Gracias a la realización de este trabajo hemos podido conocer y apreciar la grandeza de Rafael Altamira, un historiador con mayúsculas que trabajó incansablemente para impulsar la historiografía en España. Demostró en vida tener una gran fe en los poderes de la educación, como la defensa más consistente en la prevención de nuevos conflictos armados; en una época convulsa de terroríficas guerras. Defendió y promovió una educación para las clases más populares y una pedagogía con gran sentido moral. Con tales fundamentos se justifica el respeto y la admiración que hoy en día se sigue mostrando a la figura de Rafael Altamira a pesar de haber fallecido hace más de medio siglo.
Por ser una figura con un legado tan extenso, ha resultado sencillo encontrar toda la información que hemos deseado de su persona, al igual que la posibilidad de adquirir sus obras en las diferentes bibliotecas de la Universidad. Gracias a estas facilidades, hemos podido trabajar con mayor holgura y tranquilidad respecto a otros compañeros que no tuvieron la fortuna de escoger a un autor con tanta notoriedad como Rafael Altamira.