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Datos Biográficos

Infancia

Creció  desarrollando un amor cierto por la naturaleza y hasta que sea mayor,  durante los momentos más pesados de su vida fueron cazar o pescar sus distracciones más apreciadas. A este entusiasmo por la naturaleza  se añadió un apasionamiento por las ciencias y las artes: amaba la música, la literatura y la pintura.

Cuanto contaba 7 años su educación pasó a manos de maestros y preceptores elegidos por el propio Emperador y así  empezó un amplio programa de instrucción y educación, orientado en particular por el libro de Erasmo : La educación de un príncipe cristiano (1516).

Sin embargo,  según  Henry Kamen ( historiador británico, autor de una serie de biografías de los reyes españoles ) aunque su educación fue bastante buena,  Felipe fue un alumno que tuvo dificultades :  ”Como alumno, el Príncipe no era ni un modelo ni, mucho menos, sobresaliente. Su manejo del latín siempre fue regular, su estilo literario, en el mejor de los casos, mediocre, y su caligrafía siempre generalmente deficiente. Educado como un humanista, nunca llegó a serlo”.

Los relatos nos enteran de que especialmente  el dominio de las lenguas extranjeras modernas fue bastante descuidado y eso le perjudicó más tarde en el ejercicio de su función de Emperador en cuenta la dimensión y variedad de sus reinos  ( por ejemplo en 1555, en Bruselas, en el momento de leer el discurso que debía pronunciar en francés cuando recibió la soberanía de los Países Bajos ) .  Así, Felipe hablaba español y portugués y también latín para entenderse.  Leía un poco de italiano y francés pero no sabía hablar este idioma, tampoco lo dominaba el alemán.

Es de saber que ya desde muy joven fue preparado para ser rey, y el propio Carlos V le educó y preparó a la política y diplomática dejándole como regente durante sus ausencias en 1543 y 1551.

Durante su juventud vivió 12 años fuera de España, estuvo en Suiza, Inglaterra, Flandes, Portugal, etc…Realizó en particular lo que se llamó “el felicissímo viaje”  por Italia , los Paises Bajos y Alemania en el que es presentado a toda Europa.

El día de la abdicación  de su padre en Bruselas , se convierte en la persona más poderosa del planeta.

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Curiosidades Datos Biográficos Sociedad

La Leyenda Negra

La leyenda negra de Felipe II

Las guerras que mantuvo Felipe II en toda Europa y su apoyo a la Contrarreforma católica lo hicieron objeto de una propaganda hostil que ha ensombrecido su imagen ante la historia.

 

Los muchos enemigos de la monarquía española acusaron a Felipe II de una insaciable sed de dominio, de intolerancia religiosa e incluso de crímenes como la muerte de su hijo y su esposa. Historiadores, dramaturgos y poetas de fuera de España presentaban a Felipe II como un monarca tiránico y siniestro, culpable de los más terribles crímenes, tanto en su vida privada como en la pública. En lugares como los Países Bajos y Bélgica, su figura estaba ligada a episodios tristemente célebres, como el saqueo de Amberes, protagonizado por los temibles combatientes de los tercios hispánicos en 1576. Allí la «furia española» (por cierto, de aquí deriva precisamente la expresión, y no de ninguna connotación deportiva de nuestro tiempo) había alcanzado su máxima expresión de barbarie: violaciones, saqueos, cuchilladas, bebés lanzados desde las ventanas y atravesados por las largas y enhiestas picas españolas… De hecho, no era sólo Felipe II el acusado, sino los españoles en general, a los que se achacaba en buena parte de Europa una aureola de prepotencia y crueldad. Todo ello formaba parte de lo que se ha denominado «leyenda negra» sobre España, una serie de escritos y representaciones culturales de diverso tipo que presentan bajo una luz desfavorable la historia española. Muchos de los elementos de esta leyenda negra están claramente infundados o tergiversados, pero han tenido enorme éxito gracias a la obra de historiadores, autores teatrales, libretos de ópera e incluso el cine. El origen de estas críticas se relaciona con la hegemonía política que ejerció España en Europa desde la llegada al poder de Carlos V, en 1517. Felipe II fue objeto de terribles acusaciones sobre su política, pero también sobre su vida personal, acusaciones que han resultado tener gran eficacia. Podría decirse que el Rey Prudente perdió la batalla de la imagen, en su época y muchos siglos más allá. Ello fue así, en parte, porque tuvo la mala suerte de enfrentarse con enemigos de la talla que hoy sonconsiderados en sus respectivos países como auténticos héroes nacionales. Tal fue el caso de Guillermo de Orange, líder de la guerra de independencia de los Países Bajos contra el dominio español; de Isabel de Inglaterra, que galvanizó la resistencia de Inglaterra contra la Gran Armada española en 1588; o de don Antonio de Portugal, pretendiente al trono luso cuando Felipe II lo ocupó en 1580. También se debió a que en muchas de las empresas acometidas por el monarca la suerte le fue esquiva, lo que no ayudaba demasiado a contrarrestar algunas limitaciones de su carácter personal; como, por ejemplo, el no conceder la suficiente importancia al hecho de que el gobernante no sólo debe ser bueno, sino también parecerlo. En 1581, ante el enconamiento de la guerra de Flandes, Felipe II promulgó un edicto en el que ponía precio a la cabeza de Guillermo de Orange. En respuesta, el líder holandés publicó ese mismo año lo que se considera la primera gran muestra de la leyenda negra en el reinado de Felipe II: su famosa Apología. En este escrito, Orange atacaba los duros métodos del duque de Alba como gobernador y presentaba a los soldados españoles como crueles y bárbaros. No escatimaba los insultos a los españoles como tales: «todo el mundo cree que la mayor parte de los españoles, y principalmente los que se dicen nobles, son de sangre de marranos, y de judíos […] que han hecho buenos negocios con la vida de nuestro Salvador». En cuanto al rey, lo acusaba de adulterio (por su relación con Isabel Osorio), de incesto (por haberse casado con su sobrina Ana de Austria) y de ser el asesino de su propio hijo don Carlos y su mujer, Isabel de Valois. Estas dos últimas acusaciones, las más graves, eran totalmente infundadas pero a partir del panfleto de Orange tuvieron amplia difusión por Europa. Todos los rivales y enemigos de Felipe se valieron de ellas, como el prior don Antonio de Portugal, en la edición de su propia Apología, de 1582. Aunque hoy nadie sostienecon seriedad las tremendas acusaciones de la leyenda negra, el hecho de que esta visión negativa de la historia de España, y de Felipe II en particular, trascendiera durante tanto tiempo y en tantos escenarios, tiene que ver con que esta leyenda tenía algún fondo de verdad. Sin embargo, la avalancha de biografías publicadas en los últimos años nos muestra a un personaje más auténtico y desprovisto de esos clichés tantas veces repetidos en el pasado.

