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La ciudad de Alicante

ASOCIACIÓN DE PADRES DE ALUMNOS Y CLAUSTRO DE PROFESORES DEL COLEGIO PÚBLICO “EMILIO VARELA”. Emilio Varela. 1ª Edición. Alicante: Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), 2001. 27 páginas.

 

Alicante, en el primer tercio del siglo XX era una capital de provincia muy dinámica que presentaba unos perfiles económicos y demográfico bastante más modernos que la media de las ciudades españolaas. Una ciudad básicamente comercial y de servicios, aunque con algunos núcleos industriales de importancia. La vida económica alicantina estaba constituida dependiendo del puerto. En esos primeros años del siglo, el puerto alicantino ocupaba el cuarto lugar entre los puertos españoles, por él circulaban 3.500 buques, en su mayoría de vela. Se exportaban productos como el vino, la sal, tejas, ladrillos, conservas y productos agrícolas; mientras que se importaban cereales, carbón, petróleo, maderas y maquinaria.

Se produjeron en esos años numerosos cambios urbanísticos en la ciudad y aparecieron nuevos barrios Los Ángeles, Ciudad Jardín, Barrio Obrero… En edificios culturales hay que destacar Teatro Nuevo, Teatro de Verano, Salón España o Capital, etc. Hay que destacar que en ésta época de la vida alicantina coincide con el auge y con la expansión de la prensa.

En síntesis, éste es el Alicante de Emilio Varela. Una ciudad que en 1910 tiene 55.000 habitantes, en 1920, 63.000 y, en 1930, 73.000.

 

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Época isabelina

ASOCIACIÓN DE PADRES DE ALUMNOS Y CLAUSTRO DE PROFESORES DEL COLEGIO PÚBLICO “EMILIO VARELA”. Emilio Varela.

1ª Edición. Alicante: Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), 2001. 27 páginas.

 

"La ciudad". 1932

“La ciudad”. 1932. Emilio Varela.

“La ciudad”, pintada en 1932 por Emilio Varela pertenece a su época isabelina. A partir de este año, tras la muerte de su madre, Varela empieza a pintar paisajes cercanos a la ciudad de Alicante, como este cuadro o el de “La Condomina”. Esta costumbre no la abandonaría hasta poco antes de su muerte. Más tarde, en el año 1943, se reencuentra con los paisajes de la Sierra de Aitana y Guadalest. También de su época isabelina. Este período recibe este nombre porque Varela firmará en recuerdo de su madre, E. Varela Isabel. Toma apuntes del natural que luego amplía en el lienzo.

Otros cuadros importantes de la época isabelina de Emilio Varela son “Los Roquedos de Guadalest”, “Guadalest” (pintado en 1943) y el “retrato de Torno” (quinto y último, en 1945).