Como he señalado en una entrada anterior, Rousseau era deísta. Para conocer un poco más este concepto me serviré de la definición que de él nos ofrece la enciclopedia filosófica Symploké, a saber:
“Doctrina teológica que reconoce la existencia de un Dios único, pero le niega el gobierno y la providencia de los asuntos del Mundo. Según esta definición, Aristóteles, el fundador de la teología natural metafísica, debería ser clasificado retrospectivamente como deísta, al igual que Voltaire, Rousseau, Volney y otros muchos ilustrados del siglo XVIII (que no eran ni ateos, ni agnósticos, aunque generalmente eran anticlericales). El deísmo se mantiene al margen de las religiones positivas y, a lo sumo, admite una religión natural, sin dogmas, sin templos, sin sacramentos o sin sacerdotes.
Fue término acuñado en el siglo XVI por los socinianos para distinguirse de los ateos, y que Blas Pascal opone al ateísmo y al cristianismo. Kant lo identifica con el teísmo. En general se considera que el término designa a todas las doctrinas que niegan la religión revelada, considerada como mera superstición, y aceptan una religión natural en la que existe un Dios concebido como Arquitecto Supremo del Universo. Esta doctrina fue aceptada por ilustrados como Voltaire y Dionisio Diderot”.*
*Obtenido de “http://symploke.trujaman.org/index.php?title=De%EDsmo“