En octubre de 2022 tuve la oportunidad de realizar un viaje a Nepal con el Grupo de Montaña Pegaso. Muchos preparativos hubo que acometer para este estreno en el Himalaya.
En mi caso si que supe intuir que iba a estar lleno de imprevistos. Quizás sea eso lo que nos atrae, salir de la rutina y buscar alicientes en la vida.
Nunca pensé en tantas vivencias y variables pueden conducir al caos de la realidad de cada día. Salirse del programa en tantas ocasiones: el monzón en aquel momento seguía, los primeros días había remojón asegurado. Tras la consabida visita cultural por Katmandú de un par de días, con el resguardo de un hotel de lujo y noches degustando la popular y económica gastronomía nepalí. En aquel instante comenzaba el trekking.
Nos llevó un destartalado autobús a Ramechap, cuando viajas a esos países has de pensar que las cosas van a salir de cualquier manera. El grupo seguía ilusionado con el viaje. Una noche en el camping, una tienda confortable con camas. A la mañana hay que madrugar, vamos a coger la avioneta a Lukla. Un minúsculo aeródromo, grandes colas de infatigables turistas nos congregamos.
Cada vez estoy más convencido, de que cada persona experimenta la realidad bajo un prisma diferente. Y de este modo, reaccionamos de distinta manera a los estímulos que recibimos. Además, esta realidad virtual en la que nos hemos sumergido todavía aumenta más esa subjetividad; por cuanto en comunicación digital parece que todo es maravilloso. Si claro, las cosas son según el cristal de los ojos con las que la miramos. El caso es que la paciencia es una virtud. La capacidad de ser positivos y relativizar lo que nos sucede puede ayudarnos a ser más tolerantes con los inconvenientes en nuestras vivencias.
Pues ahí van mis reflexiones en torno a lo que nos une a los que disfrutamos de la montaña.
La presentación la hice para un curso de habilidades en la comunicación y claro cuando se transmite gana intensidad por la pasión que se siente y el hecho de interactuar con las personas que están viviendo ese momento.
Realmente fue una experiencia emocionante el compartir mis vivencias con otras personas en un curso del trabajo .
A los amantes de la montaña en Alicante siempre nos hace ilusión las nevadas en esta sierra. La noticia corre como la pólvora y nos preparamos para una cita anual con la cumbre más cercana que garantiza una jornada muy gratificante en la que se reúnen muchas sensaciones. El frío, al comienzo hay que ponerse las botas. Luego iniciamos la marcha y vamos entrando en calor.
Contemplamos la belleza del lugar, mientras damos nuestros pasos buscando las huellas de otros compañeros que hayan pasado. En el sacrificio y el esfuerzo se haya la gratitud que recompensa el logro obtenido. Compartir las vituallas con los amigos buscando cobijo de Céfiro. Sentir el viento como nos empuja al bajar de la cumbre. Llegar a la pedrera y dejarse caer no perdiendo el equilibrio. Dando brincos con ahínco. En esencia es eso, la montaña siempre compensa.
De nuevo reunidos los amigos para compartir aventuras, y el devenir nos lleva hasta Cañada de la Cruz (Murcia). Desde este punto, tomamos el desvío hacia la izquierda, y muy poco después otra derivación a la izquierda, seguimos por camino rural asfaltado durante unos 12 Km. hasta llegar a Cortijos de la Carrasca, donde comenzamos a caminar.
Llegamos a la derecha vemos la Sierra de las Cabras, nuestro objetivo. Cerca de este lugar se encuentra el Pico Revolcadores, que es el techo de Murcia. Cuando alarga el día y las fuerzas lo permiten, es factible aprovechar la salida para hacer las dos cumbres.
Desde Cortijos de la Carrasca salimos andando para hacer una circular al lado de la fuente, tomamos al frente por el Barranco de la Carrasca, con un cauce muy pedregoso e incómodo de progresar, buscando una salida por lo alto, que bien marcada por hitos nos conduce al Puntal del Calderón. La segunda opción es subir desde la fuente a la izquierda, pasando al lado de un cierre de cueva para el ganado, remontando toda la loma o contrafuerte hasta arriba.
Con cualquiera de las opciones una vez superado el desnivel frontal, la parte de arriba presenta una planicie donde resalta el Pico Las Cabras (2080 m) hacemos una parada para descansar y comer algo. Hay niebla y muy poca visibilidad, allí nos encontramos con un grupo de montañeros que llevan GPS y nos unimos a ellos para localizar el tercer pico. Alcanzamos el vértice geodésico, y que es techo de Albacete, el Pico Atalaya(2083 m).
La vuelta la realizamos por la loma en compañía del grupo de Murcia y con un caminar más fácil que el otro trayecto.
Unos días de vacaciones por Asturias, desde el concejo de Ponga a Picos de Europa, de vuelta por las Ubiñas y a Somiedo.
