Sandro di Mariano Filippei, más conocido como Botticelli, era el menor de cuatro hijos y se convirtió en aprendiz a los catorce años de edad, lo que indica que redicibió una educación más completa que otros artistas del Renacimiento.
Su formación como artista vino de la mano de Filippo Lippi, quien le mostró el camino y las técnicas para realizar grandes obras pictóricas con un gran control sobre las formas tridimensionales y la formación de rostros y gestos con gran delicadeza y expresividad, su talento pronto le proporcionó encargos, de familias y personajes tan ilustres como los Medicis o el papa Sixto IV.
Cabe destacar de entre susobras “El nacimiento de Venus”. Esta famosa obra fue pintada en 1485. Es una témpera sobre tabla con unas medidas de 1,72x 2,78 m, y se localiza actualmente en la Galería de los Uffizi en Florencia.
En esta obra observamos una clarísima influencia grecolatina dado que recuperó los temas mitológicos y los desnudos anteriores a los siglos de vírgenes puritanas perfectamente vestidas.
El contenido de este cuadro nos muestra la llegada de Venus a la isla de Citerea y no su nacimiento como muchos piensan. Supuestamente el nacimiento de Venus se produce tras haber emergido del mar sobre una concha la cual es empujada hacia la costa por los soplos del dios del viento y su mujer, la dama de las flores.
En la parte derecha de la composición espera la “Primavera” para arroparla con un manto bordado de flores puesto que Venus está desnuda.
Esta obra no solo quiere reflejar la belleza de la mujer sino más bien la belleza del conjunto de la naturaleza actuando sobre un solo elemento.
La obra tiene una gran cantidad de símbolos: las rosas hacen referencia al amor (alegría y dolor), la concha implica fertilidad y el mirto de la Primavera simboliza cariño, afecto eterno.
Omar Jiménez Pérez