2015, Año de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz.
La naturaleza ondulatoria de la luz, demostrada de forma convincente hacia 1801 por un médico inglés llamado Thomas Young (1773-1829) con uno de los “experimentos más bellos de la física”, el de la doble rendija.
Thomas Young nació en Inglaterra en 1773 en el seno de una familia cuáquera y recibió una educación estricta. Fue un niño prodigio. A los dos años ya leía y a los seis había leído la Biblia dos veces de cabo a rabo. Conocía una docena de lenguas incluidas el latín y el griego antiguo y estudió Medicina, aunque a la larga no tuvo éxito como médico, en parte por su poca habilidad para reconfortar a los pacientes. Con 28 años abandonó la práctica médica para unirse a la Royal Institution de Londres. Fue uno de los primeros en descifrar jeroglíficos egipcios y desempeñó un papel esencial en la descodificación de la piedra Rosetta. También fue un lingüista fenomenal, el primero en identificar similitudes entre numerosos idiomas a los que denominó indoeuropeos.
Realizó estudios sobre la visión y el ojo humano y propuso la teoría tricromática de la visión confirmada hace poco más de medio siglo. Investigó sobre el sonido, la audición y la voz humana y fue entonces cuando se preguntó si el sonido y la luz no tendrían la misma naturaleza ondulatoria. Llevó a cabo descubrimientos en prácticamente todos los campos que estudió, incluyendo mecánica y elasticidad. Para muchos Young es “el último hombre que lo sabía todo”. ●
Su contribución fundamental al campo de la luz es el experimento de la doble rendija, considerado como uno de los experimentos “más bellos de la física”, y que probaba que la luz sufre el fenómeno de las interferencias que es propio de las ondas. Entre los años 1801 y 1803 Young presentó unos artículos ante la Royal Society exaltando la teoría ondulatoria de la luz y añadiendo a ella un nuevo concepto fundamental, el llamado principio de interferencia. Cuando se superponen las ondas provenientes de dos fuentes luminosas puntuales, sobre una pantalla colocada paralela a la línea de unión de los dos orificios, se producen franjas claras y oscuras regularmente espaciadas. Éste es el primer experimento en el que se demuestra que la superposición de luz puede producir oscuridad. Este fenómeno se conoce como interferencia y con este experimento se corroboraron las ideas intuitivas de Huygens respecto al carácter ondulatorio de la luz.