En 1805 el vicealmirante Nelson derrotó a la alianza franco-española en la famosa batalla que tuvo lugar cerca del cabo de Trafalgar, en Cádiz, y por este motivo una ciudad de tamaño mediano, 60.000 habitantes, de Nueva Zelanda recibió el nombre de Nelson en honor de este marino vencedor. Allí, en 1871, nació Ernest Rutherford, hijo de un carretero de origen escocés y de una maestra de escuela.
Ernest se graduó en Física en 1893 y accedió a una plaza de Física en la Universidad de Cambridge colaborando con el prestigioso investigador Joseph John Thomson descubridor, entre otras cosas, del electrón y premio Nobel de Física en 1906. Sus primeras investigaciones fueron sobre las propiedades magnéticas del hierro y posteriormente detectó e identificó lo que ahora denominamos radiación alfa (núcleos de helio) y radiación beta (electrones) en las emisiones el uranio al desintegrarse. En 1911 sus investigaciones condujeron a postular la existencia de lo que ahora denominamos núcleo atómico, concepto clave dentro de la Física Atómica y Nuclear. Rutherford murió en 1937, a la edad de 66 años, y sus cenizas están enterradas en la abadía londinense de Westminster, junto a dos insignes científicos británicos, Sir Isaac Newton y Lord Kelvin.
Lee el artículo completo publicado en LA TRIBUNA de Albacete (17-5-2011)