El rey prudente en la vida cotidiana

Hombre muy conscienzudo, se dice que Felipe II se pasaba el tiempo trabajando intensamente en su despacho. Era obsesionado por su la higiene personal y su salud muy delicada. ( padeció numerosas enfermedades, y durante sus diez últimos años de vida sufrío muchíssimo de la gota ).Su dieta era monótona y principalmente compuesta de carne. No se permitía muchas algegrías y no participaba mucho a las fiestas.

Se dice que no le interesaba mucho el ocio, tampoco la compañia de las mujeres, incluso las suyas,cuyas visitas dependían del tiempo que le quedaba después del trabajo. ” Era poco habitual que la familia se reuniese aunque fuera para comer, lo normal era que Felipe II pasara el día trabajando e hiciera visitas a su familia esporádicamente. Felipe II mantuvo a lo largo de toda su vida la costumbre de cenar sólo los viernes, los sábados y las vigilias de las festividades.” (http://www.mcnbiografias.com). Muchos historiadores piensan que  Felipe II mantenía con sus esposas relaciones  frías y distantes.

Sin embargo, pese a las apariencias , la corte de  Felipe II no era un lugar triste. En realidad, el rey llenó la Corte de músicos, entretenimientos y bailes durante gran parte de su reinado.

Es preciso saber que odiaba la adulación pero era muy exigente en el ceremonial porque expresaba la grandeza de la Monarquía. En la intimadad, prefería la sencillez, se  vestía de negro y prohibía que le llamaban ” Majestad “. 

Se dice que se mostraba interesado por las preocupaciones de su pueblo, pero que el ceremonial cortesano y las costumbres de la época le mantenían apartado de la gente. Sin embargo siempre mantuvo la costumbre de recibir peticiones particulares en los días festivos.

Felipe II pasó la mayor parte de su reinado viajando : catorce meses en Inglaterra, cinco años en los Países Bajos, un año y tres meses en Alemania, varias semanas en Italia, dos años y cuatro meses en Portugal y tres años en la Corona de Aragón. Nunca se estableció realmente en un lugar, tampoco en Castilla.

Fue un rey muy misterioso y enigmático : se negó en la publicación de biografias suyas en vida y ordenó la destrucción de una parte de su correspondancia.

La muerte del rey

Desde 1592 su salud se había deteriorado irremediablemente. La gota le hacía  sufrir tanto que ni siquiera podía permanecer en la cama sin padecer las dolores. Tampoco podía quedarse sentado, y fue entonces cuando su ayuda de cámara, Jean L’Hermite, ideó un ingenio consistente en una silla articulada que permitía al monarca cambiar de postura. Poco a poco, llegó a perder la movilidad de la mano derecha sin poder firmar los documentos.

Siendo consciente del poco tiempo que le quedaba el rey decidió instalarse en el Escorial para los últimos momentos de su vida.

El 30 de junio de 1598 partió de Madrid para nunca regresar.  Comulgó por última vez el 8 de septiembre, ya que los médicos se lo prohibieron a partir de ese momento por miedo a ahogarse al tragar la hostia.

El domingo 13 de septiembre de 1598  , a las cinco de la madrugada, Felipe II falleció en El Escorial . Tenía 71 años y su agonía duró 53 días, en los que sufrió todo tipo de enfermedades: gota, artrosis, fiebres tercianas, accesos e hidropesía.

La fe inquebrantable de un monarca

Sus convicciones religiosas eran inquebrantables

Ricardo García Villosla

 

El sueño de Felipe II. El Greco, 1579

Felipe II fue efectivamente un hombre profundamente religioso y hizo de la fe católica uno de los principios rectores de su política europea. Impregnado de una devoción aún más fuerte que sus antepasados,  se dice que  en su corazón no había lugar para la duda y esto le llevó a perseguir con mano firme las disidencias religiosas ( en particular el protestantismo que en la época iba creciendo de manera amenazadora en toda Europa) . Así, su interés por la problemática religiosa fue evidente y para luchar contra la amenaza del infiel, fortaleció, entre otras instituciones patrias, el terrible Santo Oficio.

