Siguiendo con la tradición desde que compartimos experiencias docentes en red, y aunque Bologna no lo requiere, he aquí mi balance de curso:
Un año más hemos impartido la asignatura de Cultura Griega a través de los textos II. No deja de sorprenderme que, con la que está cayendo, siga habiendo gente interesada en la tradición clásica. En una sociedad como la actual, que exige la mayor rentabilidad posible a corto plazo y con el mínimo esfuerzo, asignaturas como la nuestra son lo más antieconómico que podamos imaginar. Se han convertido en un anacronismo maravilloso.
Nuestro principal objetivo ha sido actualizar el mensaje de los autores clásicos. Para ello nos hemos servido, una vez más, de textos de épocas diferentes, pero con un mismo denominador: Prometeo. El comentario de las diferentes versiones de este mito nos ha servido para tomar conciencia de la continuidad y la comunidad de muchos problemas y actitudes de antaño con los nuestros. Y como siempre cada cual ha hecho su propia lectura. Entre los trabajos voluntarios entregados en formato digital destacan:
Tag: Prometeo
Desmitificación de Prometeo
En época de crisis los cimientos de la sociedad se tambalean y los iconos que encarnan los valores tradicionales caen de su pedestal. Algo de esto le pasó a Prometeo. A finales del periodo clásico su historia empieza una fase de progresiva decadencia de la que sólo logrará salir a partir del Renacimiento. Tras la versión sofística de Platón el mito del titán fue experimentando sucesivas transformaciones y se fue corrompiendo con variaciones de detalles y elementos anecdóticos, al tiempo que desaparecían su antiguo valor simbólico. Pronto dejaría de funcionar como una historia de contenido trascendental de carácter religioso, filosófico o ético, para convertirse en instrumento de la parodia política, de la sátira de creencias desfasadas o de la reflexión moralizante.
En plena guerra del Peloponeso Aristófanes lo ridiculiza en las Aves, persentándolo como un titán miedica e irrespetuoso con los dioses olímpicos. En el mundo al revés que presenta la comedia aristofánica la acción prometeica se trivializa y nuestro benefactor se convierte en la voz sarcástica del imperialismo ateniense.
Siglos después, en los confines del globalizado mundo romano, Luciano, portavoz de una nueva sociedad individualista y escéptica, le hace perder la dignidad que le quedaba a Prometeo, haciendo de él un ingenioso sofista. Detrás de los sofismas que el titán utiliza para defenderse de su acción se observa una sutil ironía y crítica de la tradición religiosa. Luciano otorga a Prometeo una importancia decisiva, ya éste que ha modelado a hombres y mujeres otorgándoles la inteligencia y la razón que destruirá a las divinidades. Este nuevo simbolismo prefigura en cierta medida las lecturas románticas del s. XIX con su apología del ateísmo.
Además de servir de instrumento lúdico o de evasión, el titán se conviertió también en personaje de la fábula. El mito tradicional se adapta así a la mentalidad popular y con un lenguaje sencillo sirve de pretexto para trasmitir mensajes ejemplarizantes sobre la conducta humana.
El Prometeo de Protágoras
En sus orígenes se trataba de una simple historia de carácter etiológico que hablaba sobre las costumbres alimenticias de poblados primitivos y del origen del sacrificio a los dioses. Hesíodo recogió el mito de Prometeo y le dio forma literaria adquiriendo el valor de una apología moral. Su objetivo era presentar la figura de Zeus como garante de la justicia y reivindicar el trabajo como vehículo necesario para el bienestar social.
Dos siglos más tarde Esquilo recoge el mito confiriéndole un valor simbólico pleno, de trascendencia filosófico-teológica. En lugar de dar cuenta de la decadencia de la humanidad, el titán aparece en la tragedia esquilea como padre espiritual de la humanidad.
Platón podrá en boca del sofista Protágoras una nueva versión del mito de Prometeo con una clara significación pedagógica. Si en Hesíodo el titán se veía con cierto recelo y desconfianza, mientras que en Esquilo representaba el papel de un héroe trágico, en el Protágoras la acción de Prometeo se ve como una acción necesaria de progreso técnico y económico, pero insuficiente para salvar a la humanidad. Sirviéndose del antiguo mito, el sofista de Abdera presenta en forma alegórica una teoría antropológica sobre el origen de la sociedad, en la que, a diferencia de la tecnología en manos de unos pocos, la inteligencia del grupo y la virtud “política” de los ciudadanos, lograda a base de experiencia y educación, son decisivos para la supervivencia de hombres y mujeres. El diálogo entre Sócrates y el Protágoras servirá de pretexto a Platón para plantear la necesidad de un nuevo modelo de estado ideal.
La mayoría los autores interesados por la figura de Prometeo se han inspirado fundamentalmente en la versión trágica de Esquilo. No es casual que esta versión fuera la que más resonancia tuviera en épocas posteriores al dramaturgo griego, pues es la que más cuestiones plantea y ofrece diversas posibilidades de lectura.
