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Opinión Varios

Con Haití en la memoria.

PH2010011301299Cuando uno se acerca a los medios estos días dan ganas de dejarlo. Apetece más apagar la tele, cerrar el periódico sintonizar otra emisora o abrir otra web. Esa es una de las primeras reacciones que tenemos cuando se nos acerca la catástrofe de Haití. Pero si nos forzamos a mirar, si tratamos de escuchar, más allá de las cifras se nos intenta transmitir un mensaje: no olvidemos Haití.

Hoy día estamos tan acostumbrados a ver barbarie y catástrofe a nuestro alrededor que ya no nos impacta. Es como si la cantidad de información que nos proporciona este mundo cruel nos saturase y hubiésemos creado en nuestro interior una frontera para el sufrimiento que una vez traspasada nos hiciese mirar el dolor más como producto de la ficción que de la realidad. Porque nos impactamos con una muerte violenta, nos horrorizamos con una docena pero el impacto no es proporcional cuando mueren miles, decenas de miles.

Pero la máxima está siendo otra. Parece que conscientes de la gravedad de la situación y con la lección aprendida de tantos otros haities ha calado un nuevo mensaje, el no olvidemos Haití. Pero lo olvidaremos. La noticia por más que se renueve y no deje de perder interés se quemará en las parrillas televisivas y dejará de ser interesante. Llegarán las segundas rebajas, San Valentín, una nueva ola de frío o de calor y dejaremos de hablar de Haití. ¡Pesimista! diréis pero pensemos en los otros haities que estamos olvidando en este momento y que esperan a que cualquier catástrofe les haga merecedores de tener sus quince minutos de fama entre estébanes y grandes hermanos. Porque sí, los medios también han de ser entretenimiento pero ciertamente las comparaciones son odiosas. Y si no qué pensáis que estamos haciendo en este momento sino olvidar los escenarios de miseria de las catástrofes pasadas y obviar los de las futuras. Porque ¿dónde están o cuáles son los próximos haities que aguardan a que les toque el próximo premio gordo? Y volviendo al principio ¿Qué será de Haití cuando se apaguen los focos de las cámaras?shade-at-beach

Hoy donamos dinero, exigimos buena voluntad y disposición de nuestros líderes, reconocemos la generosidad de actos benéficos varios pero mañana calmada nuestra conciencia consentiremos. Participaremos de un mundo en el que conviven la miseria con la opulencia en el que somos capaces de lo más grande y de lo más ruin, de un mundo en el que hemos encumbrado como máxima universal a la hipocresía.

Con la esperanza de que nos sirva de algo, de algo parecido al espejo que nos muestre nuestras vergüenzas, esperemos guardar por mucho tiempo a Haití en nuestra memoria.