Es importante notar que la religiosidad de Carlos V influyó mucho en su hijo Felipe II.     En 1539, el emperador le decía: “Encargamos a nuestro hijo que viva en amor y temor de Dios y en observancia de nuestra santa y antigua religión, unión y obediencia a la Iglesia romana y a la Sede Apostólica y sus mandamientos” y, en las instrucciones de 1543, le recomendaba: “tened a Dios delante de vuestros ojos y ofrecedle vuestros trabajos y cuidados, sed devoto y temeroso de ofender a Dios y amable sobre todas las cosas, sed favorecedor y sustentad la fe, favoreced la Santa Inquisición”. Unos mandatos que, en 1556, reiteraría en su testamento: “Le ordeno y mando como muy católico príncipe y temeroso de los mandamientos de Dios, tenga muy gran cuidado de las cosas de su honra y servicio; especialmente le encargo que favorezca y haga favorecer al Santo Oficio contra la herética pravedad por las muchas y grandes ofensas de Nuestro “Señor que por ella se quitan y castigan“.  (www.vallenajerilla.com)

Su concepción del poder providencialista ( simpre ” obtener y retener el favor de Dios ” ) resulta pues de esta educación católica firme . Así, Felipe II sentía una fe tan sincera que participaba a todos los actos de culto, oía misa a diario , comulgaba con alguna frecuencia, era muy devoto de la eucaristía, hacía retiros espirituales en Cuaresma y en momentos de agotamiento nervioso, trataba con su confesor los asuntos de conciencia, privados y aun públicos…

Esta rectitud moral y devoción completa por Dios fue evidentemente utilizada para alimentar la Leyenda Negra que no difundía la imagen de un monarca piadoso, justo y clemente  sino la de un  personaje inhumano, fanático y opresor de pueblos.

 

Un rey apasionado : sus numerosas aficiones

Felipe II es por su educación humanista y cristiana un principe del Renacimiento.

Conocido sobre todo como un personaje insensible, tan grave de gesto como de palabra, la leyenda negra solo dejó en los espíritus la imagen de un hombre  con un carácter taciturno, prudente, sosegado, constante y muy religioso. En realidad , Felipe II se  reveló sobre todo ser un hombre muy culto, formado, sensible y amante de las artes.

Es verdad que tenía una gran sentido de la responsabilidad y que era un trabajador incasable y que pasaba 8 a 9 horas a despachar papeles en su escritorio sin embargo, esta seriedad se acompañaba de una curiosidad y de una sed de saber estupenda.

Aficionado a los libros, a la pintura , las sciencias, a la tapicería, la costura, la música, la construcción , la arquitectura  ( la pasión que tenía por este arte le llevó a tomar parte activa en el diseño del edificio del Escorial  y a supervisar personalmente las obras de construcción ), la decoración de interiores, … :  el rey tenía muchos hobbies!  Le encantaban también la caza , la pesca y  tenía mucho gusto por los jardines. Se dice que ” va a ser el rey jardinero por exellencia ” : importa semillas de todas las partes de la Monarquía y contrata a los mejores jardineros flamencos y renacentistas que tienen mucho respesto por la naturaleza como fuente de riqueza. Va a cuidar y copiar unas jardines, ya existentes en la Monarquía, en algunos lugares de su reino. Estos jardines se transforman en lugares para la expansión y el entretenimiento. Se puede encontrar plantas medicinales y especias del nuevo mundo : patatas, tabáco, tomates utilizadas como ornamentación.

Tantas aficiones que se añadían a un interés cierto por  el coleccionismo  : relojes, medallas, instrumentos musicales,astrolabios, armas…pero fue sobre todo un ferviente coleccionista de arte y un mecenas importante.

La Trinidad - El Greco

En efecto, el arte y especialmente la pintura fue una pasión para el Felipe II y nunca paró el rey durante sus 30 años de reinado de ampliar su colección de obras de arte. Muy entendido en pintura, le gustaba especialmente las obras de pintores venecianos como Tiziano.

