Vamos a repasar tres rutas comerciales de la Europa de la edad media: La Ruta del Baltico, la ruta norseptentrional y la ruta del mediterráneo.
Se llegó a conocer con este nombre a la federación de los cuatro puertos más importantes de las jurisdicciones cántabras, a saber: San Vicente de la Barquera, Santander, Laredo y Castro Urdiales.
Estas disfrutaban de una jurisdicción exclusiva sobre la totalidad de la costa montañesa. Navegaban al servicio de Castilla y llegaron a ser una seria competencia para la Liga Hanseática.
Os dejo un relato sobre los enfrentamientos de Felipe II con los Turcos por el dominio del Mediterráneo.
Salvando la línea temporal, os dejo un ejemplo claro y simpático, extraido de “Las Aventuras de Axterix y Obelix”, sobre los peligros de navegar en el Mediterráneo.
La mejora progresiva de los barcos existentes en la época fue necesaria para tratar de abordar una travesía atlántica, por ello el navío europeo sufrirá una considerable evolución para poder acudir a su cita transoceánica. Vamos a observar los cambios
Con una larga tradición en el Mediterráneo, los descubrimientos portugueses en Africa y el aliento de la demanda americana, el tráfico de esclavos vive pujante en la época imperial.
Canarias sería la base principal para un comercio que , además de mano de obra barata, aportaba suculentas ganancias a piratas, aventureros, mercaderes y reinos.