Francisco Jiménez Cisneros, nacido en Torrelaguna en 1436 bajo el nombre de Gonzalo aunque más tarde adoptó el de Francisco, sin embargo es más conocido como el cardenal Cisneros.
Religioso franciscano y asesor del estado, fue el tercer inquisidor general de Castilla además de regente de ésta a la muerte de Fernando el Católico.
Estudió en Alcalá de Henares, Salamanca y Roma donde se ordenó sacerdote. Tras sufrir una crisis espiritual entró en la orden de los franciscanos donde cambió su nombre por el de Francisco en honor a San Francisco de Asís.
En 1492 se convirtió en el confesor de la reina Isabel I, y en 1495 (tras la muerte del cardenal Mendoza) fue nombrado arzobispo de Toledo.
Importante figura política además de exponente cultural ya que fundó en Alcalá de Henares la Universidad Complutense en 1499. Otro trabajo significativo de este personaje fue la Biblia Políglota Complutense.
Como curiosidad, destacamos la ordenanza de Cisneros por la cual fijó el apellido paterno. Esto es: antes de dicha ordenanza las personas respondían a un nombre y un apodo relacionado con el lugar de procedencia o el oficio, lo que significaba que en una misma familia podía haber más de un apellido y por lo tanto era un caos administrativo. Como solución, el cardenal Cisneros obligó a identificarse con un apellido fijo.
Los días de Francisco Jiménez de Cisneros terminaron el 8 de noviembre de 1517 en Roa cuando acudía a recibir al futuro rey de España Carlos I. Sus restos se encuentran en la Iglesia de San Ildefonso de Alcalá de Henares.