Este mecenazgo resultó muy estimulado también por los artistas españoles de la época que ” reflejaron en sus cuadros el lenguaje de la fe y el éxtasis  místico , llevado a sus máximo lirismo en las alargas figuras y la pincelada arrebata de un cretense radicado en Toledo ,  Domínikos Theotokópoulos , el Greco “

 

 

Es importante saber que su afición para la cultura y la literatura era tan grande que formó la biblioteca privada más importante del mundo occidental con una voluntad de hacerla accesible para todos. Por eso convirtió el Palacio del Escorial  en centro de investigación en 1576. Desde luego, “ el palacio viene a ser una primitiva academia de todas las ciencias. Miles de volúmenes de todas las disciplinas se van reuniendo en la biblioteca. ”

El escorial

Más datos  : [kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/WkdDzIY-z9Q" width="425" height="350" wmode="transparent" /]

Sus amigos y enemigos en la Corte.

” Felipe II, el rey más poderoso de su tiempo y el monarca que más extensiones dominó de nuestra historia, hubo de enfrentarse, ante las dimensiones de su imperio, a enemigos muy poderosos. A la lucha contra turcos, moriscos, herejes y protestantes, se unieron los numerosos complots que en la corte española se pergeñaron contra su persona, algunos instigados por personajes de su entorno más cercano “

Óscar Herradón.

Guillermo de Orange

Como lo nota Óscar Herradón, Felipe II era rodeado de personas con malas intenciones que querían debilitar su figura pues trabajaban a alimentar la leyenda negra. Los más conocidos fueron Guillermo de Orange ( autor de la Apología, obra en la que se cimenta la Leyenda Negra contra España y principal líder de la rebelión contra la corona española que desembocó en la Guerra de los Ochenta Años ) y Antonio Perez (uno de los secretarios de Felipe II  juzgado culpable en los cargos de traición a la Corona y del asesinato de Juan de Escobedo)

Antonio Perez

 

Felipe II era un hombre muy reservado  que ocultaba su timidez e inseguridad bajo una seriedad que le valió una imagen de frialdad e insensibilidad. Se dice que  no tuvo muchos amigos, y ninguno gozó completamente de su confianza.

Sin embargo, el rey podía contar con unos colaboradores y aconsejadores en que podía fiarse.

Fue el caso, por ejemplo, del gran duque de Alba :  Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel que fue hombre de confianza de Carlos I y Felipe II. Mayordomo mayor de Carlos V y Felipe II, fue miembro de sus Consejos de Estado y Guerra. Se encargó del gobierno del ducado de Milán (1555-56), del reino de Nápoles (1556-1558), de los Países Bajos (1567-1573) y del reino de Portugal (1580-1582). Representó a Felipe II en sus esponsales con Isabel de Valois y con Ana de Austria.

 

El duque de Alba

 

Ruí Gomez de Silva

Podemos también apuntar a dos de sus secretarios : Ruí Gomez  de Silva  ( marido de Ana de Mendoza y de la Cerda) y  Mateo Vázquez de Leca.

Ruí Gomez  de Silvaque ganó su amistad, por lo que fue favorecido económica y políticamente siendo, entre otros cargos, Secretario y hombre de confianza de Felipe II.

Mateo Vázquez de Leca, otro secretario, ejerció una enorme influencia en las decisiones del monarca, convirtiéndose en uno de los más estrechos colaboradores de Felipe II. Su rivalidad con Antonio Pérez y Ana de Mendoza de la Cerda, Princesa de Eboli, le llevó a intrigar en su contra, siendo uno de los que hicieron estallar el escándalo que provocó el encarcelamiento de Pérez y el destierro de la princesa.

El rey pudo también contar con Cristóbal de Moura que fue el responsable de la diplomacia de Felipe II de España junto a la nobleza portuguesa, alimentando las rivalidades políticas entre Prior de Crato y Duque de Braganza, y atrayendo personajes-clave de la sociedad y del gobierno para la causa del soberano español.

Por fin, podemos apuntar a Luis de Requesens y Zúñiga aue fue un militar, marino, diplomático y político español, gobernador del Estado de Milán (1572–1573) y de los Países Bajos (1573–1576). Mentor de don Juan de Austria, su labor fue fundamental para la gran victoria de la Liga Santa en la batalla de Lepanto.

