Finales consonánticos

Joanneta ha hecho una innovación fonética en las dos últimas semanas. Ha incorporado a su fonética los finales consonánticos del catalán y los plurales del castellano. Pronuncia claramente los plurales con una [s] muy perceptible, incluso exagerada (como suelen pronunciarla los ‘pijos’); en cuanto al catalán, pronuncia las [t] finales de forma perfecta, pero confunde las [k] que pasan a [t] y las [ʧ] que pasan a [s] o a una cosa intermedia (como una especie de ‘s’ palatalizada). La [θ] pasa a una [s] o [ʦ]. Cuando los finales consonánticos añaden el plural, se simplifican: [ga’tes] ‘gatets’; [kolorin] ‘colorins’ [gros] ‘grocs’ [‘bets], ‘verts’; [uis] ‘ulls’. En realidad no es que las consonantes (t, k, etc.) no suenen en absoluto, sino que son casi mudas.

22 meses

Los 22 meses suponen continuidad fonética y mantenimiento de la explosión conversacional. De forma más frecuente que en el mes pasado se producen situaciones de no comprensión entre ella y nosotros. ‘Joanneta, però què és ‘toío’?’ [to’io]. Sabemos sin saber qué es. La guardería en castellano está influyendo en su léxico, que ahora está más salpicado de casatellanismos, pero sobre todo en su conocimiento más directo de que hay personas y situaciones en las que las lenguas que se usan son distintas. Por supuesto, no creo que ella piense en que son lenguas distintas (catalán, castellano e inglés), pero sí en que son formas diferentes de usar el lenguaje. En ocasiones sus producciones fonéticas son perfectas; en otras los cambios y trueques se mantienen.

Por amor al arte

Joanneta muestra un sorprendente amor por la pintura. Le encanta emborronar papeles con círculos de colores. A partir de esta semana, momento en el que ha empezado la guardería, los círculos, sin embargo, se han convertido en rayas o una combinación de ambas cosas. La guardería de momento no es santo de su devoción. Su frase favorita (que repite como un mantra) es: ‘papi i mami ja venen’ (vienen).

Primer día de guardería

Hoy es el primer día que Joanna va a la guardería. No estoy convencido de si es una buena idea, pero las circunstancias laborales nos obligan a ello. ¿Cómo influirá esto en su adquisición del lenguaje? Lamentablemente, no es una guardería en inglés como yo hubiese deseado. Se habla sólo castellano. Veremos a ver. Irá sólo cuatro horas al día. Como cuestión lingüística reseñable, destaco su uso cada vez más adecuado del género y número.

Desarrollo cognitivo

Lo que más me sorprende de Joanna en este último mes no es que no deje de hablar desde que se levanta hasta que se acuesta; ni que la adquisición del lenguaje sea cada vez más rápida y sorprendente; o que no la entendamos en ocasiones porque va más rápido que nosotros en su aprendizaje, sino su evolución cognitiva en general. Joanna con 21 meses es capaz de imaginar cosas, de mentir, de negociar, de hacer algo parecido a guardar un secreto. Desde un punto de vista fonético, es interesante analizar sus enfados lingüísticos. Algunas veces dice ‘NOOO’, cuando repites algo que ella ha dicho y no es correcto. Compartimos un mismo léxico pero con apariencia fonética diferente.

