Alicante comprendía en la edad moderna los términos municipales de Alicante, Busot, Aguas de Busot, Monforte, Campello, San Juan, Muchamiel y San Vicente. En fechas anteriores, también incluyó los municipios de Aspe y Novelda.
Durante estos siglos que comprende la Edad Moderna, surgirán nuevos señoríos, como es el caso de Villafranqueza y Peñacerrada. Al mismo tiempo se dieron desmembraciones de municipios como San Juan, Muchamiel y Benimagrell que pasaron a ser independientes. En años posteriores, se volvió a dar esta desmembración en San Vicente y Campello.
Todos estos sufrieron en la época bajomedieval la conocida crisis del siglo XIII, al igual que el resto de España. Con la desaparición de la peste negra, el término de Alicante, al contrario que otros términos del reino de “mayor importancia”, experimentó un crecimiento demográfico. Esto impulsó a Fernando el Católico a dar el título de “Ciudad” a Alicante. Con ello se convirtió probablemente en la cuarta ciudad más poblada del reino.
Volviendo al crecimiento demográfico, mencionar que su población se triplicó durante el siglo XVI, pero fueron los municipios de San Juan y Muchamiel los que mayor aumento demográfico experimentaron. Esto no hacía posible el agrupamiento de la población dentro de la ciudad, delimitada por la muralla medieval, de tal forma que acabó ampliándose extramuros en forma de arrabales. Dicha ampliación de la ciudad extramuros no fue la única consecuencia del aumento de demográfico, ya que debido al obvio aumento de la demanda de productos agrícolas se produjo una colonización de la huerta.
Teniendo en cuenta todos estos datos, se podría concluir que los términos municipales que englobaba Alicante, fueron de vital importancia para el desarrollo de esta región a todos los niveles.