CAJA DE AHORROS DE ALICANTE Y MURCIA. Emilio Varela. 1ª Edición. Alicante.
Aula de Cultura de C.A.A.M., 1987. I.S.B.N. 84-7599-047-9.
Emilio Varela parecía mostrarse menos tendente al abstracción, y más atento a conseguir la semejanza con la realidad y la perfección en la reproducción de las calidades táctiles (drapeados, lozas, frutos, cristal, flores, etc.) con respecto al bodegón. No cabe duda que Varela compartió siempre ese espíritu tradicional que animó a los grandes pintores de naturalezas muertas, desde Taddeo Gaddi a Zurbarán y desde los holandeses a Cezanne, y que consiste en hacer al modelo inanimado objeto de un verdadero retrato.
Aunque Varela se sintiera siempre cautivado, aún en su última época, por la belleza de las calidades del objeto inanimado y, por consiguiente, concediese importancia a su aspecto visible, hay que tener en cuenta que, como bodegonista, desarrollaba en mayor medida que ante el paisaje sus facultades de compositor, lo cual llevaba implícito el ejercicio de la abstracción. Si, ante el paisaje, Varela dejaba volar a su imaginación a partir de un tema dado, en el bodegón no era así.
Bodegón al óleo de Emilio Varela