Del 12 de abril al 20 de mayo de 2018 se expone ‘El juego del color’ (instalación de Armengol) en el Centre Cultural La Nau, Claustre, en Valencia.
En ‘El juego del color’ se mostrarán en seis grandes paneles de metacrilato, que se expondrán en el claustro, situados entre las columnas, esta gama de colores. De esta manera, los paneles enseñarán como a partir de distintas intensitades de los tres colores primarios luz (verde, amarillo y azul) se pueden percibir diferentes colores. Además junto con estos vitrales, se exhibirán dos lienzos de Armengol sobre la figura de Joan Lluis Vives, tratado siguiendo su método cromático.
La exposición viene acompañada de un audiovisual sobre el artista Rafael Armengol y su reflexión, a partir del arte, de la luz y del color. Se trata de un vídeo breve en el que se cuenta con el artista y con un óptico que explicará, desde un punto de vista fisiológico, cómo vemos la luz.
Yo participo en el audiovisual explicando, desde el punto de vista de la física, las distintas teorías sobre la luz y mostrando, desde una perspectiva más histórica, cómo se ha experimentado con la luz: Newton, Young, Maxwell, etc.
Cómo el estudio de la naturaleza de la luz ha fascinado a investigadores de todos los tiempos
El estudio de la naturaleza de la luz ha fascinado a investigadores de todos los tiempos. Se lo plantearon los filósofos de la antigua Grecia y en la edad media los autores árabes como Alhazen. Durante la revolución científica del siglo XVII existían dos teorías sobre la naturaleza de la luz: la teoría ondulatoria defendida por Huygens y Hooke, según la cual la luz era una onda como el sonido, y la teoría corpuscular liderada por Isaac Newton y que consideraba que la luz era un chorro de partículas.
Fue Newton, en lo que denominó su “experimento crucial”, quien utilizando un prisma descompuso la luz blanca proveniente del Sol en sus colores componentes, los del arco iris, pues cada uno de estos colores, de diferente longitud de onda, se desvían al atravesar el prisma en distintas direcciones.Dada la autoridad científica de Newton, durante todo el siglo XVIII fue la teoría corpuscular la aceptada, hasta que en los primeros años del siglo XIX Young, Fresnel y Malus demostraron que la luz sufría fenómenos propios de las ondas como las interferencias, la difracción y la polarización, lo que confirmaba la concepción ondulatoria de la luz.
La teoría ondulatoria de la luz llego a su plenitud en 1865 cuando James Clerk Maxwell, con su teoría electromagnética, unificó la luz, la electricidad y el magnetismo y demostró que la luz es una onda electromagnética.
A principios del siglo XX Planck y Einstein concluyeron que la luz se emite o absorbe en cantidades discretas (como si llegasen partículas al detector). En estos casos decimos que la luz está cuantizada y esos cuantos o corpúsculos discretos de energía son los fotones. La luz posee, por tanto, una “doble personalidad”, a veces se comporta como una onda y otras veces lo hace como corpúsculos o fotones. Esto es lo que denominamos “dualidad onda-partícula”. Las imágenes corpuscular y ondulatoria de la luz son incompatibles en el marco de la física clásica, que no permite que algo sea onda y partícula a la vez. Hoy es la física cuántica la que proporciona la imagen más precisa que tenemos sobre la naturaleza de la luz.
¿Qué es la luz?
Esta pregunta es mucho más complicada de lo que pudiera parecer en un principio. La luz es energía, energía radiante. Respecto a su naturaleza, la luz se comporta como una onda electromagnética en su propagación y como corpúsculos o fotones en su interacción con la materia. Presenta esta “dualidad onda-partícula”.
Feynman, de forma irónica, decía que la luz era una onda los lunes, martes y miércoles, y una partícula los jueves, viernes y sábados, y quedaba el domingo para que los físicos reflexionaran sobre este extraño comportamiento.
El profesor Senent de la Universidad de Valencia decía que “la luz no es ni onda, ni partícula, sino todo lo contrario”.
Y Einstein en 1917 declaró que durante el resto de su vida reflexionaría sobre lo que es la luz y vivió casi 40 años más sin encontrar una respuesta satisfactoria a la pregunta.