El viernes llegué al albergue de Cistiernes . A la mañana siguiente tomé la carreterra hacia Riaño, un lugar precioso. Luego a Soto de Sajambre dónde había quedado con el grupo de montaña Las Xanas, desde el aparcamiento por una canal llegamos al Pico Cabronero. Después nos encaminamos a las Peñas de Cebolleda y finalmente hacia la Peña de Beza, realizamos esta ruta. Lo pasamos muy bien y agradecerles su hospitalidad. Al terminar la tarde cogí el coche para dormir en el albergue de Sotres.
El domingo tenía una cita con el grupo de montaña EL TRASGU ANDAYÓN. Fue una jornada memorable una ruta exigente y preciosa desde La Curvona- Collado Pandébano- Canal de Las Moñas- Collado Camburero- PeñaCastil (2.444m.)- Cueva de Hielo- Canal de Fresnedal- Vegas de Sotres- La Curvona. La salida aparece en este enlace. También me acogieron muy amablemente en este club. En Poncebos nos tomamos unas sidras y un refrigerio. Después tenía alojamiento en el albergue de Tresviso.
Ya el lunes amanecía tórrido, tomé el día con tranquilidad. A las 10.30h encontré a un compañero que bajaba hacia Urdón y decidí acompañarlo para compartir la senda. Al terminar y después de tomar algo en un bar, nos fuimos a las Termas del del Desfiladero Hermida. Tras degustar un menú, tocaba volver a subir la senda a Tresviso como que se hacía algo dura por la calor y la humedad, aquí hay un link.
El martes decidí emprender nuevo rumbo y yendo por la carretera ví concurrido el aparcamiento del Jitu de Escarandi. Viendo los paneles había una ruta circular sencilla de 15 kms. Cuando llegué al refugio de Andara hablando con el guarda del antiguo lago cogí camino hacia ese lugar. Durante el trayecto encontré al grupo de Alejandro que iban hacia la Morra de Lechugales y me uní a este grupo. De este modo, la jornada se hizo más interesante, después de alcanzar el Primer Grajal, tomamos camino hacia el Picu del Jierru y desde allí hacia la Morra, puede consultarse.
Al terminar fuí a Sotres y pude disfrutar de la gastronomía, a pesar del horario. Una vez repuestas las fuerzas, de nuevo carretera hacia Cangas de Onis para alojarme en el albergue de la Riera.
Un nuevo día y temprano subí hacia los Lagos de Covadonga. Hablando con una de las guardas me indicó la pista hacia Pandecarmen para desde allí seguir la senda que lleva al refugio de Vegarredonda y al Mirador de Ordiales. Llegando allí encontré a un grupo de montañeros que iban al Pico Cotalba y realizamos juntos la ruta.
El jueves fue un día tranquilo, en compañía de Sandra, una chica alemana, pasamos por el parque natural de Ponga. En el centro de interpretación nos indicaron varias alternativas para pasar el día y realizamos el recorrido desde Les Bedules hacia el Bosque de Peloño que llevaba al roblón de Bustiello, una pena la niebla que nos impidió disfrutar de las vistas hacia los Picos de Europa. Al finalizar fuímos a degustar los platos de casa Ricardo. Luego por la tarde estubimos en Ribadesella de paseo y descanso contemplando la desembocadura del río Sella y su encuentro con el mar.
La jornada siguiente madrugando, ya que el plan para llegar a Somiedo era hacer bastante carretera. En primer lugar tomé camino hacia Gijón para desayunar y dar un paseo por la playa de san Lorenzo. Después de disfrutar de esta preciosa ciudad, otra vez en ruta hacia el parque natural de las Ubiñás. En Trubia hice la comida y tras esto una parada en la ruta del Oso, un lugar para pasarlo en familia alquilan bicis en el centro de BTT Valle del Oso. Luego fui a la senda del Desfiladero de las Xanas. Más tarde continué la ruta hacia el albergue de Saliencia.
El sábado nuevamente con el grupo de las Xanas, realizamos una ruta de senderismo desde el poblado de las Veigas hacia el pico de la Estaca y vuelta hacia el punto de partida. Al finalizar, como es costumbre, la hospitalidad y compartir mesa es de agradecer.
Domingo me levanté pronto y como despedida de Somiedo, un paseo desde el alto de la Farrapona bajé al lago de la Cueva y volví al coche por esta ruta para emprender camino de regreso a casa.
Disfrutar de estas montañas es una experiencia que compensa con creces. Una vez más recorriendo el GR-247 que une los Campos de Hernán Perea, Sierra de Segura y Cazorla. La primavera es ideal para relajarse y practicar actividades de senderismo o de bicicleta de montaña.
Durante el primer día, visitamos el nacimiento del Segura en Santiago-Pontones. Luego una aproximación hasta la cumbre del Banderillas. Hicimos noche en el refugio de Campo del Espino.
De mañana tomé la bicicleta hasta el refugio de Rambla Seca. Proseguí en ruta al pino de Félix Rodríguez de la Fuente. Allí conocimos unos montañeros y echando un vistazo al mapa improviso la jornada.
