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Hans Holbein, el joven.

Nació en Augsburgo y desde muy pequeño estudió pintura con su padre, Hans Holbein el Viejo, reconocido artista dentro de la tradición flamenca, notable por sus retratos. Junto con su hermano mayor Ambrosius, trabajó primero en el taller de su padre y posteriormente en el del hermano de éste, Sigmund Holbein.

Hacia 1515 Holbein el Joven y su hermano se instalaron en Basilea, Suiza, entrando en el taller del pintor Hans Herbst. Allí trabajó como ilustrador de libros, realizando xilografías para las portadas de varias obras y una serie de bocetos en tinta para el Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam.

En 1518, durante un viaje a Italia, descubrió las obras de los pintores del Renacimiento italiano Andrea Mantegna y Leonardo da Vinci. El impacto de estos y otros artistas sobre la obra de Holbein puede observarse en el modelado y la composición renacentistas de uno de sus primeros retratos, Erasmo de Rotterdam (1523, Museo del Louvre), en su famoso Cristo muerto, en La Pasión (ambos en el Kunstmuseum Basel de Basilea) y en el retablo de La Virgen del burgomaestre Meyer (Palacio del Gran Duque de Darmstadt, Alemania), todos ellos realizados entre 1519 y 1526.

En dichas obras se aprecia una soltura en el dibujo y una riqueza cromática características de las obras de los maestros del norte de Italia. En sus obras religiosas, Holbein unió esta riqueza de detalles y colores con la dignidad y la severidad en la caracterización propias de temas religiosos. En 1519 se casó con Elsbeth Binzenstock. En ese mismo año pintó el retrato de Bonifatius Amerbach, humanista y amigo del pintor. En 1520 recibió el derecho de ciudadanía, y al año siguiente obtuvo el encargo de decorar la nueva sala municipal de Basilea.

Entre 1523 y 1526 aumentó su actividad como ilustrador gracias a una serie de 51 dibujos sobre el tema alegórico medieval de la danza macabra (Danza de la Muerte), cuya autoría se dice que en un principio se encubrió para evitar represalias por sus ataques a la Iglesia. De dicha serie se conocen varias versiones grabadas, siendo la principal la impresa en Lyon en 1538. También diseñó una serie de grabados en plancha de madera para la traducción alemana de la Biblia de Martín Lutero.

La austeridad preconizada por la Reforma se fue apoderando de la sociedad suiza y disminuyó el mecenazgo artístico, por lo que, a pesar de su prestigio, Holbein se vio obligado a marcharse a Inglaterra en busca de nuevos encargos. Llegó a Londres en 1526 con cartas de presentación escritas por Erasmo de Rotterdam, entonces ya su amigo y protector, para importantes personajes de la época a los que habría de retratar y entre los que se incluye Tomás Moro.

Aunque efigió a varios personajes relevantes, no alcanzó el objetivo que deseaba (contactar con la familia real, los Tudor), y en 1528 regresó a Basilea. Se le encargó la ampliación de una obra anterior, Justicia (1521-1522), con la que había decorado la sala del consejo del Ayuntamiento. La ampliación de esta serie de frescos refleja su continuo crecimiento como artista; las nuevas composiciones, menos abigarradas que las ya existentes, logran un impacto de mayor dramatismo que las anteriores. Por desgracia, no se conserva intacto ninguno de los muchos grandes frescos que realizó en dicho ayuntamiento, en Inglaterra y en Alemania. Debe juzgarse su belleza partiendo de los bocetos y de las copias que artistas posteriores hicieron de sus frescos. Del año 1528 es su Retrato del astrónomo Nicolas Kratzer, amigo de Tomás Moro.

La escasez de encargos le obligó a intentar otra incursión en Inglaterra. En 1532 volvió a instalarse en Londres, donde finalmente consiguió cimentar su carrera como maestro retratista. Su retrato del estadista Thomas Cromwell le granjeó el aplauso de los círculos reales y, hacia 1536, fue nombrado pintor de corte de Enrique VIII.

