Agricultura

Los aztecas ocuparon al principio las peores tierras del valle, pero llegaron a hacerse casi autosuficientes en productos agrícolas. Según aumentaba la población y crecía la ciudad, necesitaban mayores extensiones de tierra para los cultivos. Sacaron tierras del lago para formar las chinampas (huerto muy fértil que preparaban los aztecas en los lagos poco profundos de los alrededores de sus asentamientos apilando cieno y restos de vegetación) y en otras zonas establecieron un sistema de rotación de los cultivos para aprovechar la plena capacidad productiva de los campos. A la estación seca del crecimiento, en enero, la seguía un corto invierno frío, mientras que de mayo a octubre el tiempo era caluroso y húmedo. Todas las plantas eran hijas de la sagrada Madre Tierra.

El sistema social azteca proporcionaba medios para que la gente pudiera vivir reunida armoniosamente en número considerable. La economía doméstica y tribal de los aztecas ofrecía alimento, habitación, útiles de trabajo y vestido, cosas a las que el hombre debe en gran parte su posición dominante sobre la tierra. La medida de una sociedad humana puede estimarse por las relaciones entre la organización del pueblo mismo y el uso de los materiales para construcción de casas y para equiparlas. La economía de los aztecas tenía la misma sencillez básica de su organización social, así como la misma flexibilidad expansiva a fin de satisfacer las necesidades de una población en aumento.

La agricultura era la base de la vida azteca y el maíz, (zea mays) que era la planta alimenticia por excelencia. El cultivo de las plantas aseguraba un abastecimiento social de alimentos cerca de la mano, que no estaba sujeta a las vicisitudes de la caza, y por lo tanto, daba al hombre la oportunidad de pensar en el mañana. El sistema del clan, como hemos visto, reconocía que los frutos de la tierra eran para el sostenimiento de la tribu, siendo, por lo tanto, sencillamente natural que la tribu poseyera y administrara la tierra que sostenía a sus miembros. El consejo tribal dividía la tierra entre los clanes, y los caciques de cada uno de ellos distribuían las raciones, a su vez, entre los jefes de familia, justa y equitativamente. También se reservaban zonas para el sostenimiento del jefe y el personal del templo, para los abastecimientos de guerra y para el pago de tributos, todas ellas trabajadas en comunidad, aunque, sin duda, también con esclavos. A la muerte de un usufructuario, la tierra pasaba a sus hijos, y si moría sin descendencia la propiedad volvía al clan para que se volviera a distribuir, como sucedía también si el propietario no cultivaba su parcela durante un periodo de dos años. Este sistema podía funcionar equitativa y provechosamente para todos los interesados, mientras una sociedad se mantuviera relativamente estática y tuviera tierra labrable disponible. Sin embargo, en el Valle de México este sistema dio lugar a desigualdades.

Así pues, los principales cultivos son: maíz, tabaco, chiles, fruta y maguey.

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