El autor de Eleusis da a la leyenda de Prometeo su forma definitiva, confiriéndole por primera vez un valor simbólico de trascendencia filosófico-teológica. Mientras que en la versión hesiódica no servia sino para dar cuenta con cierta nostalgia de la decadencia de la humanidad y la pérdida irremediable de la edad de oro, el titán aparece ahora en Esquilo como padre espiritual de los hombres. En la versión trágica Prometeo se convierte en el iniciador del progreso técnico y fundador de la civilización. Al mismo tiempo el mito sirve para aleccionar acerca de la necesidad de sumisión al destino y a los dioses y el peligro de cometer hybris. Prometeo, que a pesar de tener una causa justa para su inicial actitud rebelde, es castigado por su falta de prudencia y moderación, adquierie una significación metafórica singular como representante trágico del destino humano.
Como ocurre con otras tragedias de Esquilo también en esta se puede sacar una lección en el plano político. En este sentido la tragedia puede constituir una defensa de la democracia, como única via posible entre el poder absoluto inhumano y soberbio que encarnaba la aristocracia hereditaria de abolengo, un poder encarnado en la obra por el ausente Zeus, y la tiranía de los nobles que de forma astuta se sustentaron en el pueblo oprimido para usurpar el poder introduciendo algunas mejoras sociales, pero que acabaron siendo perniciosos por su radicalidad y desmesura, un régimen que, representado en la figura de Prometeo, acabó siendo visto por los atenienses un estorbo del incipiente movimiento social.
El eterno viajero: ciclo sobre Homero
La CAM ha organizado un interesante ciclo sobre Homero del 10 al 20 de Mayo.
El programa incluye sesiones de lectura dramatizada, teatro, proyecciones de películas de temática griega, un taller de Creación Literaria y algunas conferencias interesantes sobre la literatura homérica y su pervivencia, entre las que destaca la del autor de Ilíada de Homero, el italiano Alessandro Baricco.
No os perdáis la comedia Gracias Grecia, de la compañía Sexpeare, que incluye una parodia de nuestro mito de Prometeo!
[kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/1W8tao4SweE" width="425" height="350" wmode="transparent" /]
Nos vemos en el Aula de la CAM de Alicante.
Os informo de un interesante curso de verano relacionado directamente con nuestra materia de Cultura Griega II, organizado por el Círculo de Bellas Artes y la Univesidad Carlos III de Madrid, que se realizará del 29 de junio al 3 de julio. Lleva por título De Prometeo a Frankenstein: mito y técnica.
Según consta en el programa el curso examinará las relaciones entre el pensamiento mitológico y el desarrollo de la técnica a lo largo de la cultura. Estará impartido por especialistas en cultura clásica, cultura contemporánea, historia de la técnica e ingeniería, y atenderá además a la creación artística y poética. Se trata de un intento de superar la escisión de las culturas humanística y tecnológica.
Desde el fondo de la jarra
En una época de crisis económica como la actual, producida por la financiera, y detrás de la cual está obviamente la crisis ideológica, la pérdida de los valores solidarios y del sentido del esfuerzo y de la superación personal, el arte, las letras y las humanidades siguen siendo nuestro pequeño rincón de esperanza. Esperanza de construir un sistema mejor, más justo y equitativo, basado en la igualdad de derechos y la libertad de las personas; un mundo, en definitiva, sin credos, sin temores, sin ambiciones materiales.
Cuando voy conduciendo de camino hacia la universidad a veces me cuestiono si no sería más conveniente empezar a quitarme obligaciones y compromisos, olvidarme de politiqueos, diplomacias hipócritas y otros quebraderos de cabeza producidos por un ambiente universitario plagado de individuos más preocupados por su carrera profesional que por la docencia, y poder dedicar así más tiempo a mi pasión por la pintura y aprender a tocar virtuosamente la flauta travesera.
El de Prometeo es uno de los mitos antropogónicos griegos que mayor difusión y pervivencia ha tenido a lo largo de la historia en la literatura, la música y el arte.
En la carga de motivos simbólicos que se integran en el relato mítico tradicional, cada autor elige y reinterpreta aquellos que más le interesan. Es por ello que las versiones y adaptaciones parciales suponen una cierta inversión o transformación de la lección mítica primitiva.[1]
Sin ir más lejos, en época reciente el mito ha dado pie a lecturas fundamentalmente de orden político. Un ejemplo claro lo tenemos en la representación teatral dirigida hace ya varias décadas por Jaime Jaimes para RTVE[2], de la que rescato aquí un fragmento. La escena corresponde al tercer episodio de la tragedia atribuida a Esquilo, Prometeo encadenado, magistralmente interpretada por Jaime Blanch, en el papel de Prometeo, y Nuria Torrai, en el de Io.
