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Biblioteca morisca en Potries (Gandía)

Los moriscos valencianos, al igual que los granadinos, siempre detentaron un superior nivel cultural entre la comunidad morisca de España, no solamente por su fidelidad a la lengua árabe, a los preceptos religiosos islámicos y a las costumbres musulmanas, sino también a su cultura escrita, pese a los pocos textos que han sobrevivido a las purgas y al paso inexorable del tiempo. Casi todos los libros árabes valencianos se han perdido para la posteridad, excepto algunos ejemplares conservados al azar en El Escorial, el Palacio Real de Madrid, Valencia, la British Library y la Bibliotheque Nationale de París.

Pareja morisca.
Pareja morisca.

A diferencia de lo ocurrido en Aragón o en Andalucía, apenas se han encontrado bibliotecas moriscas al derribarse o reformarse una casa en Valencia, y aún menos en Murcia. El 12 de febrero de 1789, don Joaquín Linares Martínez, un cultivado vecino de Gandía notificó al Conde de Floridablanca, secretario de Estado de Carlos IV, que en Potries, a una legua de Gandía, se habían hallado 18 ó 20 libros en árabe, al tirarse una pared en la casa de Vicente Fuster. Para evitar su destrucción por los propietarios del inmueble, labradores, Linares lo comunica al ministro ilustrado, famoso por su interés en conservar el patrimonio cultural español.

Tal vez pudiera atribuirse al célebre cadí gandiense Moscayre, célebre por sus diatribas con Bernardo Pérez de Chinchón por su Antialcorán, pero parece más probable que fuera un comerciante o un rico labrador, que no eran iletrados ni lejanamente, aunque por su condición social se les vea como tales. De lo que no cabe duda alguna es que el pequeño conjunto bibliográfico de Potries es el mayor fondo documental morisco del Reino de Valencia.

Literatura aljamiada.
Literatura aljamiada.

Supera al extraordinario hallazgo de los libros y papeles escondidos en una de las paredes de la ermita de Albalat de Sergat, en 1904. Otros hallazgos posteriores son los del castillo de Vilavella (1941) y Muro de Alcoy (1951). La respuesta de Floridablanca a Linares llegó pronto: debía adquirir el lote completo. A partir de ahí, perdemos la pista sobre el destino del lote. Puede que fuera enviado a algún franciscano arabófono destinado en Marruecos, o que fuera donado al sultán Mulay Solimán por Carlos IV.

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Joanot Martorell y Tirant lo Blanch

Biografía del autor

Joanot Martorell nació probablemente en Valencia, entre 1405 y 1410, en el seno de un importante linaje nobiliario, aunque su familia era originaria de Gandía, y en la actualidad varios autores defienden que nació en esta ciudad de La Safor. Fue un caballero brioso, muy aficionado a las luchas caballerescas, que intervino en diversos conflictos de este tipo (justas, pleitos, batallas a muerte…), de los cuales destaca el que le enfrentó con su primo Joan de Monpalau, y de incumplido la promesa de matrimonio. Precisamente este duelo lleva a Martorell a viaja a Londres para pedir al rey Enrique VI de Inglaterra que haga de juez. Pero, finalmente, Monpalau no comparece en el duelo y el conflicto se resuelve con una indemnización económica. A causa de diferentes pleitos caballerescos y económicos, Joanot Martorell hace otros viajes a Portugal y a Italia.

Miniatura del "Tirant lo Blanch".
Miniatura del “Tirant lo Blanch”.

En 1460, comienza a escribir Tirant lo Blanch, pero unos cuantos años más tarde, en 1468, le sorprende la muerte y el libro queda inacabado. Asimismo, el manuscrito de Martorell llega a manos de Martí Joan de Galba como prenda por el dinero que aquél le debía. Galba pone a punto la novela y la hace imprimir en Valencia en 1490.

Además del Tirant, dentro de la producción de Joanot Martorell cabe destacar las numerosas letras de batalla y un relato inacabado titulado Guillem de Varoic, adaptación de una narración anglonormanda del siglo XIII que Martorell conoce en Londres en 1438 y que encontramos en los primeros capítulos de Tirant lo Blanch.

Tema, estructura y argumento de Tirant lo Blanch

La novela Tirant lo Blanch narra las proezas de un caballero que con su esfuerzo y valor consigue el grade de capitán general y, después de poner fin a la amenaza de los turcos contra Constantinopla, es casa con la hija del emperador, Carmesina, al mismo tiempo que se convierte en heredero del trono.

