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La figura de Catalina en la política de Enrique VIII (Parte I)

–          Introducción:

Vamos a dividir en fases la siguiente entrada en la que hablaremos de la relevancia de Catalina en la política impulsada por su marido, Enrique VIII. No obstante, se debe hacer mención a una serie de datos antes de dar paso al grueso de la entrada: La obra política de Catalina en Inglaterra fue, más o menos, desde 1509 a 1525, época que algunos han calificado como “época de Catalina”. Durante tal período, destacará la labor social que la misma llevará a cabo en diversos campos como: Obras culturales y benéficas, interés por el Humanismo y la cultura, defensa de los marginados y además, parece que asumió los costes de algunos estudiantes sin recursos. Por otro lado, ejerció de consejera con su marido y además fue una brillante política.

1. Primera toma de contacto con Inglaterra:

Catalina, como todo descendiente de reyes, era una pieza clave en la política matrimonial que llevaban a cabo sus padres (y que explicaremos en otra entrada). Así pues, siguiendo dicha política, cuyo principal fin era aislar a Francia, Catalina fue prometida con el príncipe Arturo de Gales el 26 de marzo de 1489, sellándose a través del tratado de Medina del Campo una alianza entre Inglaterra y España.

No obstante, mientras Catalina iba creciendo, iba ganando belleza a la par que su madre, Isabel la Católica, reconsideraba la alianza ya pactada con Inglaterra. De todos modos, en 1497 la alianza se renovó y se confirmó con una ceremonia matrimonial en Inglaterra, pero este matrimonio no duró mucho tiempo porque, Arturo, príncipe de Gales, falleció a causa de una enfermedad al año de haber contraído matrimonio.

Será a partir de este momento, donde Catalina empiece a formar parte directa de los intereses británicos:

2. Boda con Enrique VIII e inicio de su papel como consorte:

Tras la muerte de Enrique VII, le sucederá su hijo Enrique, quien ocupará el trono en 1509 bajo el nombre de Enrique VIII. Una vez obtenido el poder, Enrique se encaprichará de Catalina, con la que se casará tras obtener una dispensa papal por haber contraído ésta matrimonio previamente (aunque sin llegar a consumarlo).  Así, la primera fase del matrimonio pareció ser un éxito, puesto que el amor no tardó en surgir por ambas partes y además, Catalina, no tardó en granjearse el cariño del pueblo. De hecho, en los primeros años de matrimonio, era algo natural encontrar a la pareja yendo a cabalgar, a cazar, etc. No obstante, tal felicidad fue efímera, ya que Catalina, pese a haber estado encinta hasta 6 veces, no pudo engendrar más que una hija, lo que provocó tensiones varias entre el matrimonio.