Durante su reinado, Juan II perdió completamente la vista de los dos ojos. Su hijo Fernando el Católico le ayudaba a gobernar y en las Cortes de Zaragoza en 1468 Fernando fue nombrado Rey de Sicilia aunque tenía solamente 17 años.
Un médico intentó devolverle la vista a Juan II. Extrajo la catarata que le cubría el ojo derecho y habiendo tenido éxito con esta operación, el médico la realizó algunas semanas después en el ojo izquierdo con el mismo éxito.
Para esta época, una curación como ésta era algo milagrosa y el pueblo la atribuyó a un poder mágico. Se decía que el rey había sido curado porque sus ojos habían sido tocados con el clavo con el que habían matado a Santa Engracia.
Por eso Juan II mandó construir un monasterio donde fue enterrado Santa conocido como las Santas Masas.