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Felipe II: Trabajo y sexo opuesto

En calidad de monarca, Felipe II asumió el principio de confundir y gobernar, y fue un trabajador incansable. Prefería leer y escribir antes que hablar, por lo que dedicaba todos los días 8 o 9 horas a despachar papeles en su escritorio. El ocio había de ajustarse a su ritmo de trabajo; incluso las visitas a sus mujeres.

Felipe II estuvo casado cuatro veces. No obstante, no le interesaban las mujeres, ni por su compañía, ni por sus encantos sexuales. Nunca pareció sentirse a gusto con las mujeres. Quizá siguiera el consejo que le dio Carlos V en sus Instrucciones; en ellas, le indicó que no se casaba para gozar del sexo, sino para engendrar herederos

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Curiosidades Datos Biográficos

Aficiones

En su infancia, mostró interés por los libros, la música, la tapicería, la costura, la caza y la naturaleza. Una vez coronado, amplió sus hobbies. Demostró gusto por los jardines, la pesca, la construcción, la numismática o la decoración de interiores. Se convirtió en un gran coleccionista de pintura (le encantaban los flamencos, pero no los italianos, salvo Tiziano), joyas, monedas, medallas, relojes, astrolabios, instrumentos musicales, estatuas, armas y armaduras… Formó la mayor biblioteca privada del mundo occidental, convirtiendo El Escorial en un centro de investigación. Fascinado por la magia y la alquimia, allí mismo creó un laboratorio, lleno de alambiques y destiladoras. Felipe fue, además, un gran mecenas de eruditos –especialmente, de los más humildes-. No sintió ningún interés ni por la astrología ni por el teatro popular.

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Datos Biográficos

Acercamiento a la vida de Felipe II

Vamos a proceder a indagar acerca de la vida de Felipe II. Para ello nos valdremos de una breve introducción biográfica extraída de la wikipedia. Más adelante concretaremos y extenderemos la información biográfica en las páginas de este blog.

Felipe II

Felipe II de Austria (o Habsburgo), llamado El Prudente (Valladolid, 21 de mayo de 1527 – San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue Rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves (como Felipe I) desde 1580, realizando una ansiada unión dinástica con Portugal, que duró sesenta años. Fue asimismo Rey de Inglaterra, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.

Hijo y heredero de Carlos I de España e Isabel de Portugal, hermano de María de Austria y Juana de Austria, nieto por vía paterna de Juana I de Castilla y Felipe I y de Manuel I de Portugal y María de Aragón por vía materna; murió el 13 de septiembre de 1598 a los 71 años de edad, en el monasterio de San Lorenzo del Escorial, para lo cual fue traído desde Madrid en una silla-tumbona fabricada para tal fin.

Desde su muerte fue presentado por sus defensores como arquetipo de virtudes, y como un monstruo fanático y despótico por sus enemigos. Esta dicotomía entre la Leyenda Negra y la Leyenda Blanca o Rosa fue favorecida por el propio Rey Prudente, que se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la destrucción de su correspondencia. Aún hoy en día, la historiografía anglosajona y protestante representa a Felipe II como un ser fanático, despótico, criminal, imperialista y genocida. Sus victorias fueron minimizadas hasta lo anecdótico (salvo unos pocos ejemplos como la Batalla de Lepanto) y sus derrotas magnificadas en exceso, a pesar de que no supusieron grandes cambios políticos o militares, como la pérdida de una parte de la Grande y Felicísima Armada debido a un fuerte temporal, que además los historiadores anglosajones “transformaron” en una victoria inglesa.

Durante su gobierno, el Imperio español dirigió la exploración global y la extensión colonial a través del Atlántico y Océano Pacífico, convirtiéndose durante mucho tiempo en el principal país y potencia europea en todo el mundo. Su imperio, el Imperio español se convirtió bajo su gobierno en el primer imperio global, porque por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes, las cuales, a diferencia de lo que ocurría en el Imperio romano o en el Carolingio, no se comunicaban por tierra las unas con las otras.