En Wikipedia se dice que la palabra motivación deriva del latín motivus, que significa «causa del movimiento». La motivación puede definirse como el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo.
La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta. Implica estados internos que dirigen el organismo hacia metas o fines determinados; son los impulsos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. Este término está relacionado con «voluntad» e «interés»
Pero ¿Qué tiene todo esto que ver con que no tengas ganas de sentarte a estudiar y prefieras quedar con los amigos o ver tu serie favorita o jugar a tu videojuego favorito, te preguntarás?
Pues bastante.
Si lo piensas, cuando no estudias y haces otra cosa, luego ¿qué piensas? ¿cómo te sientes?
¿Abatido, decepcionado, enfadado contigo mismo, irascible, desilusionado, abrumado por la cantidad de materia y su dificultad, piensas que no serás capaz, que no aprobarás nunca, que no vales para estudiar?
Esta serie de pensamientos y sentimientos, negativos, te llevan a un círculo vicioso de desesperanza, desmotivación, que no te invitan a sentarte a estudiar, trabajar, perseverar y obtener los resultados que tanto deseas. Al revés, te bloquean, te paralizan y te machacan por tu inoperancia. Un día tras otro y alimentan de nuevo los pensamientos y los sentimientos negativos, convirtiéndose en una autoprofecía cumplida.
Luego, es la voluntad que pones en hacer las cosas que te pro-pones, el primer trampolín hacia el éxito.
- Actuar: para comenzar, ten voluntad, hazlo, no lo pienses, ponte a estudiar siguiendo un plan, todos los días, aunque cueste mucho sobreesfuerzo al principio.
- Comienzar: por las asignaturas que más te gustan o las que encuentres más fáciles, luego las de grado medio o difícil y termina con algo fácil.
- ¿Estudiar con música? La música que se reproduce a una velocidad de cerca de 60-80 compases por minuto crea ondas alfa, que es el estado de relajación mental que puede ayudar a la concentración. Trata de encontrar la música que tiene un mínimo de palabras. Piezas como Adagios, Andantes, Dolce, Pastorales, o New Age, te ayudarán a concentrarte.
- Mantener los distractores lejos de ti. Televisión, redes sociales, móvil, etc. a su debito tiempo y después de haber trabajado.
- Distribuir: descansos, premios, por igual con los momentos de trabajo y de esfuerzo. No esperes a final de curso para recibir recompensas. ¿Conoces la técnica pomodoro?
- Te acuerdas de las cosas mejor en cortos períodos de tiempo, no estudiando durante 4 horas seguidas sin parar. Sólo se olvidará la mitad de las cosas que lees. Estudio de una hora, luego tomar 5 a 10 minutos para caminar, estirarse, beber o comer algo ligero, y luego retomar el estudio de algo menos de una hora. Así durante tres periodos es más efectivo que estudiar las 4 horas seguidas sin descanso.
- Divide y vencerás. ¿Porqué esperar a los exámenes finales para estudiar? Estudiando bloque a bloque desde la primera semana, es más fácil que darse la “empollada” de la semana antes del examen y más efectiva.
- Buscar compañía: si se te hace largo esperar al día del examen, prepara con tus compañeros sesiones de examen, que te hagan preguntas de los temas que lleváis hasta ese momento. Te dará una buena medida de tu progreso y de los puntos débiles a rectificar. ¡Seguro que puedes “suspender” las veces que quieras, que no será la nota final! ¿Y si resulta que sacas muy buenas notas? ¿Te imaginas hasta dónde podrás llegar?
- Autoevaluación: Estudia como si mañana fuera a haber un examen. Así, cuando llegue realmente, habrás estudiado muchas veces (en realidad, casi las mismas que si vas estudiando en la víspera de los exámenes de enero, julio, etc.)
- Avanza: no dejes que un problema difícil te bloquee y no te deje avanzar, sigue con otro aspecto, ya preguntarás a profesores y compañeros y volverás a enfrentarlo de otro modo.
- Pregunta a los profesores, a los compañeros, busca documentales, revistas, sitios de internet, información visual, ejemplos prácticos del día a día de la profesión que te gustaría ejercer y cómo resuelven los problemas.
- Se compasivo y no te maltrates si alguna vez no cumples con tu programa. La próxima vez lo harás mejor. Repite este lema hasta que te pongas a estudiar.
Algunas dudas más
- Las bebidas energéticas, café y otros estimulantes en exceso tienen efectos secundarios desaconsejables y no aportan detalles espectaculares que justifiquen su ingesta para facilitar el aprendizaje o la memoria. Están desaconsejados porque sobreexcitan el sistema nervioso, desequilibrándolo y obligándolo a hacer un gasto extra para volver a la normalidad.
- Si te gusta estudiar por las noches, ten en cuenta que al menos 6 horas de sueño son necesarias. Y es muy posible que olvides el material estudiado en el tiempo extra ganado al sueño debido precisamente al cansancio.
Pero además de educar tu voluntad, también te ayudará despertar tu interés.
- Sin interés es difícil ponerse en marcha. ¿Sabes cuál es tu interés en estudiar esa carrera? ¿Es el dinero, el status, la fama, el trabajo o la pasión genuina por saber, por aprender, por ayudar, por hacer lo que siempre te ha gustado hacer o ser en la vida?
- Si has llegado hasta aquí, podemos asegurarte que ya tienes la fuerza interior suficiente para proponerte lo que quieras. Significa que tienes el potencial, ¿cómo lo vas a emplear?
- Si te interesa de verdad mejorar tu motivación, ¿Por qué no intentas subrayar las palabras clave de los anteriores puntos?
¿Por qué no dejas tus “motivadores personales” en los comentarios?