Principales escuelas catedralicias. Fuente: Historia de la educación occidental Tomo II
Aunque el humanismo ganó bastantes adeptos en Francia y Alemania, durante todo el siglo XV, ninguno de estos territorios se dejó arrastrar con tanto entusiasmo comparable y con mucho arraigo como fue Inglaterra. En sus principios, fue recibido por las escuelas gramaticales como ratificación de la fe, pero no tardó en quedarse al margen y empezar los ingleses a sentirse más atraídos por el fervoroso humanismo secular italiano.
La instrucción en Inglaterra no tiene atención alguna hasta bien entrado el siglo XII, no había razones de presumir y el recelo a las escuelas elementales y de latinidad francas estaba patente. Las primeras andanzas en la educación datan del siglo VIII, siendo de herencia claustral e influencia normanda. La influencia desde el otro lado del Canal de la Mancha era tal, que muchos de los manuscritos de enseñanza permanecieron en francés hasta bien entrado el siglo XV. Había una importante desorganización diocesana encargada de la administración de la enseñanza al no haber sucumbido a la romanización, que sólo quedo resuelta con las escuelas catedralicias. Sin bien nunca tuvieron una larga duración en el tiempo, al menos contaron con un tramado jerárquico eclesiástico dispuesto a reglar la educación.
Las escuelas de canto, gramaticales y amanuenses o conocidas como de latinidad sufrieron a finales del siglo XIV cambios sustanciales en las relaciones y funcionalidades de un gran espectro de materias. Muchas de ellas empezaron a hacerse mucho más complejas y seguir el ritmo de las universidades catedralicias seculares punteras de Oxford y Cambridge.
Con los prilar burguesa deseosa de ampliar sus conocimientos, se comenzó a oficializar escuelas elementales clandestinas que tenían un mayor contenido de materias de tendencia humanista, pese a que inclusive fueran pobres en conocimientos básicos. Pero el reconocimiento regio no se quedó ahí, sino que el mismo monarca Enrique IV ya promulgó a favor de aceptar alumnado de origen humilde; eliminando las restricciones por condición social sobre el campesinado.
Por otro lado la aristocracia inglesa a principios del siglo XV, seguían modelos de instrucción y enseñanza italianos. Y las escuelas de promoción burguesa, bajo sanción eclesiástica, empezaron a enseñar las “cientias primitivas” o ciencias primitivas.
Sin embargo todo esto, queda ensalzado en la documentación inglesa y muy bien precisado, sólo es un bajo porcentaje por donde se introducirá poco a poco el humanismo. Generalmente la proliferación de nuevas escuelas fue escasa y sólo de la mano de los más pudientes. Principalmente predominó: espacios de muy pocos alumnos, escuelas catedralicias y monacales, junto a los caritativos y unas enseñanzas básicas en la gramática con libros de texto propios de principios del s. XIII.