El libro comienza con las aventuras del caballero ermitaño Guillem de Varoic, el cual vence a los sarracenos y libera Inglaterra. Caballeros de todo el mundo asisten a las fiestas con motivo de la boda del rey inglés. Tirant, que iba, se duerme encima del caballo y cuando despierta se encuentra con el ermitaño Guillem de Varoic, que le alecciona sobre caballería. En la corte, Tirant es nombrado caballero por el rey de Inglaterra y participa en diversos combates caballerescos con éxito.

Al enterarse Tirant de que la isla de Rodas se halla asediada, acude acompañado del infante Felipe, hijo del rey de Francia. En Sicilia, Felipe se enamora de la princesa Ricomana. Mientras tanto, Tirant lleva a cabo con éxito la liberación de Rodas. Después hace una especie de peregrinaje a Tierra Santa y rescata a cautivos cristianos.

A continuación, Tirant se dirige a Constantinopla para luchar contra los turcos, que amenazan el Imperio Bizantino. El emperador le hace capitán general del Ejército y Tirant gana todas las batallas gracias a su valor e ingenio. En esta parte aparecen escenas románticas que se alternan con las acciones militares. Así, asistimos al enamoramiento de Tirant con la princesa Carmesina y al cortejo, lleno de dificultades, pese a la ayuda de la doncella Plaerdemavida. Las traiciones del Duque de Macedonia obligan a Tirant y Plaerdemavida a embarcarse en un barco que naufraga en las costas del Norte de África. Tirant es apresado y, posteriormente, liberado para luchar contra los moros. Consigue ganar fama militar y convertir al cristianismo diversos reinos magrebíes. Finalmente, acompañado de Plaerdemavida, retorna a Constantinopla. Una vez allí, libera el Imperio de la amenaza turca, se casa con Carmesina y es nombrado César del Imperio. Al final, sin embargo, Tirant enferma y muere después de hacer testamento. Carmesina muere también, a causa del dolor por la muerte de su marido. Finalmente, Hipólito, el escudero de Tirant, se casa con la emperatriz y se convierte, por tanto, en emperador.

En el Tirant lo Blanch se combinan perfectamente tres planos: el caballeresco, donde abundan los torneos y las acciones militares; el histórico, con referencias constantes a la realidad inmediata de aquella época y a personajes históricos; y el realista, al constituir una muestra de la realidad cotidiana de la época.

Joanot Martorell creó con Tirant lo Blanch una novela total, compleja y múltiple como la vida, ya que, como señala Mario Vargas Llosa, es una “novela caballeresca, fantástica, histórica, militar, social, erótica y psicológica: todas estas cosas al mismo tiempo y ninguna exclusivamente, ni más ni menos que la realidad.” A pesar d esto, el afán del autor por presentar las diversas historias de una manera verídica y creíble es uno de los elementos más destacados del Tirant, que permite considerarla como una novela moderna.

Por otra parte y en este mismo sentido, Miguel de Cervantes, en el Quijote, hace esta valoración:

“Digoos verdad, señor compadre, que, por su estilo, es éste el mejor libro del mundo; aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con estas cosas de que todos los demás libros deste género carecen.”

Cartel de la película "Tirant lo Banch", de Vicente Aranda (2006).
Cartel de la película “Tirant lo Banch”, de Vicente Aranda (2006).

Asimismo, la nota más original y atractiva la aportan el humor, la ironía y, sobre todo, el erotismo, porque frente el tratamiento más refinado y espiritual del amor en la narrativa medieval, en el Tirant las manifestaciones del amor son múltiples, entre las cuales se incluye un amplio repertorio (lesbianismo, fetichismo, adulterio, alcahuetería…). En el Tirant el amor es tan importante como los hechos caballerescos y militares. El amor aparece, a veces, en su vertiente sensual y erótica, aunque en estas escenas el autor siempre adopta una actitud irónica y humorística.

Los personajes más importantes del Tirant tienen un tratamiento psicológico moderno, porque son de carne y huesos, con evoluciones y cambios de carácter a lo largo de la novela. Así, Tirant es un héroe moderno por su humanidad, que se acentúa en la vida íntima, donde se revela como un amante tímido e inexperto, o en su muerte a causa de un simple resfriado.

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Ausiàs March

Ausiàs March, tradicionalmente vinculado a Gandia y Beniarjó, parece, sin embargo, que nació en Valencia el año 1397. Hijo de Pere March y sobrino de Jaume March, ambos poetas y caballeros del XIV, pertenece a la baja nobleza. Como caballero participó en la campaña militar de Alfonso el Magnánimo en Italia (1420 – 1425) y fue recompensado con territorios y honores. El año 1425 es nombrado halconero mayor del rey, justo cuando acaba su vida militar y se inicia la época de creación poética de Ausiàs March. Poco tiempo después residió en Gandía y Valencia, desde donde se dedica a administrar sus bienes.

