Qué tienen en común WhatsApp y hacer un examen, os preguntaréis.
Pues, leyendo un artículo del Blog de Antonio Omatos sobre WhatsApp (“Seguro que sabes whatsappear“) me ha venido a la cabeza experiencias similares a través de una plataforma más antigua, la mensajería electrónica o email.
Pero, es curioso ver cómo pese a evolucionar tanto las formas de comunicación humanas, en el fondo, siguen persistiendo los mismos errores. El mensaje se configura en la mente del emisor, se codifica y se expresa escrito y, el receptor, además de decodificar el mensaje escrito, procesa un mensaje implícito o que piensa que está implícito. Y ahí comienzan los malentendidos. O bien entendidos, quién sabe 😉
Omato cuenta una historia ejemplificante en su blog:
Historia A: Personajes: Juan y Marta son novios.
18:00. Juan envía el siguiente mensaje a Marta: “Marta cariño, lo que te he dicho no lo sentía. Necesito hablar contigo. Contéstame cuánto antes a este mensaje, por favor”.
18:15. Juan manda el siguiente mensaje “Marta, contéstame por favor”
18:30. Juan observa que Marta se ha conectado a las 18:25 y que los mensajes que ha enviado están con doble check
Sea como fuere, a partir de lo que entendemos al decodificar el mensaje e interpretamos la intencionalidad del otro, damos por cierta información que está por contrastar en realidad y actuamos en consecuencia. Tomamos como ciertas cosas que realmente están sólo en nuestra mente. Y esto lo hacemos diariamente.
Y lo hemos hecho tan a menudo que ninguna nueva tecnología consigue corregir este sesgo cognitivo. A fin de cuentas, a quién le gustaría que corrigieran lo que quiere decir en un momento dado.
Los malentendidos en los exámenes
Esto pasa en todos los ámbitos de la vida. Incluso en la Universidad, incluso en los exámenes. Lees una pregunta y dices: “¡zas!¡es la mía, me la sé!¡los vikingos!” Y respondes lo que sabes, lo que te gustaría que tu hubieran preguntado, lo que te acaban de comentar antes de entrar al examen los compañeros, etc., pero NO RESPONDES lo que te preguntan.
Y luego viene el desengaño.
Moraleja: “Leed muy bien lo que os preguntan en los exámenes”