Una de sus pasiones fue la arqueología. En la Cavidad conocida desde siempre, se han hallado restos arqueológicos (hachas pulidas y algunos fragmentos de cerámica con decoración incisa, hasta la Edad del Bronce). Fue explorada con fines arqueológicos en agosto de 1951 por parte de tres excursionistas: los señores Mario Brotons Jordá, Héctor García Llácer y Juan Pastor Femenía, dos de ellos socios del Centre Excursionista d’Alcoi. Su importancia viene dada por las pinturas rupestres que se encuentran en los abrigos situados frente a esta cavidad, uno de los más importantes del arte Rupestre, declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en 1998.
La cavidad sirvió, posiblemente, de refugio e incluso vivienda más o menos temporal, unos 2000 años a.C.
En aquella intervención arqueológica de 1951, en el interior de la cavidad se excavó una cata de 150×100 cm y 60 cm de profundidad en la que aparecieron restos de la Edad del Bronce: cerámicas con superficies lisas; cerámicas decoradas con líneas incisas; elementos de sílex pertenecientes a una hoz; hachas y azuelas de piedra pulida; cuentas de collar de conchas marinas y colgantes; punzones de hueso, y tres dientes humanos. Los objetos recuperados fueron depositados en el Museo Arqueológico Municipal de Alcoi.