Ausiás March como San Sebastián, tabla de Jacomart, Museo Diocesano, Colegiata de Xàtiva.
Ausiás March como San Sebastián, tabla de Jacomart, Museo Diocesano, Colegiata de Xàtiva.

Se casó con Isabel Martorell, hermana de Joanot Martorell, autor del Tirant lo Blanch. Dos años después, enviudó, y a partir de ese momento, lo encontramos involucrado diversos conflictos y pleitos. Contrajo matrimonio nuevamente, con Joana Escona, que murió también sin descendencia; asimismo, tuvo hijos naturales. Ausiàs March murió en Valencia el año 1459.

La poesía de Ausiàs March supuso la ruptura con la poesía trovadoresca. Escribió en valenciano porque quería abandonar expresamente la lengua occitana como lengua poética, y, además, su poesía amorosa es personal y sincera, con profundas reflexiones sobre la muerte. Ausiàs March se aleja de la tradición trovadoresca, sobre todo por el tono intimista y por la reflexión personal que aportan las vivencias y los sentimientos de un yo concreto, con virtudes y defectos, con dudas y certezas.

Pero por encima de reminiscencias, de influencias o, si se prefiere, de plagios, hay en Ausiàs March, a lo largo de su obra, una cosa que lo separa fundamentalmente de trovadores provenzales y de poetas italianos, y es su actitud frente a la mujer. La dama de los trovadores es cantada prestando atención a su jerarquía social, es la domna, la señora, entendido feudalmente el término, a la cual el poeta rinde un vasallaje amoroso que es una adaptación del vasallaje feudal. Este concepto, propio de las condiciones sociales de las cortes del Mediodía de las Galias y que debido a condiciones similares se mantuvo vigente en Cataluña hasta finales del siglo XV, como demuestran Gilabert de Próixita, Andreu Febrer, Jordi de Sant Jordi y otros, no encajó con las condiciones sociales italianas; y en Italia, los stilnovisti, opusieron a la señora de los trovadores, la alta categoría que se basaba en el linaje, la mujer angelicata: aquélla que merece ser amada no por la nobleza de la sangre, sino por la nobleza del corazón, o sea el corazón gentil (no olvidemos que gentil significaba noble).

Poema de Ausiàs March.

La sublimación de la dama es cada vez más grande entre los poetas italianos: para Dante Beatrice será la Teología que la conducirá hasta Dios, y para Petrarca Laura encarnará la más elevada espiritualidad. En este camino ascendente era imposible llegar más alto. Y Ausiàs March, lógicamente, no lo pretendió. Lo que hizo nuestro autor, y no lo hicieron ni los trovadores ni los italianos, es considerar a la dama simplemente como una mujer: con virtudes y vicios, con firmeza y debilidad, un ser capaz de pecar y de hacer pecar al poeta. La sitúa a ras de tierra, donde realmente está, y desde la tierra la ama o la odia, la reza o la canta cuando muere, y descabeza toda una teoría moral sobre los diversos amores y los contradictorios estados del enamorado.

Esta nueva visión de la mujer muestra un distanciamiento respecto a la sensibilidad medieval. Ahora bien, nuestro poeta, lejos de ser un precursor del Renacimiento, continúa siendo un poeta típicamente medieval sin tenemos en cuenta los temas, los procedimientos estilísticos, la métrica y la actitud moralista.

* Dejamos aquí el enlace de un vídeo que nos ha dejado nuestra compañera Jéssica, del blog Un viatge per la Xàtiva del segle XVIII. Esperamos que os guste: http://www.youtube.com/watch?v=xh11JDaql6w

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Monasterio de San Jerónimo de Cotalba

A unos 8 km de la población de Gandía en dirección a Albaida, siguiendo el antiguo camino real que unía Dénia con Xàtiva, se alzan los restos de una de las mayores fundaciones jerónimas valencianas; el monasterio de San Jerónimo de Cotalba. Desde 1994 es BIC, encontrándose abierto al público desde el año 2005 mediante un acuerdo de la Generalitat con sus propietarios.

El primer documento que nos habla de su existencia, en una inscripción conmemorativa en la base de una torre militar próxima al lugar, data del año 1388. Ya en esta temprana fecha se observa el interés que los propios duques de Gandía tuvieron en la promoción del monasterio.

