Desde sus sacrificios hasta el canibalismo

Como habréis observado en el video anterior, ya nos introduce a los temas relacionados con el ejército. Por eso, voy a continuar exponiendo elementos que entran dentro de este bloque.

Como pueden ser: los sacrificios, el espionaje, las armas y el canibalismo.

-Los sacrificios: A veces se libraban guerras previamente concertadas, las llamadas guerras floridas, con fines religiosos, pues se necesitaban víctimas humanas para los sacrificios. Se consideraba un honor morir de este modo, pues la víctima se convertía en un dios. A veces, los guerreros exigían ser sacrificados como un derecho de quien había sido hecho prisionero. El guerrero capturado entraba a formar parte de la familia del que lo había apresado, que lo trataba como a un hijo hasta que llegaba el momento en el que el sacerdote le arrancaba el corazón. La muerte de las víctimas aseguraba que el sol seguiría saliendo, que las cosechas crecerían y que el país prosperaría.

– Los espías: El espionaje era muy importante en tiempos de guerra. Los mercaderes, que conocían muy bien el país, se disfrazaban a veces de campesinos y escuchaban las conversaciones en el mercado. Sabemos incluso que algunos espías excavaban túneles bajo el campamento enemigo para captar cualquier información.

Las armas: Eran muy sencillas: una rodela, que es un escudo circular, con un gran faldón para protegerse de los dardos, jabalinas con la punta de pedernal o de obsidiana, un propulsor que daba mayor alcance a la jabalina y una mortífera maza que llevaba incrustadas cuchillas de pedernal. Las tácticas guerreras no cambiaron durante siglos y parece que nadie se preocupó de inventar algo nuevo en este terreno.

-Canibalismo: La palma de la mano se consideraba un bocado exquisito. Se cortaban los brazos y las piernas de las víctimas, y los parientes del guerrero que las había apresado los guisaban y los comían. Era un trance muy doloroso comerse a los prisioneros que uno mismo había capturado (pero no había inconveniente en comerse a los apresados por otros). El resto del cuerpo se echaba a las fieras del zoológico para que lo devorasen.

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