La repoblación de la villa de Elda (1605-1639)

La Carta Puebla de la villa de Elda fue firmada el 11 de noviembre de 1611. Fue escrita en valenciano y en ella aparecen nombrados 138 vecinos, tanto antiguos como nuevos pobladores. Hay que señalar que la comunidad morisca suponía el 88% de la población eldense de 1609.

Para poder llevar a cabo el estudio de la población de esta villa se han extraído los datos del Archivo Parroquial de la Iglesia de Santa Ana de Elda, correspondiente al Libro de Bautismos y Matrimonios, 1596-1639. En ellos se habla de los matrimonios y aparece bastante información relacionada con personas nacidas fuera de nuestra población pero que casaron en Elda, dándose matrimonios entre dos miembros foráneos o entre un natural de Elda y una mujer de fuera. También aparecen casamientos de vecinos naturales de Elda.

Por otro lado, hay que señalar que de los 138 nombres listados en la carta puebla, sólo en cuatro casos aparece indicado su población de origen: Francés Grau y Ginés Alonso, albos de Villena; Joan Peres, de Agost; otro Joan Peres, de Sent Joan (actual San Juan de Alicante)[1]

El motivo por el que sólo se nombran en estos documentos los bautizos y matrimonios de personas de procedencia foránea es para esclarecer el origen de los nuevos pobladores eldenses. Aunque hay que señalar que no todos los matrimonios que aquí se exponen se corresponden con personas repobladoras.

Podemos decir que la repoblación de la villa de Elda, tras la expulsión de los moriscos, fue muy diversa debido a la posición geográfica de Elda en la frontera meridional de reino de Valencia con el reino castellano de Murcia y con Castilla, pues ello permite que las poblaciones de ambos lados de la raya fueran las que más contingente demográficos prestaron a Elda, siendo el casi de la ciudad de Villena y Villa de Sax, en el marquesado de Villena y de las villas valencianas de Onil y Petrer. Si se añaden las poblaciones de Alicante, Monóvar y Muchamiel, la proporción asciende al 53,1%, alcanzando el 65,49% si incluimos las localidades de Agost, Salinas, Aspe y Novelda.[2]

Para finalizar, hay que señalar que treinta años después de la expulsión de los moriscos de la villa de Elda en 1609, aún no se habían recuperado los noveles anteriores a la expatriación de la población morisca eldense. Parece ser que fue a finales del siglo XVII cuando se alcanzarían dichas cifras.

El enlace del preterense Lois Cafforlí con la eldense Isabel Alfaquí fue la última boda de cristianos nuevos que se ofició en la villa. Por otro lado, las dos últimas moriscas bautizadas en Elda fueron las niñas Leonor Bufarquí y Joana March, cristianizadas el viernes 25 de septiembre de 1609, diez días antes de su expulsión.

 


[1] GISBERTE PÉREZ, Emilio. Apuntes demográficos para el conocimiento de la repoblación eldense (1605-1639), Revista del Vinalopó: Cartas de poblament del Vinalopó. La repoblación després de l’ expulsió. CEL (Centre d´Estudis Locals del Vinalopó), 2011, nº 14, pp.  93-94

[2]GISBERTE PÉREZ, Emilio. Apuntes demográficos para el conocimiento de la repoblación eldense (1605-1639), Revista del Vinalopó: Cartas de poblament del Vinalopó. La repoblación després de l’ expulsió. CEL (Centre d´Estudis Locals del Vinalopó), 2011, nº 14, pp.  99

 

La población del Señorío de Elda desde la expulsión de los moriscos

Como ya sabemos, en el año 1609 la población morisca fue expulsada del Reino de Valencia por orden del rey Felipe III. Las repercusiones demográficas fueron muy graves, peo también afectaron a las relaciones entre distintos grupos sociales, pues se produjo un aumento de poder de los señores de la tierra, disminuyeron las rentas de la burguesía y crecieron las cargas económicas de los campesinos.

