Previsión de NEAs

 

(1/1/25)

De manera frecuente aparecen noticias de objetos que van a pasar cerca de la Tierra: esto no debe generar, en general, ninguna alarma ya que el aumento de la sensibilidad de los rastreos de NEAs lleva inevitablemente al descubrimiento de cada vez más cuerpos de todos los tamaños.

Un ejemplo: los acercamientos de NEAs de más de 20 m (magnitud 26) de tamaño, previstos en 2025 a menos de 5 distancias Tierra-Luna (D_TL), son tan sólo 6. Pero Los acercamientos ANTERIORES observados a la misma distancia, detectados en el último año ¡fueron 105!

Es muy difícil detectar cuerpos muy pequeños cuando están lejos de la Tierra, y sólo los vemos cuando ya están muy cerca. El motivo es que la luz del sol, reflejada en un asteroide de pocas decenas de metros es prácticamente indetectable desde Tierra hasta que el objeto no está suficientemente cerca.

Esto significa que es probable que un objeto del tamaño de un autobús entre (y estalle) en la alta atmósfera sin que hayamos podido detectarlo antes. Sería importante tener previstas actuaciones adecuadas (evacuación, medidas preventivas) para que estos eventos, relativamente frecuentes, afecten lo menos posible  la seguridad de las personas. En 2013, en Chelyabinsk, la explosión en alta atmósfera de un objeto de unos 20 m de tamaño, hirió un millar de personas por caídas, rotura de ventanas y accidentes evitables con una adecuada preparación a este tipo de eventos.

La situación es algo mejor a medida que aumenta el tamaño de los NEAs: en el caso de objetos de tamaño mayor de unos 50 m (magnitud 24), sólo hay uno previsto en el próximo año (un muy respetable asteroide de entre 90 y 200 m, a 2.75 LD el 11/4/25), pero 12 observados en el último año, a distancias inferiores a 5 LD.

Llegamos a los NEAs realmente peligrosos, los de más de 100 m: se prevén 219 en los próximos 140 años, pero se han observado 163 desde principios del siglo XX.

Es decir, las búsquedas actuales son eficaces (aunque insuficientes) para objetos potencialmente peligrosos, pero no lo son tanto para objetos de menor entidad que representan un peligro menor, aunque no totalmente despreciable. Los efectos de la explosión en alta atmósfera de cuerpos de varias decenas de metros pueden variar desde lo ocurrido en 2013 en Chelyabinsk, al evento de Tunguska de 1908, cuando 2000 km2 de bosque siberiano fueron arrasados, a la misma latitud de San Petersburgo. Un pequeño retraso de menos de 5 horas en la llegada de ese cuerpo habría significado una catástrofe de dimensiones inimaginables en esa ciudad.

En este momento (02/01/2025), no hay ningún objeto con probabilidad superior a la probabilidad de impacto de fondo (la de que un objeto no descubierto aparezca de repente en ruta de colisión con la Tierra) en los próximos 140 años. El más cercano será 99942 Apophis (nos 300 m de tamaño), a 0.10 D_TL el 13 de abril de 2029.Un par de misiones espaciales (OSIRIS-APEX, NASA, y , quizás, RAMSES, ESA) se dirigirán a ese asteroide para estudiarlo de cerca durante su paso cercano.