Hemos visto que el cambio en la ideología de una sociedad fue el hecho detonante para que se puedan producir una serie de transformaciones que han conseguido marcar el origen de una nueva época histórica. Pero, vamos a concretar qué es lo que realmente consideramos por Humanismo y sí es lo mismo que entendemos por Renacimiento o uno deriva del otro.
La palabra “humanista” ya aparecía en Cicerón. Pero el valor que recibe hoy en día viene definido sobre todo por su empleo en los escritores italianos del s. XV, que ya se calificaban como verdaderos humanistas que rescataban la literatura del mundo antiguo escrita en latín, griego o hebreo. La palabra “renacimiento” quiere decir “volver a nacer” quiere volver a beber de la belleza estética y perfección alcanzados en el mundo greco-romano. Podemos decir que ambos términos hacen alusión a un cambio en la ideología por lo que no podemos considerarles como simples hechos aislados surgidos de repente en una época y lugar. Podemos considerar el movimiento humanista como un episodio dentro del Renacimiento y en cierta manera precursor del mismo, centrado sobre todo en el ámbito literario, filológico y religioso mientras que el Renacimiento abarcaría más aspectos en si, como el artístico por ejemplo.
L. Philippart define el humanismo como un movimiento estético filosófico y religioso al mismo tiempo, preparado por las corrientes del pensamiento medieval, pero que se manifiesta como algo radicalmente diferente, aparecido en el s. XV en Italia y difundido en el s. XVI por toda Europa, caracterizado por un esfuerzo, a la vez individual y social por afirmar el valor del hombre y de su dignidad y fundar en su estudio “un modo de vida por el que el ser humano llegue a ser eterno”. Nos parece una buena definición ya que resalta el Humanismo como introductor de un enfoque antropocéntrico que prestigia la personalidad humana frente a la autoridad divina. Pero no hay que olvidar que en general, los humanistas descubrieron al hombre con Dios y no frente a él. En esta época aún sería absurdo oponer totalmente al Creador y criatura.
Así podemos decir que el humanismo se fundamenta en una herencia medieval aunque luego reaccione totalmente en su contra. Para la enseñanza de los jóvenes bebe aún del Trivium medieval (Gramática, Retórica, Dialéctica) aunque ya enfocado en temas más renovadores como, la dignidad humana y la educación, entendidos como medios para transformar el mundo. Se fundamente en un redescubrimiento de la antigüedad y en una filosofía propia del humanismo, donde la razón y el hombre se ponen en la balanza donde antes solo estaba fe y Dios. Destacando la escuela de Platón, el neoplatonismo y el más polémico averroísmo paduano que apostaba por una separación total de la filosofía y de la fe. Se impartía con frecuencia en la universidad de Padua, mientras se aparentaba criticarla en nombre de la religión amenazada. Se trata de inicios de una filosofía que va enfocada más hacia el racionalismo en oposición a la escolástica que dominaba todo el pensamiento medieval.
