Vasco de Quiroga, que fue el obispo de Michoacán, al descubrir la tremenda realidad de los nativos en las tierras del Nuevo Mundo, se convenció que las leyes y costumbres hispánicas no eran adecuadas para resolver los conflictos entre los indios y los colonizadores. Fue la razón por la que, inspirándose de la Utopia de Tomás Moro, optó para la formación de poblados agrícolas. Se trataría entonces para los nativos de convivir con frailes y ser sujetos a reglas y ordenanzas. Como hombre renacentista, dio ideas nuevas y con gran sentido social. Quería realisar como un ideal evangélico en la comunidad indígena.
Muchos de los misioneros del Nuevo Mundo tenían estos mismos sueños, pero es probable que, al menos en sus formas de realización comunitaria, la más altas realizaciones históricas del utopismo evangélico fueron en las Indias, los pueblos-hospitales de Vasco de Quiroga. El primer pueblo-hospital fue el de Santa fe, en el cual miles de indios se bautizaron y llevaron una vida cristiana. Estos pueblos-hospitales eran al mismo tiempo pueblos para vivir, hospitales y escuelas, centros de instrucción misional, artesanal y agrario.