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En cuanto a su evolución en la época moderna desde el punto de vista arquitectónico nos encontramos con que en el siglo XVI, bajo el patronazgo de la marquesa María Enríquez, se construye la planta superior del claustro. La iglesia tuvo una gran reforma de 1683 a 1704, decorándose según los gustos barrocos de la época, construyéndose un gran transagrario. En el siglo XVIII tenemos la reconstrucción del claustro entre 1744 y 1755, transladando el hospital y el granero, e incluso a finales de siglo fueron construídas nuevas celdas para los monjes.

Por lo que respecta al patrimonio material del monasterio, destaca la obra de un monje de mediados del siglo XVI llamado Fray Nicolás Borrás, al cual pertenecen la mayoría de obras pictóricas que tenía el conjunto. Entre estas sobresalen las realizadas para el altar mayor (estudiadas por Fernando Benito), todas las que decoraban las capillas laterales, así como las pinturas del coro. Junto a estos dos conjuntos, Fray Nicolás también se encargó de la decoración de las estancias de los monjes; refectorio, aula capitular, claustro, y un pequeño oratorio exterior al edificio principal.

Tras la ocupación francesa durante la Guerra de la Independencia, que ocasionó pérdidas menores, el monasterio se ve afectado por la desamortización del Trienio Liberal (1820-1823), y la de Mendizábal en 1835, que llevará a su cierre definitivo y la dispersión de todo su patrimonio

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Gran parte de las obras de Fray Nicolás se encuentran depositadas en el Museo de Bellas Artes de Valencia, siéndo destruidas durante la guerra civil las conservadas en parroquias y centros de culto cercanos al monasterio, al igual que algunas tallas y objetos litúrgicos.

Los fondos escritos fueron dispersados entre distintos libreros, pudiéndose recuperar para dominio público algunos de ellos, destacando la Historia General de nuestro Real Monasterio de San Gerónimo de Gandía ( publicada en 1757 y realizada por fray Francisco del Castillo).

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Joan Roís de Corella

Joan Roís de Corella nació, probablemente, en Gandía entre 1433 y 1443. Además de escritor aristócrata, fue maestro en Teología. Como noble no tenía acceso a otras profesiones como la medicina o la jurisprudencia, propias de la clase burguesa, y hubo de dedicarse necesariamente a la carrera eclesiástica. A pesar de su vida religiosa, Corella tuvo una intensa vida sentimental, la cual constituyó uno de los motivos temáticos más importantes de su obra literaria. De todas las damas con las cuales mantuvo relaciones destaca Caldesa, a quien Corella dedicó más de una composición. Vivió en Valencia, donde frecuentaba las tertulias literarias, y donde moriría en 1497. La muerte de Corella se ha relacionado tradicionalmente con la clausura del Siglo de Oro de las letras valencianas.

Retrato de Corella.
Retrato de Corella.

En cuanto a la obra, cabe destacar la extensión de la misma y su variedad. Escribe en prosa y en verso, y a menudo aplica técnicas de un género al otro. Así, a veces encontramos poemas insertos en algunas narraciones. De hecho, Corella consideraba poéticos todos sus textos. La presencia de elementos autobiográficos y sentimentales, junto con el desarrollo de nuevas formas de expresión, constituyen dos de los rasgos más característicos de la obra corelliana, completamente innovadora en la literatura de aquella época.

Como poeta, Roís de Corella es autor de poesía religiosa, circunstancial, pero sobre todo es la poesía amorosa el hito más destacado de su obra. Por lo que respecta a la poesía religiosa, Corella escribió tres poemas de temática mariana, entre los cuales destaca la Oració a la sacratíssima Verge Maria.

La poesía amorosa de Corella, muy difente de la poesía de Ausiàs March, es más sincera y más personal y sus versos poseen una extraordinaria musicalidad, inusual hasta entonces en nuestras letras. Entre las poesías románticas, cabe señalar el ciclo temático de Caldesa, una dama bella y elengante, que aceptó el amor de nuestro escritor, pero le fue infiel, como dejó ver el mismo autor en los versos de Desengany, poema incluido en la obra en prosa Tragedia de Caldesa. La amargura producida por el engaño de Caldesa dará paso a la ira y al sarcasmo con que el poeta se dirige a Caldesa, justo cuando la pasión se ha apagado.

Otro poema que refleja el dolor íntimo de Corella es la Sepultura, en donde el poeta aparece esculpido en mármol, arrodillado a los pies de la imagen de la dama. Pero, la Balada de la garsa i l’esmerla es, probablemente, el poema amoroso más bello y más delicado de Roís de Corella. El autor coge dos aves como simples referentes metafóricos de la dama y del poeta enamorado para introducir el tópico literario de la mort per amor.

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