Mentiras estratégicas

La base del color de ojos de Joanneta es azul y gris, pero, como dijo hace poco Álex Alemany (el pintor valenciano) al verla: ‘¿de qué color tiene los ojos esta niña tan guapa? No sabría decirlo. Parece que todos los colores conviven en sus ojos…’ Los ojos de Joanneta lo escrutan todo. No miran, analizan el entorno para aprender constantemente. Entre elegir una empanadilla y unos garbanzos para comer ¡qué mejor que los garbanzos! hay que pincharlos uno a uno y ensayar con el tenedor varias formas aproximación. El cerebro de los bebés parece llevar a cabo constantes mecanismos de ajuste que uno puede observar a todas horas. Es como si al cerebro le hubiesen dado un juguete nuevo y probara sus componentes: ‘esta pierna va, pero ¿hasta dónde puede llegar?; estos dedos pueden coger cosas grandes y pequeñas ¿pero qué más pueden hacer?’ Con el lenguaje es lo mismo. Se ve en la fonética y en la gramática, pero, cómo no, también en la pragmática. Joanneta esta semana ha dado muestras de jugar con la mentira para conseguir objetivos concretos. Estaba intentando que durmiera la siesta -tarea harto costosa- y le pregunté después de un rato de intentos fallidos: ‘¿nono en la cuna?’ Ella respondió: ‘sí, nono cuna’. La llevé a la cuna y comenzó a llorar. ‘Cuna, no’. Joanneta sabía dónde estaba la cuna y que para ir a ese sitio había que abrir la puerta del comedor. Su objetivo era salir del comedor para jugar y no dormir la siesta. Decir que sí a la cuna era una forma de ganar tiempo o de simplemente probar una opción diferente al aburrido comedor que tenía la puerta cerrada y las ventanas bajadas. Joanneta, pues, ha aprendido que la mentira ayuda a ganar tiempo, a conseguir objetivos.

21 meses

Con 21 meses Joanneta conversa. Está claro que no conversa como un adulto, pero pone en marcha todos los recursos que tiene a su alcance para hacerlo. Recuerdo que hubo un tiempo (16 meses) en el que podía hablarse de la existencia, en su protolenguaje, de dos códigos simultáneos: uno del lenguaje adulto (palabras reales) y otro inventado por ella misma (palabras indescifrables). Ahora hay un único código, pero en parte es indescifrable porque ha sido trasformado fonéticamente. Es todo lenguaje adulto, aunque una parte de las palabras que lo forman ha cambiado la fonética. Es indescifrable (fonéticamente) porque ella va ya más rápido que nosotros. Antes éramos capaces de descifrar las palabras que decía porque reconstruíamos mentalmente lo que nosotros le habíamos enseñado, ahora son tantas las palabras que aprende por ella misma que en muchos casos no la entendemos. Las reducciones fonéticas siguen siendo similares (muchas [k] y [r] pasan a [t]), pero su lista de sonidos y fonemas ha aumentado. Tengo que registrarlos. Desde un punto de vista gramatical, la novedad más importante es la progresiva introducción del género femenino. Además de ‘bo’ (bueno), ahora empieza a decir ‘bona’ (buena). Por ejemplo: [ko’late ‘bo, pa’eʎa ‘bona]. El método que sigue a la hora de elegir una palabra en castellano o en catalán es todavía un misterio. Lo que está claro es que sabe que existen tres lenguas: catalán, español e inglés.

El salto conversacional-gramatical

El salto cualitativo de Joanna es que ahora conversa. No es que juegue a conversar como antes, sino que lo hace de verdad. También hay un cambio en sus repeticiones de vocabulario. Repite no sólo palabras sino frases y sus repeticiones son ensayos gramaticales. Busca la gramática allí por donde esté. También es interesante su gusto constante por parlotear, sea con ella misma, con la gente que se encuentra por la calle, con quien sea. Cada hora que pasa es una hora aprendiendo lenguaje (ella y yo).

Mundos posibles, humor, juegos

Hace tiempo que Joanna muestra que posee algo parecido a lo que llamar humor. La primera vez que lo reseñé fue a los 15 meses. Ahora a los 20 el humor es algo más que normal. Ayer, sin embargo, me sorprendió un cosa nueva: su capacidad para considerar la existencia de mundos inventados o posibles. Un ejemplo de ello se produjo cuando de repente se me ocurrió jugar a que hiciéramos como si comiésemos un pollo de juguete usando un cuchillo de plástico y unas marionetas. Joanna no sólo me siguió el juego, sino que ella misma inventaba y se reía como si dijera: ” esto no es real, pero qué divertido es jugar a que lo sea”.