Hoy día en plena expansión de internet y de todo un abanico de nuevas tecnologías, la capacidad de difusión informativa a gran escala ha hecho que seamos conscientes de cualquier suceso en cualquier punto del globo. Es el concepto de glocalización llevado a la práctica. Estamos inmersos en una sociedad de información, amplia y variada, y que, empleada de manera errónea, puede provocar el efecto contrario al de informar, y crear una generación narcotizada incapaz de absorber toda la información que se le brinda. http://www.ub.edu/prometheus21/articulos/obsciberprome/socinfsoccon.pdf
Un claro ejemplo es la muerte del terrorista más buscado en una década, Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, y a quien se le asocian los atentados del 11-S. En cuestión de horas la noticia era sabida en cualquier lugar del mundo, desde el momento en el que el presidente de los EE.UU. Barack Obama daba la noticia a los medios.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Estados/Unidos/mata/Osama/Bin/Laden/elpepuint/20110502elpepuint_4/Tes
¿Hasta qué punto se puede considerar que se trate de información a medio gas? ¿Están exponiendo todo lo que saben o están ocultando información? ¿Podemos hablar de utilización de los medios para relanzar la imagen de una figura política?
Durante el debate sobre la reconstrucción de la Zona Cero de Nueva York, surgió la polémica al aprobarse, con el apoyo del presidente Obama, la construcción de una mezquita próxima al lugar del trágico atentado. El resultado no fue tan catastrófico para la infravalorada sociedad musulmana como para Obama, cuya popularidad cayó en picado, del mismo modo que la confianza que los americanos depositaban en él.
http://www.lanacion.com.ar/1297222-polemica-en-nueva-york-por-la-construccion-de-una-mezquita-cerca-del-ground-zero
De esto menos de un año, y como agua de mayo, nos encontramos con la muerte del principal enemigo declarado de Estados Unidos.
Rara vez los cargos políticos actúan al margen de el conocimiento de la sociedad, conscientes de que la pujante sociedad de la información se hace eco de todo y lo difunde como la pólvora entre sus componentes.
Y es que hoy en día los medios funcionan como una guía sobre lo que debe interesarnos más o lo que queda en segundo lugar, en función del énfasis y la cobertura que le dan a una noticia. Siguiendo la teoría del Framing, incluso aferrándose al mayor grado de imparcialidad posible, cuando se genera una noticia, solo el modo de contarla o de decorarla con contenidos extras (imágenes, gráficos…) ya se está volcando un énfasis que se transmite a los públicos, de los cuales se contagian. Por lo que podemos hablar de un programa de intereses y temas de conversación que llegan a la calle de la mano de los M.C.M. Es decir, son los medios los que dictan qué requiere atención o que está pasado de moda, y por consiguiente que novedosa noticia le sustituye (teoría de la suma cero).
¿Hasta qué punto los medios que nos influyen, son influidos por las esferas de poder?
Manuel Quirante
Está claro que los medios de comunicación suelen mostrar la información de forma sesgada o desde el punto de vista que quieren. La información sobre Bin Laden es un ejemplo, pero quizás es más claro el 15-M y todo el movimiento #acampadasol y todas las que se han extendido por España.
En ellas se observa claramente el ‘framing’ sobre todo en los medios más afines a la derecha, como La Razón, El Mundo o Intereconomía, que han querido desprestigiar desde un inicio las movilizaciones.