 

Las amantes de Felipe II

Las esposas de Felipe II no fueron las únicas que compartieron la vida intima del rey. Los rumores hablan  de muchas supuestas amantes y de hijos ilegítimos que nacieron de unas de estas relaciones.  Apuntan amores con Catalina Laínez, Eufrasia de Guzmán, Doña Elena Zapata,Catalina Leney , Magdalena Dacre, la vizcondesa de Montague. Incluso se dice que Felipe II estaba encaprichado con Isabel I, hermana de su tercera mujer María Tudor. Sin embargo, las más difundidas implican en particular a dos mujeres : Isabel de Osorio y Ana de Mendoza, princesa de Éboli que mantuvieron con él relaciones  que marcaron sin duda su vida.

  • 15 años de amor con Isabel de Osorio, ” la dama de Saldañuela “.

Su relación con Isabel de Osorio duró 15 años y se dice que nacieron de este amor dos hijos : Bernardino y Pedro.

Isabel de Osorio

Se supone que esta relación empezó poco antes de su enlace con María Manuela de Portugal , su primera esposa como lo deja entender  Guillermo de Orange en su Apología, libro en el que relataba las supuestas barbaridades atribuidas a su rival Felipe y que fue al origen de la Leyenda Negra. En efecto, afirmaba que cuando este se casó por primera vez con su prima María Manuela de Portugal ,  ya estaba desposado con Isabel de Osorio.  También se supone que es en la corte donde se conocieron ya que  Isabel de Osorio era dama de compañia de su madre, la emperatriz Isabel.

Lo que sabemos de seguro es que el joven príncipe  se enamoró perdidamente de esta mujer 10 años mayor que él y tuvo a lo largo de su vida una importancia cierta, hasta hacer construir para ella, tras finalizar su relación apasionada con ella,  un magnifico palacio (el palacio de  Saldañuela ) en un pueblo burgalés. Lo que provocó el enojo y los celos de sus vecinos que empezaron a llamar el palacio  ” La casa de la puta del rey “.  Incluso se rumoreó una boda secreta con ella.

También le dejó Felipe una notable fortuna en dinero y joyas, cuyo detalle figuró en el Archivo de Simancas.

Por fin otro elemento muy revelador del amor intenso que el rey  sentía para ella,es que se atrevió a pedir a  Tiziano (pintor veneciano con quien compartía una relación de amistad estrecha) que pintara una serie  de cuadros de inspiración mitológicos pero con el rostro de Isabel de Osorio. Se dice que el rey quiso que las dos primeras obras fueran de un marcado erotismo. Así, uno de ellos representa a una diosa desnuda en actitud  provocadora.

Dánae recibiendo la lluvia de oro, cuadro de Tiziano (1553). Museo del Prado

La segunda entrega de Tiziano, Venus y Adonis, fue enviada directamente desde su taller de Venecia a Londres. Dicen que ambos poseen los rostros de la pareja de amantes, de Felipe e Isabel.

Venus y Adonis, cuadro de Tiziano (1553). Museo del Prado

Fue el matrimonio de Felipe con su tercera esposa  Isabel de Valois  que fue al origen de la forzada separación.

Isabel de Isorio vivió allí retirada y sin ninguna relación conocida hasta su muerte y fue enterrada en la iglesia del pueblo que ella misma fundó.

 

Princesa de Eboli

Hija única de Diego de Mendoza (Príncipe de Mélito y nieto del Gran Cardenal Mendoza)  y  de Catalina de Silva, Ana de Mendoza y de la Cerda era entonces descendiente de una poderosa familia aristocrática castellana.

Descrita como ” enigmática, bella, inteligente y ambiciosa” , la leyenda dice que tras la muerte de su esposo Ruy Gómez de Silva (hombre de confianza y amigo del rey) , la princesa de Eboli fue la supuesta amante de Felipe II y de su secretario Antonio Pérez a la vez.

Considerada como una de las mujeres más poderosas de España en la corte de la época, aprovechó la influencia de Pérez y su conocimiento de los secretos de Estado para satisfacer sus ambiciones políticas y sus necesidades económicas.
De carácter “ dominante y altivo, voluble, rebelde y apasionado” fue implicada en las intrigas de la corte : se dice que  junto a Antonio Pérez, mantuvieron  negociaciones  con los rebeldes flamencos y portugueses, traicionando pues al rey. Parece probable también una intriga compleja de Ana y Antonio acerca de la sucesión al trono vacante de Portugal y contra Don Juan de Austria en su intento de casarse con María Estuardo. El caso es que Juán de Escobedo (secretario de Don Juán de Austria y hermano bastardo del rey) había descubierto esos hechos y de sus amores con el secretario de Felipe II. Se dice que temiendo una posible denuncia, Ana  se le acusó de una grave conspiración política urdida con Juan de Austria y  así instigó su asesinato  logrando convencer el rey de sus supuestas intrigas.

