Immanuel Kant nacido como Emmanuel en Königsberg (actual Kaliningado, Rusia) en el reino de Prusia el 22 de Abril de 1724 falleció, como quien cierra un círculo, en el mismo lugar el 12 de febrero de 1804. Más punto que círculo fue su vida pues apenas se movió de su lugar de residencia a lo largo de toda ella. Como la de todos, su figura sería incomprensible sin atender a sus circunstancias.
Fue educado dentro de la tradición pietista de una familia de costumbres estrictas. Estudiante metódico, obsesión que abarcó a su plano personal, ingresó en la Universidad de Kaliningrado a los 16 años, donde estudió meritoriamente alcanzando un puesto como profesor de Metafísica en 1755, impartiéndola incluso después de haberla criticado. Sus estudios abarcaron también entre otros la astronomía, la lógica, la matemática… A sus 46 años en busca de una obra definitiva que certificase su ya reputada carrera se encerró abstrayéndose de cualquier actividad social hasta que en 1781 publicara su obra más importante, Crítica de la razón pura.
A pesar de los éxitos y reconocimientos obtenidos por sus anteriores publicaciones y de que sea esta su obra más fundamental y citada, en el momento de su publicación no gozó de buenas críticas atacándo especialmente su estilo ensayístico, demasido pesado lo cual se acentuaba al tratarse de una publicación de unas 800 páginas. La fama alcanzó a esta obra cuando el filósofo y escritor Reinhold aludió a ella como referente moral que pudiese servir para solucionar el litigio entre el también filósofo Jacobi y el poeta Lessing acerca del Panteísmo.
Más encaminada a la Moral, su segunda gran obra de renombre, Crítica de la razón práctica, fue publicada en 1787. Su última intervención filosófica fue para criticar esta vez la razón de uno de sus discipulos, Fichte, quien había reorientado la filsofía kantiana hacia una refundación como idealismo alemán.
Se dice que a su muerte en Febrero de 1804 exhaló una última palabra: Genug, suficiente.