El texto clásico se reproduce fielmente con algunas abreviaciones. En la escena dialogan el sufriente titán Prometeo, encadenado en una roca del Cáucaso, y Io, el único personaje humano que aparece en la obra, aunque semimetamorfoseada en vaca. La muchacha sale al escenario de forma precipitada, aterrorizada y aturdida. Para salir de la angustia en la que vive le ruega a Prometeo que le adelante algo sobre su futuro. Pero a instancias del coro de oceánides la joven deberá contar primero toda su historia. Una vez narradas sus penalidades pasadas, el titán Prometeo, para calmarla y hacerle ver que sus desgracias no son nada comparadas con las suyas, le revela entonces lo que le espera: seguirá vagando por el mundo, acosada por el tábano de Hera, su nombre será recordado para la posteridad, al dar nombre a algunos de los lugares por los que pasará, como el mar Jónico o el Bósforo. Finalmente, a orillas del Nilo Zeus se unirá a ella y la convertirá en madre de una estirpe de la que nacerá Heracles, quien pondrá fin a los sufrimientos de Prometeo.
De este modo el autor pone en conexión la leyenda de Io con la de Prometeo, uniendo en un mismo escenario a dos personajes de mitos diferentes, tal vez con el propósito de ofrecer un ejemplo más del carácter despótico de Zeus y de sus caprichos. Io es otra víctima de este joven rey recién instalado en el trono olímpico, una víctima inocente de sus ansias amorosas.
La escena de Io expone además una concepción particular acerca del temor divino. El tábano que hostiga a Io se ha visto frecuentemente como el símbolo de los remordimientos. El terror que tiene Io es tan grande que hace que llegue a plantearse si sus sufrimientos son en realidad merecidos, si está pagando la pena por alguna falta desconocida.
¿Está planteando por tanto el autor la cuestión acerca de la justificación o explicación ancestral del sufrimiento humano como resultado del castigo divino enviado en respuesta a nuestra irresponsabilidad? De ser válida esta interpretación la obra se estaría pues desmarcando de la concepción arcaica hesiódica, al liberar a la humanidad, representada por Io, de su supuesta culpabilidad.
El dramaturgo estaría pues renunciando a la nostalgia de la edad de oro, al pasado ideal en que los hombres saciaban sus necesidades sin esfuerzo, pero que carecían de vigor y capacidad de decisión, sometidos como estaban al capricho de los dioses. Los hombres parecen querer salir del estado de inercia y de decadencia progresiva en que estaban sumidos según la visión tradicional y aspiran a cambiar el rumbo de sus propias vidas gracias al fuego, aunque sea fuerza de equivocaciones que pueden en ocasiones ser dolorosas. El dolor no sería ya un castigo enviado por Zeus para limitar el conocimiento y la inteligencia y recordarnos que somos criaturas efímeras y que no podemos evitar la desdicha, sino algo positivo, pues constituye una forma de poder llegar mediante los errores al perfeccionamiento humano. Es una constatación optimista del progreso humano, cuyo lema pedagógico es el del aprendizaje a través del dolor.
Este mensaje de tipo filosófico-didáctico sin duda pasaría a un segundo plano ante los espectadores españoles de la última etapa franquista. Para muchos Io debía encarnar al pueblo oprimido injustamente, Prometeo la oposición al régimen y el coro la voz temerosa de quienes ansiaban libertad.
[1] Una buena muestra de ello nos ha dado Miguel Ángel en su blog Nihil novum sub sole. Cf. las sucesivas entradas El fuego de Prometeo da mucho juego.
[2] Editada por Alga Editores, en “Videoantología de la literatura universal”, DVD nº 18.
Prometeo en un clic
El mito antropogónico de Prometeo ha ejercido una atracción constante entre los creadores de todas las épocas. Las versiones más recientes están ahora a nuestro alcance con un solo clic. Entre las composiciones más interesantes os recomiendo:
- Promete@: Cybertragedia al estilo de Esquilo, cuando los estudiantes de Humanidades se hacen oír.
- El primer fuego, la vieja historia contada por una blogfesora desde una nueva óptica, sensible y dulce.
- Prometeo del poeta argentino Olegario Andrade, para los más líricos y filosóficos.
- Προμηθέας del joven Δημητρης Αγγελής para los estudiantes de griego moderno.
- La llum que crema (fragmentos), la revolución ha de seguir.
Acciones prometeicas
El curso que recién acabamos ha sido uno de los más creativos y participativos. Buena muestra de ello son los excelentes trabajos de investigación realizados durante el último cuatrimestre e inspirados en la figura de Prometeo :
- El complejo de Prometeo. Rafael Gil-Sonia Dueñas
- Prometeo en el Barroco. Inmaculada Capellino
- Las criaturas de Prometeo. M. Carmen Quiroga Díaz
- Análisis mitemológico en torna a la figura Prometeica: un viaje en paralelo. R. Palencia-Elsa Lloret
- El mito de Prometeo:pervivencia e influencia en el cine F. J. Jiménez Lara
De todos ellos hemos aprendido bastantes cosas interesantes. Prometeo estaría satisfecho.
Las correspondientes presentaciones trataremos de ir albergándolas en este espacio.