Más tarde, el rey se dio cuenta de la superchería y de la traición de los dos amantes. Finalmente Ana fue arrestada con Antonio en 1579.

Torreón de Pinto ( Madrid )

Todo esto la condujo evidentemente  a perder el favor real y a ser desposeída de todos sus bienes y derechos y a verse encarcelada en el torreón de Pinto ( Madrid ) luego al castillo de San Torcaz (dado a su delicado estado de salud y las malas condiciones del torreón) y, posteriormente a su palacio de Pastrana (en Guadalajara) con su hija menor Ana ,que la acompañó en su reclusión durante más de  11 años de su vida y pues hasta su muerte.

Palacio Ducal de Pastrana ( Guadalajara )

 

Así según Queralt  ” fue la depositaria de la venganza que el rey quería ejercer sobre Antonio Pérez “

Mas datos : [kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/0tPYgAxWAyY" width="425" height="350" wmode="transparent" /]

Felipe II y su familia


La primera parte de la vida de Felipe fue caracterizada por una escasa vida familiar.

Creció en el entorno familiar de sus hermanas y apagado a su madre que le cuidó hasta su muerte en 1539. Todavía era niño cuando falleció y Felipe sufrió mucho de su ausencia que se añadió a la de su padre, siempre de viaje,  apenas tuvo contacto con él en sus primeros años de vida y al que percibía casi como un extraño.

Además, tras la muerte de la reina, el rey no se quedó con su hijo y dejó ordenes precisos para limitar el tiempo que el joven podía pasar con sus hermanas María y Juana. Se dice que esta soledad familiar fue muy pesada para el príncipe y duró hasta 1589 cuando regresó en España y se reunió con Juana y Don Carlos,  conoció a su hermano Don Juan y se casó con Isabel de Valois con la que tendrá sus dos queridas hijas, Isabel Clara Eugenia y Catalina Micael.

A partir de este momento, Felipe se convirtió en el ” jefe de su propia familia “ : todos , esposas, hermanas, hijas, parientes legítimos o no formaron parte de una familia ampliada que le proporcionó a Felipe un importante apoyo emocional como práctico.

  • Una gran respeto y admiración  por su padre
Muchos escritos y correspondancias atestan del gran respeto de Felipe por su padre Carlos, por sus consejos y por sus recomendaciones.
Siempre muy atento a aplicar en todo su vida ( incluso en su vida intima )  lo que recomendaba su padre, siguió en particular sus consejos de no comprometerse con ningún grupo de nobles y de siempre combatirse para defender el catolocismo y hacer respetar la voluntad de Dios.
Durante los primeros años no tuvieron muchas relaciones ya que Carlos siempre estaba de viaje para la Corona. Tras la muerte de la reina ,Carlos empezó la preparación de su heredero para la Corona y fue entonces más presente. Hasta su muerte, se mostró muy implicado para que su hijo fuera un buen rey y nunca paró aconsejarlo y avisarlo de los peligros de su futuro papél de emperador.
  • Una relación privilegiada con sus hermanas

A pesar de las recomendaciones de su padre y de los años en que permanecieron separados, Felipe siempre mantuvo una relación fuerte con sus hermanas y en particular

María de Austría, hermana de Felipe II

con María a la que se sentía muy unido y con la que tenía correspondencias “intimas” intensas.

En estas cartas  compartían recuerdos, se daban mutuamente consejos y hablaban mucho del bienestar de su hijas.

Tras la muerte de Juana, intercambiaron muchas cartas de lamentación, quejándose de la ausencia de su hermana muerta.

Fue sin duda el personaje de la Familia Real más importante a lo largo de la vida de Felipe II. Juana fue una figura clave en la Corte, la mejor compañera de sus cuñadas Isabel y Ana, además de una fiel confidente de su hermano.

