La universidad tiene menos dinero

En La Universidad sufre un recorte de 9.500 millones en ocho años (El País, 18/06/2019):

Las universidades públicas catalanas, que ocupan la parte alta en las clasificaciones académicas, han denunciado en un comunicado que su financiación es inferior a la de hace una década, “cosa que es insostenible”, y reclaman una revisión del modelo de financiación. Han perdido 1.023 millones de euros entre 2010 y 2017. Esa llamada de auxilio bien podría repetirse en casi todos los campus, porque el tijeretazo que sufrieron con la crisis está lejos de ser subsanado. En esos ocho años entre los 50 centros han dejado de percibir 9.498 millones, según datos del Ministerio de Educación. De forma que ha pasado de representar el 2,15% del gasto público al 1,6% en ese periodo. Las pensiones tienen cada vez más peso.

Si te equivocas de tipo de letra, estás fuera

En La misteriosa ausencia de una firma deja a una decena de científicos sin financiación pública (El País, 10/06/2019):

Su solicitud de dinero, según advertía la agencia, estaba escrita con el tipo de letra Times New Roman, tamaño 11, como mandaban las normas, pero había utilizado una dimensión inferior en algunos pies de foto y en las referencias bibliográficas. El error debía ser subsanado para que su proyecto pudiera ser evaluado para su posible financiación.

[…]

La química Aitana Tamayo cometió el error de utilizar el tipo de letra Calibri, en lugar de los permitidos Arial o Times New Roman, aunque respetó el tamaño 11.

¿Una universidad pública necesita anunciarse?

Visto en la página principal del periódico El País:

¿Unos juzgados necesitan anunciarse? No, porque no tienen competencia, son un monopolio.

Tampoco necesitan anunciarse los bomberos, los policías, ni la mayor parte de la administración pública. Y si alguna vez se anuncian, es más por crear un sentido de sociedad, de pertenencia o de recordatorio, más que por un fin comercial.

¿Un hospital público necesita anunciarse? Existen los hospitales privados, ¿por qué no se anuncian los hospitales públicos? Yo nunca he visto un anuncio de un hospital público, sí de hospitales privados.

¿Un colegio público necesita anunciarse? Existen los colegios privados, ¿por qué no se anuncian los colegios públicos? Yo nunca he visto un anuncio de un colegio público, sí de colegios privados.

Entonces, ¿por qué una universidad pública necesita anunciarse?

¿No será que una universidad pública, aunque sea pública, es algo “distinto” a las administraciones públicas?

Soy ‘millennial’ y me pregunto: ¿de verdad no podemos apagar el móvil en clase?

El artículo Soy ‘millennial’ y me pregunto: ¿de verdad no podemos apagar el móvil en el teatro? (El País, 31/5/2019) habla del teatro, pero bien se podría cambiar el teatro por una clase cualquiera de la universidad:

me gustaría comentar un dato que no solo me tiene preocupado e inquieto, sino que además me parece muy grave: desde el mismo primer día de clase hasta el último día no ha habido una sola función en la que no haya sonado al menos un teléfono móvil. Ni una. Luces que se encienden iluminando el patio de butacas, llamadas, mensajes o alarmas. O todas juntas.

La educación está viva porque se representa delante de los estudiantes sin trampa ni cartón. Cada uno de los movimientos, palabras o silencios de los profesores no están ahí por casualidad, todo tiene una intención dramática y narrativa. Y el silencio no solo es aliado de los profesores sino también del propio estudiante. Es necesario para que todo lo que se intenta transmitir desde la pizarra pueda envolver y atrapar a quien está sentado en el pupitre. Y créanme que las melodías de los teléfonos no solo es que no ayuden ni a unos ni a otros, sino que rompen la magia y la concentración en mil pedazos; y reconstruirla es ardua tarea. Para que nos entendamos todos, la llamada anónima que suena entre el oscuro de la multitud es tu madre abriendo la puerta de tu habitación a destiempo.

¿De verdad hemos llegado al punto en que no podemos estar una o dos horas sin comunicarnos con el mundo exterior? ¿Nos han robado el presente?