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En favor de una renta básica universal

La propuesta de una renta básica universal siempre me ha generado dudas, pero las circunstancias eran otras. Ahora la veo necesaria. Vemos que se cierran vuelos, que va a haber caída drástica de la actividad turística (una de las principales actividades económicas), que Italia mantiene abiertas únicamente las farmacias y supermercados, etc. No hace falta seguir. La contracción de la actividad económica va a ser fuerte y afectar a todos los sectores. En estas condiciones es esperable un crecimiento rápido del desempleo, pero también  del déficit en la relación ingresos-costes de actividades de autónomos y pequeñas empresas. El cierre de espacios educativos y asistenciales implica otro coste relevante por cuidados a menores y dependientes.

Creo que en estas condiciones, hay que aprovechar la sencillez de una propuesta como la renta básica universal. Su gestión podría ser relativamente fácil a través del sistema generado para el pago del IRPF, que por supuesto habría que suplementar con otras medidas.  Habría que gestionarla con urgencia para recibir los ingresos inmediatamente. Se puede por tanto hacer apoyándose en la campaña de la renta 2019. Fiscalmente, sin embargo, sería una operación para la renta de 2020 y, si se suma a los rendimientos del trabajo, etc. de dicho ejercicio, puede tener progresividad.

Habría que determinar la cantidad necesaria para que tenga el impacto que se espera. Debe ser una cantidad suficiente para  prevenir pobreza, afrontar los costes extra de la crisis epidémica, promover la cohesión social y la estabilidad social.

Su carácter sería temporal, podría establecerse por tres meses (a evaluar).

Por supuesto, estas son ideas a reflexionar, están escritas prácticamente a vuela pluma, sin trabajar colectivamente. Creo que esta vez hay que rescatar a la ciudadanía (y a los bancos no les vendrá mal una mejora de nuestras cuentas corrientes).

Nos encontramos ante una nueva situación, con aspectos que no han podido ser ensayados hasta la fecha. La crisis epidémica se puede transformar en otras formas de crisis social (con más o menos violencia estructural y directa). La innovación social, con lógica anticipatoria, no reactiva, será la clave para afrontar la situación de la forma más constructiva posible.

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