Dentro de esta problemática situación podemos enmarcar a la Villa de Elda, que en el año 1563 contaba con 231 casas de moriscos; en 1572, 285 casas; en 1602, 295 casas de moriscos y en 1609, 700 casas de moriscos. Por tanto, en el momento de la expulsión, Elda tendría una población aproximada de unos 2000 habitantes, de los que el 65% serias moriscos y el 35% restante cristianos viejos.[1]

En la Carta de Población de Elda, al igual que en el resto, se establece el modelo de sociedad fuedo-señorial y los mecanismos de funcionamiento. Dicho documento fue dado por D. Antonio Coloma Calvillo, Conde de Elda, Señor de la Baronía de Petrel y el Lugar de Salinas. Del documento destaca una carta del rey al Con de Elda el 4 de octubre de Elda1609 con la que los morisco de Elda y Petrel fueron conducidos a Alicante para ser embarcados hacia el norte de África. Además, en ella se dice también cuál fue la causa de la expulsión: la obstinada resistencia a la conversión[2]. También se exponen en la carta las pautas a seguir para llevar a cabo la repoblación, pudiéndose dividir estos repobladores en dos bloques: los que se dedicarían a estructurar el gobierno y la administración de la Villa y lo que se encargarían de las cargas económicas y de otros derechos y obligaciones de los vasallos.

Como ya hemos dicho, en la Carta de Población de Elda se exponía el modelo de sociedad feudal, en la que el Señor era el titular de la jurisdicción y de dominio de la tierra. El reparto de las casas y haciendas se hacía a elección del Conde. En cuanto a las cargas económicas impuestas a los pobladores, éstos han de pagar un censo anual perpetuo, proporcional al valor de cada tipo de tierras y de las casas que le hayan correspondido[3]. También debían pagar cargas señoriales por el uso de molinos de la Señoría, y para controlar el pago del mismo se puso un peso público. Además, debían entregar cien libras al Señor como compensación por el pago y amortización de los censales y otros préstamos que pesaban sobre la comunidad de la villa antes de la expulsión.

Por otro lado, hay que comentar que al final de la Carta aparecen relacionados 138 vecinos de la villa que se representan a sí mismos y a los ausentes, que dicen ser la mayor parte y estar convocados en consejo general. De ellos sólo en cuatro casos se señala el lugar de procedencia: uno de Agost, dos de Villena, y uno de Gandía. Aplicando el coeficiente de 4,5, nos daría una población de la villa en torno a 620 habitantes, semejante al anterior 35% de cristianos viejos que permanecieron después de la expulsión de los moriscos[4]

Por último, sabemos que la población de Elda se mantuvo estancada desde 1615 hasta 1646 con 170 vecinos, pero en la segunda mitad de siglo se produjo un crecimiento de la población con el que se llegó a los valores anteriores a la expulsión morisca, por lo que tuvo que suponer un importante movimiento inmigratorio.


[1] SÁNCHEZ RECIO, Glicerio. Revista del Vinalopó: Cartas de poblament del Vinalopó. La repoblación després de l’ expulsió. Carta de Población del Señorío de Elda, 1611-1612. En conmemoración del LXXV aniversario de la conversión de la Villa en Ciutat, 1904-1979, Universidad de Alicante, CEL (Centre d´Estudis Locals del Vinalopó), nº14, 2011, pp. 191-198

[2] SÁNCHEZ RECIO, ref. 1.

[3] SÁNCHEZ RECIO, ref. 1.

[4] SÁNCHEZ RECIOO, ref. 1.

Origen y procedencia de los repobladores de Petrer

Como ya hemos dicho en entradas anteriores la mayor parte de la población de Elda y Petrer momentos antes de la expulsión era principalmente morisca. Tras la expulsión de toda esta población ambas villas quedaron sometidas a una pésima situación económica lo que llevó al conde de Elda a iniciar urgentemente el proceso de repoblación a través de las Cartas Pueblas donde se establecía un contrato entre el señor y los nuevos pobladores referente a las condiciones económicas, sociales y políticas que regirían las relaciones entre estos.

Mujer morisca

Mujer morisca

En muchas ocasiones esta repoblación fue lenta, o al menos no tan rápida como se esperaba. Muestra de esto son las sucesivas reiteraciones de órdenes de repoblación desde la Real Audiencia ya que no se cumplían los plazos de llegada al lugar de destino.