Desde ese punto se inicia la pista que recorre el barranco del Guadalentín, tomo esta variante que discurre junto al río. Estoy con ganas y decido ampliar el recorrido pasando también por la Senda de Pescadores. De vuelta al cruce dónde se bifurcan ambas rutas sólo quedaba subir para alcanzar la pista principal.
Prosigo en ruta hacia el desvío de la pista de Poyos de la Mesa. Una pausa y a reponer, aún quedan kilómetros. Otra vez con ánimo para realizar esta derivación que en fuerte ascensión llega hasta los miradores de la altiplanicie. Regreso hacia dónde espera Gines en el coche, el sigue la ruta y se queda en los cruces.
De nuevo en marcha, continuo por la pista que va a Navas de San Pedro y acabo llegando al refugio de Fuente Acero, dónde disfrutamos de un merecido descanso.
En la última jornada, recorriendo el parque a través del Estrecho de los Perales y Navas de San Pedro hacia el camping del puente de las Herrerías. Algún tramo que se hace senda vertiginosa y toca bajar de la bicicleta. Llego con las fuerzas justas para una dura subida hacia el refugio de Saicejo. Desde allí, una cómoda bajada hacia Vadillo Castril, ahí encuentro a Gines.
Recomendable el sitio web: Bosques del Sur: sendero de Cazorla, Segura y las Villas. Es una aplicación que contiene las etapas del GR-247 descritas con perfiles, cartografía y descargas de tracks.
Hacia tiempo que no disfrutaba de una Semana Santa como en esta ocasión.
Agradecer a los amigos Tifi, Satur y Gines, el realizar un viaje inolvidable.
Hemos unido todos los valles, desde la mágica altiplanicie de los Campos de Hernán Perea (1700 mts) hasta la Sierra de Castril, en una ruta circular de bicicleta que nos llevó hasta el refugio de los Prados del Conde.
Nos deleitamos con los paisajes, los árboles, la fauna y los momentos compartidos. Además, subimos al Empanadas (2127 mts) que aún conservaba nieve. También pudimos hacer el pico Banderillas (1993 mts), dónde nos encontramos con ciervos, muflones, jabalíes, zorros, águilas y buitres .
En la última jornada, partimos del refugio en un descenso por Rambla Seca hasta la Sierra de Segura. Y desde allí hacia la laguna de Valdeazores, luego seguimos buscando los túneles del río Borosa, ya en plena Cazorla. Aún pasamos por la Cerrada de Elías, para finalizar por la pista que lleva a la piscifactoría cerca de Coto Ríos.
Una pequeña crónica de esta aventura, desde el Refugio Postero Alto con mis amigos José Vicente, Roca… y la única chica que se atrevió con este reto Gussi. La verdad, esta experiencia marcó un antes y un después para forjar nuestra amistad.
Atreverse con este reto y llevarlo a buen término, supuso un cóctel de una buena preparación física, junto al conocimiento que ya habíamos adquirido por actividades realizadas en años anteriores. Si bien, José Vicente se estrenó en esta ocasión. Y menudo estreno que se metió entre pecho y espalda. Nunca lo olvidará. Roca lo tenía todo bien organizado y pensado, de hecho, incluso comentó sus intenciones de ampliar el recorrido para hacerlo de mayor calado. Gussi nos acompañó y seguimos su ritmo que era cómodo y cumplía con ese dicho: “sube despacio y llegarás lejos”.
Durante la travesía, tuvimos momentos con mayor deleite, otros con complicaciones y algunos que pusieron a prueba nuestra resistencia física y mental, sobre todo cuando nos cayó la noche y la fatiga se notaba. En realidad, todos tenemos muy gratos recuerdos del evento. Y las sensaciones al llegar de vuelta al refugio son indescriptibles.
En definitiva, un sueño cumplido 12 tresmiles en Sierra Nevada… en esta travesía de 24 horas seguidas.
Al alba nos recibió el Cerro Pelado, y fueron llegando Puntal de Juntillas, Los Cervatillos, Puntal de los Cuartos, La Atalaya, Mojón Alto. Fueron pasando las horas y disfrutamos otras montañas: Pico del Cuervo, Puntal de Vacares, Puntal de Calderetas, la inolvidable Alcazaba (por su cara norte), y el Puntal del Goterón, que lo repetimos por la bajada del espolón-canutillo.
El regreso, lo realizamos por el valle del rio Juntillas. Realmente, resultaba impresionante contemplar todo lo que nos quedaba por caminar para alcanzar unas cuantas horas más tarde aquel punto en el horizonte. Después de 950m de desnivel subidos a oscuras, llegamos al Puntal de Juntillas. Desde ese momento, sabíamos que lo habíamos conseguido sólo era cuestión de seguir la cuerda y llegar a la Piedra de los Ladrones. Fueron los últimos momentos, ya de madrugada, somnolientos cuando nos aproximamos lentamente al cortafuegos que marcaba la meta alcanzada.
36km, 6.600m D+/-. Ida y vuelta el mismo día a Refugio Postero Alto. (24/junio/2012)
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