El Gran Duque de Alba

Uno de los cuatro militares imprescindibles del reinado de Felipe II, temido en todo el mundo conocido a lo largo del Siglo XVI y recordado en los siglos posteriores (especialmente por la “leyenda negra”).

 

Fernando Álvarez de Toledo, general y político español, conocido como el Gran Duque de Alba, que sirvió al emperador Carlos V y a Felipe II. Nació en la localidad abulense de Piedrahita, el 29 de octubre de 1507 y, desde muy joven, se dedicó a las armas participando a las órdenes del Condestable de Castilla en el sitio de Fuenterrabía (1524) y en la defensa de Cataluña contra los franceses.

Ya convertido en duque (1531), participó en diversas campañas del Emperador, en especial la de Túnez (1535) y la guerra contra la Liga protestante de Esmalcalda, a la que venció en la batalla de Mühlberg al mando de las tropas carolinas (1547). Sin embargo, sus intervenciones más importantes se produjeron en el reinado siguiente, pues el joven Felipe II le manifestó una especial confianza ya que Alba y su esposa habían sido padrinos de la boda del rey con María Tudor (1554). Por ello y por su experiencia militar fue designado virrey de Nápoles (1556-1558), donde tuvo que hacer frente a un ejército francés.

En 1567 fue enviado a los Países Bajos para sofocar la revuelta. Allí instituyó el Tribunal de los Tumultos, o de la Sangre, encargado de juzgar, condenar y confiscar los bienes de los rebeldes. También potenció el papel de la Inquisición y puso en vigor leyes contra la herejía. Asimismo, modificó y unificó el sistema legal de las provincias, introdujo leyes castellanas y aumentó los impuestos con el objeto de costear la estancia de sus tropas, sin respetar las libertades tradicionales flamencas. Como consecuencia de esta dura política, no sólo fracasó en sofocar la revuelta, sino que la avivó. Finalmente, Felipe II le destituyó en 1573.

Nombrado consejero de Estado, manifestó su opinión contraria al envío de Juan de Austria a Flandes y apoyó el matrimonio de su hijo Fadrique -heredero del título ducal- contra la voluntad del rey. Como consecuencia, cayó en desgracia, se retiró de la vida pública en Alba de Tormes y llegó a estar preso con su hijo en Tordesillas. Pero se le llamó de nuevo para doblegar la oposición portuguesa contra Felipe II, quien reclamaba sus derechos dinásticos al trono de Portugal al ser nieto de don Manuel I (1580). Entró en Lisboa tras vencer al ejército de Diego de Meneses y obtuvo la rendición de la flota portuguesa. Como recompensa por su eficacia, el anciano duque fue nombrado condestable de Portugal y recibió el Toisón de Oro. Murió en Lisboa el 11 de diciembre de 1582.

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