Entre sus obras más significativas están los retratos de Enrique VIII de Inglaterra (c.1534-1536, Museo Thyssen-Bornemisza) y de su esposa Juana Seymour, este último destruido por el fuego en 1698, así como los de muchos personajes de la corte, entre los que se incluyen gran parte de las esposas de Enrique VIII (Retrato de Ana de Clèves) y su hijo Eduardo (más tarde Eduardo VI). Los bocetos preliminares de dichas pinturas, en los que combinaba tiza (gis) y tinta con otros medios, se cuentan entre sus obras más preciadas. Bastantes de estos dibujos fueron reproducidos en grabado por Wenze Hollar, en el siglo XVII. La colección real del castillo de Windsor posee 87 de los dibujos realizados por Holbein.

En sus últimos años, Holbein trabajó tanto en Basilea como en Londres. En una de sus estancias en Londres pintó el Retrato del mercader Gisze protagonizado por el mercader alemán Georg Gisze, hermano de Tiedemann Giese, en el llamado Stalhof, puesto de la Liga Hanseática en Londres.

Mientras Holbein trabajaba en otro retrato del rey Enrique, murió en Londres en 1543 durante una epidemia de peste. Hizo su testamento el 7 de octubre de 1543, y un documento adjunto, datado el 29 de noviembre, le describe como recientemente fallecido.

Holbein alcanzó una gran fama gracias a sus retratos realistas de personas y grupos, el detallismo de la piel, el pelo, los ropajes y la ornamentación, así como el talento para representar con exactitud cada una de las diferentes texturas, que no disminuían ni iban en detrimento de las características esenciales y de dignidad de sus retratados. Tal fue el realismo de su obra que su influencia sobrepasó los límites de la pintura. La pintura del Cristo Sepultado causó gran influencia en el escritor ruso Fëdor Dostoyevsky, tanto así que lo inspiró en su novela El Idiota.

Holbein también realizó miniaturas y contribuyó al gran arte renacentista de la pintura sobre vidrio con numerosos dibujos.

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Erasmo de Rótterdam.

Erasmo de Rótterdam, fue un pensador holandés que nació en 1467 en Gonda, cerca de Rótterdam y murió en el año 1536 en Basilea.

Se le considera como el gran humanista del Renacimiento, por ser un escritor elegante a la par que agudo en sus escritos.

Era un hombre esencialmente de letras, su doctrina dio origen al movimiento erasmista, donde promovía un nuevo espíritu, cuyo contenido se resumía en una base ética: propiciar una reforma gradual y pacifica de la Iglesia y de la sociedad civil, hasta conseguir una sociedad más humanizada, donde el hombre pudiera desarrollarse al máximo.

Su gran obra fue su Elogio de la locura, dedicada a su gran amigo Tomas Moro, presenta una sátira a las costumbres retrogradas y demanda un canto a la libertad, al ingenio, a la rebeldía, al atrevimiento, es decir, a la cultura libre.

En cuanto a su vida académica, huérfano a los 14 años, ingreso sin vocación en el convento de los agustinos de Steyn, cerca de Guda, siendo ordenado sacerdote en el año 1492. Viajo en varias ocasiones a París y a Inglaterra. En Inglaterra conoce a quien será su gran amigo, tanto que lo considerara como su “hermano gemelo”, éste gran amigo es el conocido Tomas Moro, a quien como hemos dicho en líneas mas arriba, le dedica su obra mas conocida. Junto a Tomas Moro, trabo amistad con Juan Colet, en Italia se relaciono con Aldo Manucio, y cuando residió en Roma se acerco a un gran número de humanistas. Posteriormente se doctoro en Teología, por la universidad de Turín, siendo, poco después, profesor de esta disciplina en la universidad de Cambridge (Inglaterra). Fue consejero de Carlos V y en 1521 se estableció en Basilea donde imprimió una edición general de sus obras, aquí reside hasta su muerte.

Con respecto a sus obras, cabe destacar los títulos siguientes:

– Escribió, contra los pensamientos de Lutero,  Sobre el libre albedrío.

– Redacto una traducción del Nuevo Testamento.

– Opera omnia Desidérii Erasmi.

– Adagios (1500).

– Elogio de la locura (1511).

– Manual del caballero cristiano (1502).

– Doctrina del príncipe cristiano (1516).

– Coloquios (1518).

– El ciceroniano (1527).

– Sobre la pureza de la iglesia cristiana (1536).

