Francia también invirtió esfuerzo e interés por la exploración ultramarina debido a que en parte tenía experiencia marítima porque fueron grandes conocedores del Atlántico y Cantábrico y realizaban desde hacía tiempo viajes con sus balleneros.
También se dedicaron a realizar actividades como corsarios en las Antillas desde 1506 pero fue en 1521 cuando el florentino Jean Florín al servicio de Francisco I de Francia capturo en las islas Azores a la flota de Hernán Cortes cuando trasladaban el Tesoro de Moctezuma.
El explorador pionero del país galo fue Jacques Cartier que entre 1534-42 realizo expediciones por América del Norte. Sus múltiples anotaciones sobre puntos geográficos sirvieron para cartografiar vías navegables de la costa este de Canadá. En el siglo XVII se realizaron multitud de expediciones como fue el caso del explorador Rene Robert Cavelier de la Salle que recorrió la región de los Grandes Lagos en América del Norte, así como territorios colindantes entre la Quebec y el río Mississippi. Louis Antonine de Bougainville pudo realizar la vuelta al mundo, así como explorar islas Salomón, Nuevas Hebridas, Maldivas, Tahití y Samoa.
En el siglo XVIII el marino Jean-François de la Pérouse prosiguió con los trabajos de los exploradores Cook y Bougainville del Océano Pacífico explorando Filipinas, Macao.