Estudio de genealogía familiar
Tengo el honor y el orgullo de publicar esta historia genealógica de mis antepasados.
Después de muchos meses de investigaciones, he llegado a estas conclusiones en las búsquedas documentales que se remontan al siglo XVI.
Esta publicación se la dedico a mis padres, a quiénes debo tanto.
La búsqueda de nuestras raíces, de nuestros orígenes es el mejor reconocimiento hacia nuestros antepasados, a sus vivencias y tradiciones que forjaron la historia de nuestras familias. Es mi creencia que en genealogía nunca se llega al culmen, ya que en nuestros arboles, todas las ramas son importantes y aunque generalmente se presta más atención a las principales, las otras, las secundarias también forman parte del árbol. Muchas veces no podemos encontrar muchos datos de los “principales”, pero las “pequeñitas” también nos dan información que muchas veces nos sorprenden y enlazan con la ramas principales. Llevo un año con la investigación de mis orígenes, con mi árbol completo y aunque todos sabéis que muchas veces se nos tachan de “locos”, no hay mejor sensación que conocer nuestros orígenes, saber quiénes somos y de dónde venimos. En realidad, somos un poco de cada parte.
Las palabras son fugaces, si bien recordar a doce generaciones que se sucedieron una tras otra, desde las primeras noticias en la Vall de Albaida, supone un homenaje a todos estos abuelos que me precedieron y sin los cuáles, naturalmente, no habría existido como la persona que soy.
Ver esta secuencia del linaje es una satisfacción: Antoni (1542), Jaume (1570), Andreu (1609), Joseph (1660), Joseph (1704). Su hijo Joseph (1730) y así cada vástago Tomas (1768), Visent (1804), Salvador (1830), José Luis (1861), Luis (1908), su descendiente José Luis (1941) y el último José Luis (1966).
La saga está documentada en la villa de Ontinyent, según los registros matrimoniales de la Parroquia de Santa María. En este sentido, hago una mención de agradecimiento a la Asociación de Genealogía Raíces del Reino de Valencia. Una sociedad entregada a una labor hercúlea, ya que está digitalizando e indexando los archivos parroquiales. Sin esa red de trabajo de voluntarios, habría sido imposible realizar estas y otras muchas investigaciones genealógicas.
A continuación, inserto el árbol de la genealogía desde estos orígenes hasta 1730.
De este modo, la familia probó fortuna en Onil y Castalla. Lugares dónde se sucedieron tres generaciones desde que Joseph se afincara en 1725. Esta parte es la que ha resultado más compleja de resolver. Las fuentes son los libros parroquiales de Maria Assumpta de Castalla. Los protocolos notariales conservados en el Archivo Municipal de Xixona y un índice de matrimonios de Onil, son las claves para conseguir enlazar con Ontinyent.
A fines del XVIII, Tomas se casó y se trasladó a Sella, allí nacieron sus hijos.
En torno al 1815, la familia marchó hacia la comarca de la Ribera. Visent de Sella, figura en un padrón de Alcira. Dos generaciones se sucedieron en Alcira. Su hijo Salvador, mi tatarabuelo, fue maestro de obras. Su oficio hizo que cambiase de residencia y por eso, mi bisabuelo José Luis, nació en Alcala de Chisvert. Finalmente, ambos acabaron siendo vecinos de Valencia. Estas informaciones han sido posibles gracias a la documentación digitalizada por Family Search.
Hablando de mi tierra, tengo que recordar a la rama materna, todos nacidos en la Huerta de Ruzafa y documentados desde 1780 en el Archivo Municipal de Valencia.
Avatares del destino, por cuestiones laborales, vivo en Alicante y estoy más cercano a estos ancestros.
Por último, explico el desarrollo de la genealogía familiar desde el XVIII hasta el XX.
La Sagra Skyrace
Gracias a los Machacapiedras, que aparecen en la cumbre de la montaña, me animé a la Sagra SkyRace, carrera técnica de montaña.
Un día antes asistimos a la boda de Gussi y Roca. Y tal como fue tranquila y relajada disfrutamos de la ceremonia montañera en el Benicadell. A media tarde cogimos camino de la Puebla de don Fabrique. Allí, teníamos reservado un apartamento para pasar la noche.
El domingo era la prueba que habíamos estado preparando durante el verano. Una carrera exigente de 27.5kms y 2200 mts de desnivel positivo, esto puede apreciarse en el perfil.
Al principio, regule bastante mis fuerzas corriendo en los tramos de subida, incluso, aunque sin pasarme de pulsaciones. En el cortafuegos kilómetro 9, noté mis carencias para bajar cómo los trailers experimentados que se dejan caer. Después, conseguí rehacer nuevamente posiciones. En este tramo, mi amigo José Vicente Vicent Marchan notó que no podía seguir el ritmo porque no se encontraba bien. Quizás eso me pasó factura en el tramo duro del kilómetro 19 al 22, un muro de 600 mts de desnivel. Aquí quiero hacer mención al compañerismo que hay en este tipo de pruebas, una persona desconocida que me dio un gel porque se lo estaba pidiendo a una amiga. En resumen, una experiencia y mil sensaciones en una carrera de estas características. Por cierto, darle la enhorabuena a la organización. Muy bien balizada, los avituallamientos muy completos. Y tras la prueba buenos servicios: duchas, fisioterapeutas y comida disfrutada en compañía de Vicente Martinez Simón, José Ramón Escobar, Jesús Ordoñez, Alejandro, Juan Carlos y sus familias.
Trail en Cabeçó d’Or
Una jornada compartida con los Machapiedras, un buen grupo de corredores de montaña de Elche. Durante este año hemos coincidido entrenando. Estamos en la fase última de la preparación para la Sagra Skyrace.
El trail al Cabeço d´Or lo comenzamos desde el Pla de la Gralla en dirección a las cuevas de Canelobre. Una vez allí tomamos el sendero PRCV2, más adelante se coge una desvío a la izquierda para enlazar con el PRCV243. Este asciende por la temida subida de la Bacorera, una canal que por una pedrera y una senda, llega hasta la cima de forma directa. Bajamos por el PRCV2, una larga bajada tendida, la ruta va por la Casa de Polzet, para llegar de nuevo a las cuevas.
En suma, un buen entrenamiento de 13 kms (931mts D+ y 825mts D-)
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