Yusuf I y los palacios nazaríes (1332-1354)

Si recordamos a Yusuf I como el derrotado en la batalla del Salado ( 1340) justo es recordarlo también como el soberano que gobernó en la Alhambra en una de las épocas de mayor esplendor del sultanato. A él se le debe la inauguración de la primera universidad que tuvo Granada.

El arte nazarí, como todo el arte islámico en general, se realiza por mandato del sultán para exaltar su poder y corroborar su legitimidad. Por esta razón la residencia del sultán, la Alhambra, es foco creador y difusor de la artes. La Alhambra fortaleza, adquiere con Yusuf I una nueva función, la de morada para la vida palatina . Un espacio para el deleite de los sentidos: “! Di que es una fortaleza y a la vez una mansión para la alegría!”

Las austeras paredes, los oscuros techos y los suelos, son ahora engalanados con alicatado de azulejos, estucos y maderas labradas. Mientras en el exterior se mantienen las fuertes torres y los robustos muros.

Los toscos muros guardan con su fuerza los tesoros que esconde en el interior, como la áspera piel guarda el fruto delicado y sabroso,como colmenas los macasares cuelgan apiñados de los ángulos, y en los techos se anticipa el paraíso. No hay lugar para el vacío, y nada sobra. Los estucos asemejan el primor de los encajes, la filigrana del orfebre sobre los arco. Mientras todo se sostiene sobre frágiles columnas.

Los patios son ventanas por donde su cuelan la luna y las estrellas de los poetas ( los mismos poetas que le tatuaron cartas de amor sobre sus muros), y las fuentes son espejos para capturarlas. Pero, por si acaso, el arrullo de las palomas, el murmullo del agua, el aleteo de las hojas, nos recordará la presencia de una belleza más próxima, y más fugaz.

Las ciudades nazaríes

En un principio destacar el papel primordial de la ciudad en el reino nazarita, como lo fue en los espacios islámicos medievales. En la ciudad reside el sultán o sus representantes, en ella se imparte justicia y se resuelven cuestiones administrativas. Es también el lugar donde es posible la promoción personal y el enriquecimiento.

La elección de Granada como residencia del sultán y centro político del Reino de Granada obedece, entre otros, a las posibilidades de explotación del territorio que ofrece la ciudad. La antigua Madinat Ilbira, su predecesora, tenía graves deficiencias de aporte hídrico, esta deficiencia se subsanará con el nuevo emplazamieto y del que se verá favorecida por los aportes del Darro y del Genil, además de la acequia de Ainadamar ( siglo XI ). La vocación agrícola del nuevo poder político se hace patente en la elección de un lugar próximo a la Vega de Granada para su consolidarización, un lugar que se encontraría ya ocupado de forma efectiva y puesta en explotación.

La ciudad en el ámbito nazarí destaca, sobre todo, por su interés en controlar el espacio periurbano agrícola. Gran parte de los sectores urbanos basaban su riqueza en las explotaciones agrícolas del territorio. Desde este punto de vista, la topografía de las ciudades y su crecimiento ha estado supeditado al interés urbano por controlar el medio rural más cercano. Si bien la división entre el espacio agrícola y espacio urbano están nítidamente separados en otros lugares, en otros lugares como Granada queda más diluido.

Es una ciudad a la que rodean los jardines como si fuese el bozo en un bello rostro adolescente” ( Ibn Jatib)