La comunidad musulmana

Tras la conquista de la ciudad en 1238 el estado feudal aragonés adoptó una política de tolerancia con respecto a los musulmanes, se tenía como objetivo preservar el potencial humano y económico que estos representaban. La comunidad musulmana fue obligada a adaptarse al régimen señorial de los vencedores. La mayoría de la comunidad estaba formada por pequeños propietarios y jornaleros agrícolas cuyas condiciones de vida son precarias.

El régimen señorial sobre el que se integran se caracteriza por dos tipos de propiedad: la alodial y la propiedad enfitéutica.  En el primer caso el propietario dispone de su bien sin ninguna limitación, debe, sin embargo, pagar la peíta (impuesto municipal) y el diezmo. En el segundo caso, la propiedad se divide entre el señor eminente y el enfiteuta; este último paga al señor eminente censos y prestaciones económicas diversas. Aunque los musulmanes poseían tierras alodiales tanto en tierras señoriales como de realengo, parece que la formula más utilizada es la enfitéutica, que predomina en todos los señoríos laicos y eclesiásticos. Por este motivo la comunidad musulmana va a pagar censos en metálico y especies.

Tras la conquista en el siglo XIII se prometió a la comunidad musulmana la libre circulación de bienes y de personas, en los siglos XIV  y XV esa promesa se había desvanecido. Con el fin  de conservar intacta su mano de obra, los señores prohíben a sus vasallos musulmanes abandonar los límites de su señorío sin la autorización de su Baile y garantizando con sus bienes su regreso. Están también obligados a utilizar los establecimientos señoriales; los molinos de aceite, de alheña, de arroz, de granos los hornos, las tabernas y las carnicerías. Todos estos monopolios señoriales se conocen como regalías, y son uno de los medios por de que disponen los señores para apropiarse de los excedentes de sus vasallos.

A simple vista puede parecer que la suerte del campesino musulmán era la misma que la del cristiano, pero en realidad se les exige más, a partir del siglo XIV se les impone unas prestaciones personales o trabajos que se conocen con el nombre de Çofras. En general se reclama a la aljama un día al mes de trabajo para efectuar talas de bosque, trabajos de labranza, de sirga y reparaciones.

A finales del siglo XIV y principio del siglo XV la población musulmana aun continua siendo numerosa, alrededor de 160000 habitantes en el reino de Valencia. La convivencia pacífica entre las diferentes etnias se va agudizando tanto la de mudéjares como judíos. Tras la conquista de Granada la población  musulmana será obligada a convertirse al cristianismo pasando ahora a denominarse moriscos.


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