Nuevos gestos y campos semánticos

Que Joanneta tiene una personalidad clara y definida desde casi nada más nacer lo sabe todo aquel que la conozca y la haya mirado a los ojos. Ahora bien, cada día lo demuestra con cada cosa que hace: con sus gestos, con sus sonrisas, con sus enfados, con su forma de andar… Su gusto por imitar gestos la ha conducido a matizar su sonrisa. Ahora la acompaña de un breve gemido (parecido a ‘ay’) y de un abrir y cerrar de ojos. A veces incluso se muerde un poco la lengua. Lo ha aprendido de nosotros, claro está, pero lo usa cuando le place y sabiendo que con ello nos va a agradar. Hoy ha añadido una nueva palabra a su lexicón [‘wapo], [‘bapo] (<guapo). Ya sólo le falta añadir 'papá' para hacerme feliz. Sigue siendo un poco torpona al andar, pero mejora día a día. Al parecer los niños que no gatean son menos ágiles al andar porque tienen los músculos de la cadera menos desarrollados. La comprensión auditiva es increíble. Oye 'goset' (perrito en catalán) e imita el sonido del perro; oye 'tortilla' y pronuncia [am, am] que significa 'comer'. Ni que decir tiene lo que ello significa desde el punto de vista de la organización de su léxico y de los campos semánticos que lo componen. Puede decirse que ya hay pequeños campos semánticos en su lexicón. El principal, obviamente, está relacionado con la comida.

Guarderías y colegios bilingües

Cuando uno de repente se estrena en esto de ser padre empieza a preocuparse por cosas que hasta ese momento le parecían distantes e incluso aburridas. Una de esas preocupaciones es la de la guardería y el colegio al que llevar a tu hijo, en este caso, mi hija. Su madre y yo somos partidarios de la crianza natural y, de momento, la criamos en casa; pero el tiempo pasa y el día de llevarla a eso que hoy se llama “escuela infantil” se acerca. Buscando y visitando guarderías, una de las cosas que me ha llamado la atención es la poca oferta que hay de guarderías bilingües. Muchas guarderías anuncian clases en inglés, pero, al final, no pasa de una o dos horas (como mucho) en las que una cuidadora hace sus pinitos como profesora de inglés. ¿A nadie se le ha ocurrido hacer una guardería bilingüe? Estoy por montarla yo. Ya sé que la educación bilingüe no asegura personas bilingües, pero la razón principal es que la lengua en los colegios bilingües es una lengua instrumental y no una lengua de uso. No sirve de nada (o de casi nada) llevar a un niño a un colegio bilingüe si el colegio es el único contacto que tiene con la lengua. Los niños hablan español o catalán en el patio y entre ellos, y sólo si la profesora les obliga usan un precario inglés. La guardería podría ser una solución. El aprendizaje bilingüe debe empezar desde la edad más temprana. Los niños deben relacionarse entre ellos en inglés. Prefiero llevar a mi hija a un play-group en Baby-deli un día a la semana con niños angloparlantes que gastarme 600€ al mes en un colegio donde el niño aprenda -si lo aprende- un inglés instrumental.

El sentido del olfato

Joanneta ha comenzado a oler de forma activa, es decir, hace movimientos con la nariz y se acerca a oler cosas. No significa esto que antes no oliese, obviamente, sino que ahora es capaz de decidir cuándo hacerlo activamente. Su vocabulario suma dos nuevas entradas: ‘pipi y ‘y’astá’ (< ya está).

Jugando con sus palabras

Joanneta ha parecido descubrir el juego de usar las palabras que sabe para construir frases; aunque carezcan de sentido. Le gusta, por ejemplo, decir: ‘papá, mamá, tete’ o ‘iaia, iaia, papá’. Es como si supiese que las palabras sirven, además de para señalar cosas o personas, para construir oraciones, y juega con ellas a hacerlas.

