Distribución efectiva del tiempo en el examen

Antes de comenzar

  • Material para el examen: lleva contigo todo el material necesario para el examen
  • Intenta colocarte en el sitio adecuado: sin muchas distracciones alrededor, buena iluminación y temperatura
  • Procura rodearte de personas calmadas y serenas, no quedes antes del examen para resolver dudas y aumentar la tensión

En el examen de tipo test-alternativas

  1. Leer atentamente el examen y seguir todas las instrucciones
  2. Distribuir y controlar el tiempo: divide el tiempo entre el número de preguntas y sabrás el tiempo medio para cada una del que dispones. Haz rápidamente un primer barrido y contesta únicamente las preguntas que estés totalmente seguro (ganarás confianza y tiempo), en el segundo barrido selecciona las dudosas con garantías de razonarlas y responder correctamente, en el tercer barrido algunas difíciles y en un cuarto barrido repasa todo.
  3. Responder con precisión, ajustando la respuesta a lo que se solicita: céntrate primero en las respuestas que mejor domines para tener confianza y seguridad, después las dudosas y luego de más difíciles
  4. Ante un bloqueo, la tranquilidad ayuda a recordar, también reescribir la pregunta en un papel en sucio, indicando las posibles opciones de respuesta
  5. Cuidar el contenido – estructura, caligrafía, ortografía, gramática – recuerda que no estás escribiendo un sms en el móvil ni en messenger
  6. Atender a la presentación, claridad y limpieza que faciliten la corrección
  7. Evitar extenderse demasiado en alguna pregunta y restar tiempo al resto
  8. Procurar no dejar preguntas sin contestar: poner un esquema, algunas ideas básicas
  9. Revisar las respuestas antes de entregar el examen

En el examen de tipo desarrollo

  1. Leer atentamente el examen y seguir todas las instrucciones. La lectura puede darte referencias de unas preguntas para otras al facilitar la asociación de ideas. Aclara bien lo que te preguntan y lo que no.
  2. Esquemas para la respuesta: dibujar mapas de conceptos, esquemas en un borrador para organizar la respuesta, señalando los puntos principales que se solicita en la pregunta. Ayuda a romper el bloqueo inicial, el quedarse en blanco, no pretende reproducir la respuesta completa desde el primer momento
  3. Responder con precisión, ajustando la respuesta a lo que se solicita: céntrate primero en las respuestas que mejor domines para tener confianza y seguridad y luego de las más difíciles. Comienza con una brevísima introducción, desarrolla la/s idea/s principal/es y finaliza con una conclusión, con tu opinión razonada si se pregunta
  4. Cuidar el contenido – estructura, caligrafía, ortografía, gramática – recuerda que no estás escribiendo un sms en el móvil ni en messenger
  5. Atender a la presentación, claridad y limpieza que faciliten la corrección, se puede incorporar algún gráfico explicativo si se domina la cuestión
  6. Evitar extenderse demasiado en alguna pregunta y restar tiempo al resto, no irse por las ramas porque causa peor impresión
  7. Procurar no dejar preguntas sin contestar, poner un esquema con algunas ideas básicas por lo menos
  8. Revisar las respuestas antes de entregar el examen

Este artículo forma parte de una serie que puedes ver ordenada en una entrada anterior llamada Preparación de Exámenes

 

Artículo redactado por Domingo Martínez, Psicólogo del CAE

Preparación de exámenes

Estudiantes, estudiar antes. Es la coletilla de un profesor de Física que tuve en Bachiller, que me tocaba la moral porque tenía toda la razón.

En realidad, todo tiene que ver con la planificación. A través del trabajo diario se alcanza la perfección. En muchos órdenes de cosas y también en los estudios.

Si estás buscando la versión corta, lee nuestra guía rápida para preparar exámenes.

La versión detallada (y mucho) a continuación.

