La importancia del Imperio español durante el siglo XVI llevó consigo un notable desarrollo del comercio tanto interior como exterior, a la vez que el gran volumen de transacciones originarÍa la creación y el desarrollo de instituciones que las canalizaran. Todo ello conllevó a que la burguesía comercial tuviera una expansión y lograra un progresivo poder.
La burguesía comercial sólo era importante en un número muy reducido de ciudades, y su dedicación se orientaba, sobre todo, al comercio internacional. Básicamente, la actividad comercial se puede agrupar en tres zonas: Las plazas levantinas en el Mediterráneo; el comercio con el mar del Norte, a través de los puertos del Cantábrico y el comercio con las Indias, situado en Andalucía.
LAS PRINCIPALES INSTITUCIONES COMERCIALES
Las Ferias de Medina del Campo: Los años de mayor esplendor de la burguesía mercantil castellana se localizan en los decenios centrales del siglo XVI, cuando llegan a su máximo esplendor las ferias y se desarrolló una mayor actividad en los consulados. Además de los comerciantes castellanos, acudían mercaderes de Valencia, Barcelona, Navarra, Lisboa, Flandes, Génova, Florencia, etc. Era, en su celebración semestral, un extraordinario centro de contratación de comercio de exportación e importación, y de cambios y giros nacionales e internacionales.