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IK: Filosofía

IK: Juicios, Ciencia y No-Ciencia

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De su trabajo sobre los modos de conocimiento es lógico que, tirando un poco más del cable, llegase a estudiar cuál es, según su hilo de razonamiento, aquella materia en la que se está jugando limpio y obteniendo conocimientos verdaderos, es decir, separar la auténtica de la falsa Ciencia. Esto es algo habitual en los pensadores, tanto que seguramente ya os sonará  de autores como Descartes quien también a lo largo de su Discurso del Método acaba por encumbrar a la Matemática como Ciencia verdadera. Es este un afán clásico pero también lógico pues como decía en las introducciones nos encontrábamos en un periodo donde las nuevas Ciencias cobraban su papel, donde el pensamiento evolucionaba y era necesario desbancar los antiguos métodos.

Digamos que la conclusión seria que (poco a poco y sin perderse) él clasifica una serie de características dentro de los juicios (la suma de los Juicios conforma la ciencia) y nos habla de una doble dualidad: Los juicios pueden ser a priori o a posteriori en función de si es necesaria la experiencia para conocerlos (a posteriori) o  si en cambio no es necesaria por estar implícita (a priori). Además los juicios también pueden ser sintéticos cuando lo que se dice está implícito en el sujeto (vamos lo que viene siendo decir una perogrullada, la luz ilumina por ejemplo) o analíticos si verdaderamente aportan un conocimiento no implícito en la premisa (esa luz es tenue). De ahí Kant selecciona como verdaderamente útiles lo juicios que además de aportar no sea necesario comprobarlos con la experiencia, esto es lo “juicios sintéticos a priori”. Estos por tanto son los juicios que no descansan solo en la experiencia si no en la razón. De esta forma Kant afirma que las ciencias que cuentan con este tipo de juicios son tanto la Física como las Matemáticas y que por tanto son las dos ciencias más puras, mientras que la Metafísica que había sido durante tanto tiempo la materia fundamental de la Filosofía y madre de toda ciencia queda según Kant desbancada al no tener base empírica. Esto podría entenderse como un ataque frontal pero en cambio él justifica a la Metafísica como una necesidad humana de un ser racional que necesita hacerse preguntas acerca de lo irracional, acerca de Dios, del Ser etc pero eso sí, no es una Ciencia.

 P.d.- Sin comentarios de la imágen y WordPress

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IK: Filosofía

IK: Fenómeno y Noúmeno… “Fenoúmeno”

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El rastro de Kant nos deja una nueva pista en el cruce de caminos entre empirismo y racionalismo a la hora de analizar la percepción de los objetos. Esto ¿que quiere decir?, pues que para kant cuando nosotros observamos un objeto no solo percibimos lo que nos dan a entender nuestros sentidos sino algo más. Cuando yo miro por ejemplo mi monigote de los Bioman, el gran León meteoro (los Power Ranger fueron un triste sucedáneo), no es solo un conjunto de percepciones sensoriales, no es un trozo de plástico con articulaciones más o menos logradas sino algo más.

En primer lugar podríamos definir el Fenómeno. El fenómeno no es la cosa en si misma, no es la esencia sino la forma en que a ti se te presenta. Podemos llegar a pensar que no es el fundamento del conocimiento como diciendo lo puro la verdad, el momento en que comprendo la cosa no esta aquí, pero ¡ojo!, el fenómeno es fundamental pues entra a jugar un papel importantísimo en nuestro conocimiento. Cuando yo veo mi Bioman  percibo una serie de información, mi cerebro capta la dureza del plástico, la movilidad, los colores y empiezo a comprender lo que estoy observando gracias a que en mí se concentran una serie de recuerdos de otros juguetes similares, otras percepciones previas.

Pero eso no es suficiente porque, por un lado, esas cosas que percibimos sensiblemente cuentan con una realidad abstracta. Del mismo modo que hay cosas no tangibles hay conceptos en nuestra vida que no podemos palpar como la amistad, el amor, el ser… ¿Cómo los percibimos?, ¿cómo sabemos qué y cómo son si no los podemos comparar con otros? Pues he ahí la cuestión porque en nuestra percepción contamos con una realidad que el dice Nouménica de conceptos abstractos a la que podemos acceder desde nuestra conciencia moral. Cuando miro mi Bioman me transmite esto, me trae recuerdos, me evoca cariño, peleas con extraños monstruos y jóvenes japoneses con cascos de moto, eso es el objeto en sí, eso es mi Bioman y no solo un muñeco, eso es el Noúmeno.

 

P.d.- Condenados a ver la misma imagen acabará por ser el logo de los artículos de Filosofía. Estos de WordPress…

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IK: Filosofía

Preámbulo, “ámbulo” y “postámbulo”.

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Una vez vistas las influencias y los condicionantes que marcaron la Filosofía kantiana habremos por fin de entrar en materia. Pero antes, sirva este artículo como brújula para aquellos que en cualquier momento se sientan perdidos. En ese caso siempre podrán optar por abandonar, seguir adelante o venir aquí y tratar de situar donde se encuentran.

Tal y como ya había dicho anteriormente el auge de la nueva Ciencia supone una absoluta revolución y una influencia total en la filosofía kantiana. Tanto es así que a lo largo de su discurso I.K. trata de trasladar a la Metafísica (la ciencia que versa sobre el SER, el LOGOS o DIVINIDAD) los métodos científicos, tal y como lo había intentado Descartes pero desde una postura más moderna en lo que él bautizó como una filosofía crítica que nos despierte del “sueño dogmático” de la antigua filosofía, es decir, que no tenga ningún compromiso y que pase por someter a crítica todos los conceptos sin estar encadenados a ciertos dogmas. Podemos observar que esta intención no está alejada de una de  las preguntas tradicionales que hemos de hacernos en Filosofía: ¿qué es lo que podemos conocer de forma verdadera?, ¿cuál es el saber absoluto? Para responder a estas preguntas Kant introduce una serie de términos, unos conceptos que nos pueden parecer abstractos o mal traídos pero que necesitamos para entender a nuestro autor como: juicios a priori y posteriori, analíticos o sintéticos. Estos conceptos son trasladados tanto a las formas de conocimiento como a las facultades del hombre para poder captar la realidad naciendo así la sensibilidad y el entendimiento en el Ser y el Fenómeno como representación del objeto.

