En 1410 murió Martín I de Aragón. Como no tenía descendiente directo, su pequeño sobrino Jacques d’ Urgell que habría debido tomar el trono de Aragón. Pero desgraciadamente para él Pierre IV no lo había oficialmente designado como su sucesor.
Había 4 diferentes personas que querrían subir al trono pero solamente dos de ellos parecían realmente interesantes: el conde Jaime de Urgel y el príncipe castellano Fernando de Antequera.
Jaime de Urgel tenía la ventaja de ser popular en Cataluña pero no en Aragón. Sólo contemplando su legitimidad abrió una polémica enorme.
Por su parte Fernando tenía un apoyo enorme: Castilla, vecina y totalmente poderosa. Además, podía contar con Benoit XIII que quería apartar a su rival que era hostil hacia él. Al ayudar a Fernando subir al trono de Aragón se aseguraba así su apoyo para su legitimidad papal.
Las discusiones duraron durante 2 años. Sin embargo, en 1412, y en el Compromiso de Caspe, se proclama rey de la Corona de Aragón a Fernando.
Así subió sobre el trono de Aragón una nueva dinastía, Trastámara.