedes acceder a la Oficina Virtual del CAE y en el apartado de Asesoramiento Psicopedagógico cumplimenta el cuestionario de Miedo a la Evaluación Negativa.

También puedes leer unos pequeños consejos para afrontar el miedo a las exposiciones en público y ante las evaluaciones.