Preparación para Test y Exámenes de desarrollo

En el examen

Otras estrategias y herramientas

 

Guía rápida para preparar exámenes

  1. Distingue momentos diferentes: cuando abordas la materia por primera vez (focalizado en comprender) de cuando fijas en la memoria (repitiendo concienzudamente) a cuando repasas (sintetizas y revisas esquemas)
  2. Prepárate antes, con bastante antelación: toma un calendario del cuatrimestre y comienza señalando fechas importantes (entregas de prácticas, exámenes, etc.) y observa el tiempo que tienes hasta entonces para trabajar la materia.
  3. Escoge tu estrategia: selecciona aspectos fundamentales, críticos, aquellos que desconoces, etc. Organiza la información. Establece objetivos y plazos (planifica)
  4. Escribe tu horario: en bloques de 3 horas (con descansos de 10 minutos cada hora), con un descanso largo de 1,5 horas o 2; varios días a la semana y algún día varias sesiones de 3 horas.
  5. Adapta tu estilo de trabajo al tipo de examen: los exámenes test de múltiples respuestas afinan en los detalles (has de comprender bien los conceptos y sus relaciones); los exámenes de desarrollo analizan temas e interpretaciones (has de conocer la materia y saber explicarla); los exámenes de problemas precisan también de comprensión conceptual así como de razonamientos numéricos exactos, precisos.
  6. Practica el examen: coge a tu abuelita, amiga/o, novio/a, compañera/o y dale el tostón; mírate al espejo y recita; grábate con el móvil; escribe el tema con un cronómetro; practica sólo y acompañada/o
  7. En el momento del examen: primero responde rápidamente las preguntas que sabes seguro (ganarás confianza); anota ideas al margen; repite el texto de la pregunta para romper el espacio en blanco;
  8. Aprende a relajarte: cuando se estudia paradójicamente se ha de alcanzar un estado de concentración-relajada, es decir, que físicamente estemos libres de tensiones pero mentalmente activos, concentrados. El día del examen será fundamental manejar bien nuestros nervios y no dejarnos llevar en exceso por ellos.

Artículo redactado por Domingo Martínez, Psicólogo del CAE

Exposiciones de música en público

 

Mi miedo escénico me impide controlar mis dedos y respiración en clase de música. Todos los días nos evalúan individualmente y delante de los compañeros a tocar la flauta. A causa de este motivo, aún sabiendome perfectamente la canción que tengo que exponer, no consigo controlar mis dedos ya que tiemblan y me impiden demostrar lo que sé. Esto provoca que no saque la nota que merezco y aumenta ese miedo antes, después y durante la prueba. Se ha convertido esta asignatura que consideraba muy agradable al principio en una “pesadilla” que me afecta mental y físicamente.

Así se expresa un estudiante cuando afronta las clases de música en sus estudios de Grado de Maestro de Primaria.

En realidad, está consolidando un aprendizaje, pero de malas experiencias en vez de buenas experiencias que le hagan superarse.

La buenas experiencias no las vamos a tener de un día para otro, sino a partir de una serie de exposiciones a la prueba, donde nos vayamos encontrando más tranquilos y seguros cada vez: la primera vez será difícil controlar, pero si mantenemos una actitud positiva (ejemplo: sé que no es fácil, pero tengo que seguir intentándolo, soy capaz de controlar. ¿En qué he fallado? ¿Qué debo mejorar?) frente a una actitud negativa (ejemplo: sabía que volvería a pasar, nunca lo conseguiré…) poco a poco iremos mejorando los resultados.

Para conseguirlo, se necesita el apoyo de personas de confianza: amigos, familiares, profesores y psicólogos.

  • Puede ser conveniente hablar con el/la profesor/a para tener otra oportunidad o para ensayar con él/ella lo que luego será la prueba de evaluación.
  • También se puede encontrar mucho material de ayuda en Internet con técnicas de relajación: Artículos de UAYUDA – Miedo; Artículos de UAyuda – Miedo a hablar en público; Siquia – Técnicas de Relajación
  • Los expertos del CAE recomiendan: Aprender la relajación progresiva de Jacobson. Practicando en casa, cuando se domine la relajación progresiva y estando tranquilos, se ha de continuar entrenando técnicas de visualización: primero te relajas-luego entrenas las técnicas de visualización.  Cuando se domina la visualización (una semana o así 1/2 sesiones al día para cada una) se puede continuar con la siguiente secuencia: relajación + visualización (esta vez, imaginándose tocando la flauta en la prueba de evaluación). Cada vez que aparezca una señal de nerviosismo, detenerse e intentar volver a relajarse respirando profunda y relajadamente.