Una gran escisión aparecería aquí en lo que a ciencia se refiere, pues la Analítica Trascendental abarcaría todo aquello relacionado con la experiencia, es decier, la ciencia que hoy conocemos. Mientras, la Dialéctica Trascendental se ocuparía del campo de la Metafísica acabando Kant por demostrarnos que esta en sí no puede atenerse a la disciplina científica.

El giro copernicano simboliza la trascendencia de la que Kant dota a su obra pues si bien Copérnico con su teoría Heliocéntrica había supuesto una revolución científica al haber sustituido el centro del universo, él pretende hacer lo mismo con su filosofía (esto nos ofrece un dato sobre su autoestima) y dice haber cambiado la forma de observar donde ahora también interviene el sujeto de forma activa, haciendo aquí una pausa para introducir dos nuevos conceptos, Fenómeno y Noúmeno.

Capítulo final dedica al empleo que hacemos de la Razón y de ahí es de donde derivará en una de las aportaciones que más han calado e influido en la sociedad occidental, la moral kantiana. Su pasión por crear divisiones le hace también observar dos tipos diferentes de Razón. En primer lugar la Teórica o Pura, la desarrollada en sus primeros volúmenes y que se ocupa de la formulación de juicios y se opone a la Práctica, esto es, la que se ocupa de cómo ha de actuar el ser humano, la moral.

P.d.- A la espera de que WordPress solucione los problemas técnicos no quedará otra que repetir imágenes.

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IK: Filosofía

IK: Breve introducción al caos

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He elegido este titulo tan sonoro y discográfico para hacer una breve introducción de lo que pretenderá ser una a su vez breve recopilación de corrientes filosóficas que influyeron en la filosofía kantiana que harán de introducción de la misma. No, no es una errata, y sí, esto es por tanto la introducción de la introducción.

Los estudiosos diferencian en la filosofía de nuestro autor dos periodos claros: el racional o precrítico y el considerado puramente kantiano, el crítico. Así pues en el primero encontraremos a un Kant continuista de una corriente filosófica en pleno auge, mientras que en el segundo nos aparecerá como el genio creador de una nueva postura, eso sí, resultante de la convergencia de las divergencias anteriores.

Cierto profesor me contó un día que en un texto filosófico o que hable de filosofía siempre es imprescindible al menos un párrafo en el cual no se entienda nada. Una serie de frases en las que el que escribe no sepa lo que ha dicho y por supuesto el lector no comprenda. De esta forma se consigue por un lado un efecto llamada sobre la atención perdida del que lee y, por otro lado, dotar de cierto peso el texto pues parece que tendemos a valorar más aquello que, por complejo, no entendemos especialmente en Filosofía. Como creo que estaba empezando a seguir esa técnica aclararé lo anterior. Dos grandes corrientes influyen en este pensamiento: el racionalismo encarnado por nuestro amigo Descartes y el empirismo que podríamos resumirlo en la propuesta de Hume y por supuesto en la revolución (bendita palabra) científica traida por Newton.

Kant ha sido analizado como el autor capaz de hacer coincidir estas corrientes. De esta forma afirma que para el conocimiento verdadero es imprescindible el empirismo, es decir la prueba o experiencia que ofrezca resultados sensibles, perceptibles y por lo tanto medibles. Todas las hipótesis han de ser probadas a traves de experimentos que nos certifiquen la veracidad o lo erróneo de lo que postulabamos. Sin necesidad de fijarnos en exceso podemos observar la enorme influencia de esta corriente en nuestra ciencia actual a la que podríamos calificar sin temor a equivocarnos de heredera de la Newtoniana. Sir Isaac Newton ha sido encumbrado como el padre de la ciencia moderna. Una ciencia que no se basa en otra cosa que en lo demostrable, en la que las hipótesis solo sirven si son factibles, en lo verificable, en el experimento en definitiva. Este sistema de prueba-error es el que hoy encontramos pero he ahí su origen.

Por otro lado a este empirismo parecía oponérsele diametralmente la corriente racionalista. Esta acudía a la Razón como auténtica fuente para el conocimiento verdadero. De esta forma el sujeto (término acuñado por Descartes) posee una serie de conocimientos innatos a él una forma de sabiduría de la cual podemos ir derivando al resto de conocimientos (conocimiento deductivo). El empirismo para él generaría una serie de conocimientos falseables, poco fiables o por lo menos alejados del saber puro.

Kant alcanza lo original a partir de lo conocido. Podemos resumir, aunque de forma muy sesgada, que su filosofía es el resultado de la suma de estas dos corrientes. Se puede llegar a pensar incluso que verdaderamente no se trata de un verdadero pensamiento original sino un corta y pega, una simplificación o la llegada diplomática a un punto en común entre estas dos posturas antagónicas. Pues sí, lo es, pero precisamente ahí radica su originalidad. Kant nos empieza a hablar por primera vez de la presencia de unos conocimientos innatos o a priori y de la necesidad de alcanzar un complemento con la prueba empírica sobre estos conocimientos. A partir de ahí Kant nos pasea por una serie de árduos caminos de palabrería, conceptos y matices por los que empezaremos a discurrir (en ambos sentidos).