Según un testimonio del obispo de Orihuela en una carta datada en octubre de 1609, a Petrer los nuevos pobladores llegaban al municipio antes de que los propios moriscos hubieran abandonado sus casas. Sin embargo no en todos los lugares ocurría lo mismo ya que otros testimonios de la marquesa de Guadalest nos revelan que tras la expulsión de 1200 moriscos tan sólo habían llegado 120 repobladores cristianos, demora que se produjo en gran medida por las exigencias que se imponían a los recién llegados.

En Petrer tras la expulsión y llegada de los nuevos pobladores tuvo lugar la reducción en un 59,16% de la población total del municipio. Llegaron alrededor de 100-120 familias de cristianos a Petrer venidas desde Castalla, Biar, Xixona, la ciudad de Alicante incluyendo todo su término, lo que hoy son los municipios de Monforte del Cid, Agost, San Vicente y Mutxamel.

A través de dos documentos, tanto uno del Archivo Municipal de Castalla donde se encuentra una relación de las 22 familias castallenses que repoblaron la villa de Petrer y la aparecida posteriormente carta de poblamiento de Petrer, podemos conocer el nombre de todos los pobladores que vinieron a instalarse en el municipio.

Así nos encontramos con la aparición de 49 nuevos apellidos entre los que destacan Rico, Bernabeu, Maestre, Miralles, Payá, Brotons, Pérez, muchos de los cuales se han mantenido hasta nuestros días y podemos encontrar su origen en el siglo XVII. Otros como Huesa, Carransa/Carranza o Sarieto han desaparecido por completo desconociéndose el motivo.

Otros apellidos como Perpiñá o Sirvens aparecen en la actualidad evolucionados a Perpiñán y Sirvent. Y en otros casos algunos de los apellidos aportados por la Carta Puebla de 1611 como son Terol, Perales, Arques, Colomina, Seva, Gironés, Boix, Coloma y Alberola los encontramos hoy en día de forma anecdótica y residual. De un total de 49 apellidos que se establecieron en 1611 se conservan 46 entre las familias petrerenses.

En cuanto a los orígenes de estos apellidos que aparecen en Petrer desde el siglo XVII podemos rastrear su procedencia en los distintos municipios desde los que se repobló la villa. Así desde Castalla llegaron individuos con los apellidos Amad, Colomina, Esteve, Gironés, Juan, Payá, Perales, Poveda, Rico, Serdá y Vellot. Otros como Planelles o Bernabeu procederían de Mutxamiel, Alicante y su huerta, además de ser apellidos a los que se atribuye probablemente origen noble. De familia noble también debieron ser, por aparecer en las listas de insaculación del siglo XVI en Xixona, los apellidos Arques, Brotons, Sirvent, Cortés, García, Mira, Pérez, Soler, algunos de ellos ya mencionados anteriormente.

Los repobladores Biar aportaron los apellidos Maestre, Marco, Amorós, y Perpiñán, mientras que los de Agost tan sólo Seva y Vicedo.

Todo este desglose de apellidos que aparecen en la Carta Puebla de Petrer de 1611 nos ha permitido acercarnos al conocimiento de los lugares de origen de los nuevos pobladores de Petrer indicándonos que llegaron generalmente de los territorios que la circundaban, y en gran medida de Alicante y su huerta, es decir, de zonas muy próximas a Petrer.

Además de conocer la procedencia, el rastreo de estos apellidos nos ha permitido descubrir que en algunos casos el origen de las familias que se asentaron en Petrer era noble, por lo que no estaríamos hablando exclusivamente de la llegada de familias de campesinos o artesanos como cabría esperar para el resto.[1]


[1] MIRA-PERCEVAL VERDÚ, Enrique; RICO NAVARRO, Mª Carmen. Antroponímia y genealogía de los nuevos pobladores de Petrer (1609-1611). Revista del Vinalopó. Cartes de Poblament del Vinalopó. La repoblació després de l’expulsió. CEL (Centre d’Estudis Locals del Vinalopó), nº 14, 2011, pp 53-66. ISNN: 1139-7322