Georg Simon Ohm (1787-1854) fue profesor en Colonia y más tarde catedrático de Física de la Universidad de Munich. Ohm aplicó al fenómeno de la electricidad por un alambre algunos de los descubrimientos hechos por Fourier (1768-1830) sobre la propagación del calor por conducción entre dos cuerpos a distinta temperatura, mediante una analogía entre la corriente eléctrica y la transmisión del calor. En el año 1827 propuso la relación entre diferencia de potencial (V), intensidad de corriente (I) y resistencia (R) conocida como ley de Ohm (I = V/R) y publicó ese mismo año sus resultados en un artículo titulado “el circuito galvánico investigado matemáticamente”.
Realizando experimentos con cables de distinta sección y longitud concluyó que la resistencia (R) es directamente proporcional al área (S) de la sección e inversamente proporcional a su longitud (L), R = ρS/L, siendo ρ la resistividad del material. La unidad de la resistencia eléctrica en el sistema internacional, el ohmio (Ω), lleva su nombre. Sin embargo, su trabajo tuvo una mala acogida y hubo que esperar para que fuera reconocido hasta 1845, año en el que Kirchhoff (1824-1887), siendo estudiante en Könisberg, formuló las dos leyes de los circuitos que llevan su nombre: la ley de los nudos, relacionada con la conservación de la carga eléctrica, y la ley de las mallas, relacionada con la conservación de la energía, y además interpretó correctamente el significado de la V en la ley de Ohm como una diferencia de potencial y no como una fuerza “electroscópica” como la consideraba Ohm.
Agustín Udías Vadiñas, Historia de la Física: De Arquímedes a Einstein. Editoríal Síntesis. Madrid, 2004.
Mª Carmen Pérez y Paloma Varela, Orígenes del electromagnetismo. Oersted y Ampère. Nivola libros y ediciones. Madrid, 2003.