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Enrique VIII

Rey de Inglaterra, perteneciente a la dinastía Tudor (Greenwich, 1491 – Westminster, 1547). Sucedió a su padre, Enrique VII, en 1509. Este príncipe culto e inteligente empleó su brillantez contra la reforma protestante lanzada por Lutero en 1520, mostrándose enérgico «defensor de la fe» católica (título que le dio el papa León X por el Tratado de los siete sacramentos que escribió en 1521).

Pero esta situación cambiaría a raíz del conflicto desatado con la Iglesia por el problema sucesorio: el primer matrimonio del rey con la viuda de su hermano, Catalina de Aragón, no le había dado herederos varones, por lo que Enrique VIII pidió al papa la anulación del matrimonio so pretexto del parentesco previo entre los cónyuges (1527); el papa, prisionero de Carlos V (que era sobrino de Catalina), negó la anulación y Enrique VIII decidió romper con Roma, aconsejado por Thomas Cranmer y Thomas Cromwell.

Para ello Enrique VIII se armó de argumentos recabando de diversas universidades europeas dictámenes favorables a su divorcio (1529); y aprovechó el descontento reinante entre el clero secular inglés por la excesiva fiscalidad papal y por la acumulación de riquezas en manos de las órdenes religiosas para hacerse reconocer jefe de la Iglesia de Inglaterra (1531).

En 1533 hizo que Cranmer (a quien había nombrado arzobispo de Canterbury) anulara su primer matrimonio y coronara reina a su amante Ana Bolena, dama de honor de Catalina, con quien se había casado en secreto. El papa Clemente VIII respondió con la excomunión del rey, a la que Enrique VIII opuso el cisma de la Iglesia de Inglaterra, aprobado por el Parlamento (Ley de Supremacía, 1534).

La Iglesia de Inglaterra quedó desligada de la obediencia de Roma y convertida en una Iglesia nacional independiente cuya cabeza era el propio rey, lo cual permitió a la Corona expropiar y vender el patrimonio de los monasterios; los católicos ingleses que permanecieron fieles a Roma fueron perseguidos como traidores (y ejecutado su principal exponente, Tomás Moro, en 1535). Sin embargo, Enrique VIII no permitió que se pusieran en entredicho los dogmas fundamentales del catolicismo (dictando los «seis artículos» de 1539); aunque no pudo evitar que, después de su muerte, Cranmer realizara la reforma de la Iglesia anglicana que la situó definitivamente en el campo del cristianismo protestante, con la introducción de elementos luteranos y calvinistas.

El segundo matrimonio del rey también acabó de forma desgraciada, pues Enrique VIII se deshizo de Ana Bolena haciéndola ejecutar acusada de adulterio para casarse con una tercera mujer, Juana Seymour (1536). Fallecida ésta de parto al año siguiente, el rey volvió a casarse con Ana de Clèves para fortalecer la alianza de Inglaterra con los protestantes alemanes (1540). La repudió antes de un año para tomar por quinta esposa a Catherine Howard, a la que mandó ejecutar en 1542. Su sexta mujer fue, desde 1543, Catherine Parr, que habría de sobrevivirle.

Al morir Enrique VIII le sucedió en el Trono su único hijo varón, Eduardo VI, nacido del matrimonio con Juana Seymour, que contaba sólo nueve años; muerto éste en 1553, se abrió un periodo de reacción católica bajo el reinado de María I, hija mayor de Enrique VIII (nacida de su matrimonio con Catalina de Aragón). Al morir ésta en 1558, ocupó el Trono otra hija de Enrique VIII, Isabel I (nacida del matrimonio con Ana Bolena).

El reinado de Enrique VIII se caracterizó por un fortalecimiento de la autoridad real, al someter por entero a la Iglesia; lo que no impidió la consolidación del Parlamento, a la vez como instrumento de la política del rey y como órgano representativo del reino. Inglaterra aumentó su protagonismo en Europa, apoyado por el crecimiento de su marina de guerra y por una política exterior dominada por la búsqueda del equilibrio entre las potencias continentales: primero luchó contra Francia aliándose con Carlos V, pero cuando le pareció que éste alcanzaba un poderío excesivo, se alió contra él al lado de Francisco I (1525). Otro capítulo importante fueron sus campañas victoriosas contra Escocia en 1512-13 y en 1542-45, que no fueron suficientes para unificar Gran Bretaña bajo su poder.