 

 

  • Un amor desproporcionado por las “niñas de sus ojos

 

Las hijas de Felipe II : Catalina micaela y Isabel Clara Eugenia

Felipe II  “era en lenguaje actual, un padrazo“, define Queralt. Con sus dos hijas fue un padre ejemplar. Con ellas también mantuvo una correspondencia intensa  en las que hacia comentarios sobre la vida pública y el panorama internacional de la época , hasta los más pequeños aspectos de su vida cotidiana.

Isabel Clara Eugenia, que sería ‘infante’ al convertirse en la primogénita tras la muerte de Carlos,  fue para Felipe II “compañera fiel y secretaria, estuvo con él hasta su muerte”. El rey confiaba en ella y le permitía sustuirle delante de sus minitros cuando estaba enfermo. Se quedó mucho tiempo al lado de su padre y hasta la muerte de éste permaneció sin marido.

Catalina Micaela, hija de Felipe II

También con Catalina tuvo una relación muy fuerte que le dejó desanimado al momento de  quitarla tras su matrimonio con Carlos I de Seboya. Queralt describió la separación como traumática. ” Se despide de ella en Barcelona y sigue el camino del barco hasta que ya no lo ve, va moviéndose él por la costa para seguir divisando el barco que se lleva a su hija”.

 

 

 

 

[kml_flashembed movie=”http://www.youtube.com/v/OAoypnvzUFs” width=”425″ height=”350″ wmode=”transparent” /]

 

  • Una relación caótica con su hijo Carlos

    Don Carlos

Fueron siempre difíciles las relaciones de Felipe II con su hijo primogénito Carlos. Se dice que hubo un desacuerdo completo y constante entre el padre y el hijo.

Fruto del primer enlace del rey con María Manuela de Portugal, el príncipe Don Carlos padeció de las malas consecuencias de la consanguinidad de la unión de sus padres. Sofrío de enfermedad crónica, que minó su salud desde su primera infancia, daba  numerosos signos de inestabilidad psicológica y emocional ( hasta autolesionarse durante sus estallidos de cólera) lo que pronto inquietó la corte y el propio rey que se negaba en darle responsabilidades. Tras un accidente en Alcalá de Henares donde estudió ( se cayó en una escalera ), su estado siguió empeorándose gravemente,  así como las relaciones con su padre que iba cada vez más temiendo por el futuro de la  monarquía. El príncipe que se daba cuenta de la reticencia de su padre  a introducirlo en las labores de gobierno experimentaba un sentimiento de abandono creciente. Con su frustración se acrecentaba su agresividad, los conflictos entre padre y hijo  y su odio hacia su padre hasta que Carlos accedió a dar su apoyo a las reivindicaciones de la nobleza flamenca, en el momento en que se estaba gestando la rebelión de los Países Bajos. Cuando el rey se enteró de lo que preparaba su hijo se resignó a encerrarlo en su propia habitación y luego en un torreón del alcázar de Madrid. Este encarcelamiento fue muy doloroso para el hijo como para el padre. Desesperado, Carlos cometió múltiples excesos hasta límites insufribles y  por fin preguntó a su padre que le matasen. Murrió en su carcél en1568. Las rumores dicen que todo lo que occurió a Carlos fue la initiativa del rey , alimentando la Leyenda Negra que habla de la probabilidad de que existiera un romance entre el príncipe Carlos y su madrastra y que fuera el verdadero motivo de la muerte de Carlos.

  • Felipe y sus parientes ilegítimos

Tenía una red de parientes ilegítimos. Eran descendientes de su bisabuelo Fernando el Católico , también de su bisabuelo Maximiliano I y de su padre Carlos.

Aunque  conocía personalmente a poco de ellos, en ocasiones interrumpió en sus vidas de manera decisiva para ayudarles.

 

Su cuarto matrimonio con Ana de Austria

En 1568, a los 23 años falleció Carlos el primer hijo primogénito de Felipe II a quien había tenido que encerrar  por su traición y sus problemas psicológicos. Al poco también  Isabel de Valois, su tercera mujer, dejando al monarca sumido en la tristeza , sin esposa y sobre todo sin heredero para la corona.

