El primer aspecto que debemos señalar en cuanto al arte alicantino de los siglos XVI, XVII y XVIII es la ausencia de fuentes. Los archivos locales son incompletos para abarcar con suficiencia el estudio de las obras renacentistas, barrocas y rococós de la época, sin olvidar que muchas de ellas han desaparecido por diversos motivos, como fue el bombardeo de 1691.
En segundo lugar, decir que la elaboración de una obra de arte en este periodo requería de un cliente que la encargara. En Alicante, destacaron como principales clientes las parroquias y el Cabildo Municipal. Por medio de impuestos o “sisas” se costeó el Ayuntamiento de Alicante la construcción de la Iglesia de San Nicolás, la Basílica de Santa María y Santa Faz.
Sin embargo, nunca se desarrolló un arte propio, por lo que se asimiliban y repoducían las nuevas ideas culturales que sobresalían en las principales ciudades tanto españolas como del exterior. Además, este arte estaba controlado tanto por la Iglesia como por el Estado.
Podríamos señalar la activa presencia en la ciudad de artistas extranjeros, sobre todo italianos, que influyeron en el ámbito artístico local, aportando de esta manera riqueza cultural a Alicante y nuevas ideas desde el núcleo central del Renacimiento, Italia.
Imagen extraida de: http://angelvalero.lacoctelera.net/post/2009/10/05/monasterio-la-santa-faz