A los 15 meses

El léxico de Joanna a los 15 meses es el siguiente: ‘mamá y mami’, ‘papá y papi’, ‘tete’, ‘iaia’ (abuela en catalán), ‘Pepe’ (de pollo Pepe), [amm] (comida, <ñam, yummy), [wo’wo] (perro, gato <guau), [meme] (me gusta, lo quiero), [‘aβi] (<David), [‘aβa, ba’βa, ‘baβa] (<aigua), ‘caca’. 11 palabras. Su comprensión del léxico es, por supuesto, mucho mayor. Entiende órdenes, alabanzas y otro tipo de comunicaciones sencillas. Todo ello me recuerda las técnicas y teorías del método de enseñanza de LE: Total Physical Response (de Asher). El léxico de su código inventado es riquísimo y difícil de reseñar. Este código mezcla palabras del código adulto con palabras inventadas y eso es una novedad si echamos la vista atrás. Antes sólo eran palabras inventadas. Con respecto a los gestos destacan: adiós y hola, señalar lo que quiere, aplaudir, sonreír, reír, etc., etc. Es capaz de seguir el ritmo de una canción moviendo la cabeza, el tronco y las piernas. También imita una especie de carrera descontrolada que hace su primo de 9 meses cuando lo acercas al suelo, pero ella de pie. Sigue jugando al ‘cucu-ta’, pero sus juegos favoritos son: coger cosas y dártelas; poner y quitar cosas de sitio o que le pidas un juguete por su nombre cuando está en la cuna y te lo dé. Puede estar mucho tiempo haciendo esto. Le siguen volviendo loca los botones y todo lo que se pueda tocar con tal de que sea pequeño o haga ruido. Su deseo de comunicarse verbalmente y de imitar los sonidos de las conversaciones de los adultos es constante. No ha dejado, sin embargo, de hacer sonidos monosilábicos, similares a los de los primeros meses, para pedir cosas o llamar la atención. Últimamente, además, hace un sonido insoportable (parecido al de una hiena) para pedir cosas cuando está enfadada y no consigue lo que quiere. Anda perfectamente aunque a veces pierde el equilibrio.

Lenguaje en ebullición

Hoy Joanneta cumple 15 meses y el lenguaje en ella está a punto de estallar. Es como una especie de cafetera a la que le quedan pocos segundos para regalarnos un buen café. Me refiero claro está al código adulto; el otro hace tiempo que estalló. Tiene tal necesidad de comunicarse de forma verbal que las palabras se incorporan como setas. Ayer no estaban y hoy ya están. Ayer incorporó [‘aβa] (=agua). Con respecto a los sonidos vocálicos, sigue igual. Faltan por aparecer la [o] y la [u]. Si bien las utiliza en onomatopeyas y en otras expresiones de su código infantil.

Sonidos [a, e, i]

Como ya he comentado en alguna ocasión, Joanneta parece hablar dos códigos: el suyo propio, que es incomprensible aunque claramente entonativo y fonético; y el código de los adultos, en que aparecen pocas palabras pero completamente claras. En su código aparecen muchos sonidos tanto vocálicos como consonánticos. En el de los adultos, las vocales se reducen a tres: [a, e, i]. La [i] es una nueva adquisición. Al ‘papa’ y ‘tete’ ha añadido recientemente ‘avi’ y ‘papi’. Es extraño, pero, así como al principio le volvía loca decir ‘mamá’, ahora casi no lo dice. Su comprensión del lenguaje adulto es sobresaliente. Comprende casi todo lo que le decimos en catalán y castellano. En cuanto al inglés, comprende principalmente las órdenes: follow me, wait, turn left, no, etc.

Deditos de cirujano

Joanneta tiene un interés inusitado por las cosas pequeñas. Sus deditos tienen la precisión de un cirujano. Se acercan a una pequeña miga de pan y con la habilidad de alguien que está acostumbrado a comer arroz con palillos lo coge, lo mira y te lo ofrece. Ofrecer y tomar es una de sus más importantes aficiones. Su verborrea incomprensible continúa. Habla con sus muñecos o a veces con nosotros. Es como si manejase dos lenguajes: el nuestro, del que domina unas pocas palabras; y el suyo en el que nos cuenta cosas que sólo ella entiende.