Cumpliendo con sus obligaciones, Felipe II buscó otra vez  una nueva mujer que asegurara su descendencia. Su elección se dirigió hacia Ana de Austria, su sobrina y prima. Con este matrimonio esperaba  fortalecer los lazos de amistad entre las dos ramas de la familia de Hasburgo, la española y la austriaca, provocando reservas por parte del Papa Pio V ( a causa de la consanguinidad entre los cónyuges)  que finalmente les otorgó  una dispensa.

Se firmaron las capitulaciones matrimoniales en Madrid en enero de 1570 y la boda se celebró el 4 de mayo en el castillo de Praga.

La pareja finalmente tuvo 4 hijos y una hija.

Ana de Austria con dos de sus hijos

 

 ¿ Quien era Ana de Austria ?

Ana de Austria

Nació en Cigales, el 1 de noviembre de 1549 y falleció en Badajoz,  el 26 de octubre de 1580.  Archiduquesa de Austria,  Ana de Austria era la hija del emperador Maximiliano II,  primo del rey Felipe II, y de la emperatriz María de Austria, hermana de Felipe II.

Aunque nacida en España Ana fue educada en Viena .  20 años menor de Felipe II, era al principio prometida con su hijo Carlos (pero renunció a este proyecto lo que provocó un enojo fuerte por parte de Carlos)

Se dice que “ con ella (Felipe) conocerá la estabilidad emocional y un amor tranquilo, y encontrará la madre ideal para cuidar de sus pequeñas hijas.” (europapress.es)

 

Su tercer matrimonio con Isabel de Valois

La boda de Felipe II e Isabel de Valois en Guadalajara

La muerte de Maria I de Inglaterra en 1558, dejó el rey Felipe II otra vez viudo a los 31 años. También huérfano el mismo año tras la muerte de su padre el 21 de septiembre, Felipe que había triunfado para las armas en la batalla de San Quintín, firmó con Francia el tratado de Cateau-Cambrésis, poniendo entonces fin a la guerra que ambos países sostenían desde 1557.

Palacio del Infantado en Guadalajara

Otra consecuencia importante de este tratado fue el matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois, princesa francesa, hija  de Enrique II de Francia y Catalina de Médicis, de la dinastía Valois.

La boda tuvo lugar el 22 de junio de 1559 en París. La misa de velaciones se celebró el 2 de febrero en el Palacio del Infantado (Guadalajara) cuando se vieron por primera vez los esposos.

 

¿ Quien era Isabel de Valois?

Isabel de Valois

Nacida en Fontainebleau, Isabel de Valois era la hija del rey francés  Enrique II y de Catalina de Medici. Era prometida con  el rey de Inglaterra Enrique VI, pero al fallecer éste se decidió, según se había acordado en la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), que contrajese matrimonio con el rey español Felipe II. Se casaron en el año 1559 y del matrimonio nacieron dos hijas : Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela.

Enrique II de Francia y Catalina de Medici

 

LA VIDA CONYUGAL

 

Se dice que durante los primeros tiempos de matriomonio con Isabel de Valois , Felipe II mantenía una relación extramatrimonial con  Eufrasia de Guzmán, princesa de Ascoli. Fue una grave enfermeda de Isabel y también el hecho que sufrié un aborto que cambiaron las cosas : esas pruebas de la vidas unieron a la parejo e hicieron desistir a Felipe de su relación con la princesa de Ascoli. Las rumores dicen que a partir de entonces, Felipe II amó a su esposa como no había amado a ninguna de sus mujeres. Ella se reveló una esposa muy cariñosa y un apoyo importante para su marido.

En agosto de 1566 nació su primera hija : la princesa Isabel Clara Eugenia  y poco después ( en 1567) otra pequeña princesa Catalina Micaela, hizo de nuevo feliz a Felipe II y su esposa tan querida. Desgraciadamente, pocas semanas después del nacimiento de Catalina Micaela, la reina quedó de nuevo embarazada y luego muy enfermo. El 3 de octubre de 1568 , la reina dio a luz a una niña de cinco meses, que falleció a las pocas horas… Isabel murío también el mismo día.

 

Su segundo matrimonio con María I de Inglaterra.

