Vida y muerte de un oriolano

Referencia bibliográfica: Gibson, Ian. Cuatro poetas en guerra. Barcelona 2007. Editorial: Planeta. ISBN 9788408070900

Nace una figura literaria

Concretamente, en la ciudad de Orihuela, provincia de Alicante. Creció alrededor del paisaje natural del Bajo Segura, junto a su río, en una pequeña casa modesta y de familia humilde. Comenzó sus estudios bajo la atenta y dogmática educación jesuita, aunque pronto tendría que abandonar (como era muy típico en aquella época) los estudios para ponerse a trabajar como pastor. Sin embargo, la semilla de la cultura y las ansias por la lectura poética ya habian germinado en su interior. Estaba naciendo un poeta.

Adquiere una preparación mayor al introducirse en un ambiente cultural oriolano de la época, donde empieza a formar el caracter que le seguirá durante tantos años hasta su temprana muerte.

Viaje a Madrid

Aquí es donde comienza a surgir sus amistades tan llamativas como la del célebre Pablo Neruda, que se conmocionará al enterarse de la muerte del oriolano en manos fascistas. En la capital del Estado español también empezará su breve etapa surrealista. Siempre comprometido con los mas desfavorecidos y con la pobreza que en aquella época asolaba el país, siempre tan cercano al pueblo, fue querido por este. Quizás porque el mismo pertenecía a esa misma clase que tocaba a la puerta de la revolución social. Conoce a García Lorca y se nutre con la compañia de los mejores poetas de la época como el granadino y Juan Ramón Jiménez.

Guerra Civil y vuelta a su tierra natal

Al comenzar la contienda que enfrentará a las 2 españas, poniéndose del lado de los que se echan a la calle para defender la República, afiliándose al Partido Comunista de España. Pasa al frente de Teruel como tantas otros, dada la importancia de este sitio al comienzo de la sublevación fascista. Más tarde se casa y tiene un hijo que muere al poco tiempo, al cual le dedica un poema.

Miguel Hernández arengando a las Brigadas Internacionales

Sin embargo, lo cogen prisionero al intentar exiliarse al país vecino, Portugal. Aunque gracias a las presiones que hace su amigo Pablo Neruda sale libre y sin cargos, al volver a sus raices de Orihuela, es delatado y vuelto a prisión. Acaba muriendo por enfermedad en una cárcel de la mala muerte ante la nula asistencia médica del régimen. Este último, al ver la mala prensa que cayó sobre su causa el asesinato de García Lorca, decidió simplemente dejar que se muera por causas naturales.

Miguel Hernández morirá en Alicante a los 32 años de edad tras ser repudiado, tristemente, por su padre. Pablo Neruda, amigo íntimo, le dedicará una emotiva frase:  . ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra!

El célebre poeta se crió entre los ricos paisajes colindantes al río Segura, y como todo lo que se va vuelve, volvió para morir bajo la injusticia, cerca de su río. Por creer en sus ideales.

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