Si se es constante en esto, se puede generar una expectativa de control y seguridad que ahora no tiene. Bueno, en realidad, como dijimos al principio, lo que ahora está bien aprendido es lo contrario. Sin embargo, con estas técnicas, no vamos a dejar de estar nerviosas/os cuando nos enfrentemos a la prueba (sobre todo antes), pero podremos controlar mucho mejor nuestra ejecución.  ¡Ah! y cuando algo está muy bien entrenado, suele  salir automáticamente, aunque estemos nerviosas/os.

Ahora te toca a ti ponerlo en práctica. Si crees que te podría ayudar tener alguna entrevista personal para comentar o mejorar estas técnicas, entra en la Oficina Virtual del CAE y solicita una cita con los psicólogos.

¡Ánimo!

 

Artículo redactado por Domingo Martínez, Psicólogo del CAE

Whatsappear y los exámenes qué tienen que ver?

Qué tienen en común WhatsApp y hacer un examen, os preguntaréis.

Pues, leyendo un artículo del Blog de Antonio Omatos sobre WhatsApp (“Seguro que sabes whatsappear“) me ha venido a la cabeza experiencias similares a través de una plataforma más antigua, la mensajería electrónica o email.

Pero, es curioso ver cómo pese a evolucionar tanto las formas de comunicación humanas, en el fondo, siguen persistiendo los mismos errores. El mensaje se configura en la mente del emisor, se codifica y se expresa escrito y, el receptor, además de decodificar el mensaje escrito, procesa un mensaje implícito o que piensa que está implícito. Y ahí comienzan los malentendidos. O bien entendidos, quién sabe 😉
Omato cuenta una historia ejemplificante en su blog:

Historia A: Personajes: Juan y Marta son novios.
18:00. Juan envía el siguiente mensaje a Marta: “Marta cariño, lo que te he dicho no lo sentía. Necesito hablar contigo. Contéstame cuánto antes a este mensaje, por favor”.
18:15. Juan manda el siguiente mensaje “Marta, contéstame por favor
18:30. Juan observa que Marta se ha conectado a las 18:25 y que los mensajes que ha enviado están con doble check

Sea como fuere, a partir de lo que entendemos al decodificar el mensaje e interpretamos la intencionalidad del otro, damos por cierta información que está por contrastar en realidad y actuamos en consecuencia. Tomamos como ciertas cosas que realmente están sólo en nuestra mente. Y esto lo hacemos diariamente.
Y lo hemos hecho tan a menudo que ninguna nueva tecnología consigue corregir este sesgo cognitivo. A fin de cuentas, a quién le gustaría que corrigieran lo que quiere decir en un momento dado.

Los malentendidos en los exámenes

Esto pasa en todos los ámbitos de la vida. Incluso en la Universidad, incluso en los exámenes. Lees una pregunta y dices: “¡zas!¡es la mía, me la sé!¡los vikingos!” Y respondes lo que sabes, lo que te gustaría que tu hubieran preguntado, lo que te acaban de comentar antes de entrar al examen los compañeros, etc., pero NO RESPONDES lo que te preguntan.
Y luego viene el desengaño.

Moraleja: “Leed muy bien lo que os preguntan en los exámenes”

Emocionante final de curso …

Nos adentramos en la recta final del Curso 2013/2014

Las sensaciones y las emociones varían de un día para otro casi tanto como el tiempo primaveral.

Si te encuentras en lo alto de una montaña rusa emocional, con fases de euforia y fases de tristeza y depresión o ansiedad altas, es comprensible porque llegamos al final del curso académico y las exigencias son muchas.


Pero si tienes ansiedad elevada, seguramente empleas un estilo autoculpativo y una rumiación autofocalizada que no te ayudará demasiado. Mientras que la ansiedad baja o más controlada se asocia con un estilo de aproximación y acomodación, como si la preocupación por los exámenes ayudara a afrontarlos mejor.

Puedes recurrir al saber popular para afrontarlo (litros de café y otros estimulantes, horas nocturnas en la biblioteca, etc.) o revisar en las entradas que publicamos anteriormente algunas recomendaciones de expertos.

Aunque no es algo que vaya a desparecer de la noche a la mañana, el hecho de afrontar y aprender a controlar la ansiedad ante los exámenes te ayudará a aprender a controlar el estrés, lo que te será de gran ayuda en muchas otras situaciones.

¡COMIENZA YA, … ANTES LO SUPERARÁS!