A los 27 años y tras la muerte de su primer mujer María Manuela de Portugal, el príncipe Felipe se fijó en María I de Inglaterra, conocida como María I Tudor quien era también prima de su padre y entonces pariente suyo.

Retrato de la pareja : Maria I de Inglaterra y Felipe II

La ceremonia de la boda tuvo lugar en la Catedral de Winchester el 25 de julio de 1554.

Contratado por razones políticas , tampoco duró mucho tiempo este nuevo enlace : sólo 4 años después, murió la nueva reina sin haber tenido descendencia.

 

¿ Quien era María I de Inglaterra ?

María I de Inglaterra / María Tudor ( conocida como " La sangrienta " )

Única hija de Enrique VIII y su primera esposa Catalina de Aragón , María nació en el palacio de Greenwich el 18 de febrero de 1516.

Enrique VIII y Catalina de Aragón

 

Fue también la única descendiente de la pareja real, lo que fue una gran frustración para su padre Enrique VIII y fue al origen de la difícil juventud de María. El rey que había esperado durante 11 años un varón para garantizar su descendencia , decidió por fin pedir la cancelación de su matrimonio con su esposa Catalina. María sufrió mucho las consecuencias del divorcio de sus padres y fue declarada hija ilegítima. Del matrimonio siguiente de su padre con Ana Bolena, nació otra princesa : Isabel I. Más tarde, el Parlamento Inglés decidió apartarla de la sucesión a favor de Isabel.

Isabel I de Inglaterra

 Del tercer matrimonio de su padre con Juana Seymour, nació Eduardo VI, nuevo heredero a la corona.

Eduardo VI de Inglaterra

Durante este periodo encontró el alivio en el cariño de su madre y decidió mantenerse fiel a  la educación católica que le dió en una Inglaterra cada vez más cercana del protestantismo. Se convirtió en una defensora de la fe católica y se empeño desde luego en  restablecer el catolicismo.

A los 38 años (1553) subo por fin, al trono de Inglaterra, con el nombre de María I, convirtiéndose en un partido interesante para el heredero de la corona de España, Felipe.

Tras su matrimonio con Felipe, María emprendió una feroz represión contra todos aquellos contrarios a la reinstauración del catolicismo, realizando persecuciones de protestantes y condenando a la hoguera a 273 personas, lo que le valió el apodo de Bloody Mary : «la sangrienta María».

 

¿Cuáles fueron las circunstancias de este matrimonio?

En un primer tiempo prometida a Carlos V, su primo, María se encontró sin novio cuando, cambiando de idea, el emperador eligió finalmente a  Isabel de Portugal.

Más tarde, Felipe II viudo tras la muerte de María Manuela de Portugal, Carlos V tomó la decisión de casarlo de nuevo y con María de Inglaterra consiguiendo así el apoyo de Inglaterra contra los Países Bajos y también el aislamiento de Francia : el emperador deseaba, en efecto, unir bajo una misma corona Flandes, Borgoña e Inglaterra a fines de defender mejor sus posesiones de las ambiciones francesas.

En cuanto a María de Inglaterra se dice que poseía un retrato de Felipe pintado por Tiziano Vecellio, y que mirandolo, “experimentó un súbito enamoramiento propiciado por su edad madura y el desamparo afectivo que había manifestado en el pasado ” y entonces aceptó la proposición de boda. Ademas, su primo muy poderoso, joven y guapo representaba un buen partido y sobre todo un apoyo incontestable en su empeño a defender el trono de las ambiciones protestantes.

El 6 de enero de 1554, fue  en Londres donde se celebró la boda. El rey no era presente y fue el conde de Egmont, destacado aristócrata flamenco que le representó.

Se dice que ” durante la noche de bodas el noble se acostó en el lecho de la reina para públicamente cumplir con la tradicional costumbre pero estaba cubierto de la cabeza a los pies con su armadura ya que no tenía poderes para mayores intimidades. ”

Felipe vino a juntarse con su esposa en mayo de 1554. Nada más llegar recibió la máxima condecoración inglesa, la Orden de la Jarretera.

Fue sólo  el día de la ratificación nupcial y de la misa de velaciones, 25 de Julio en la Catedral de Winchester, cuando los recién casados pudieron verse por primera vez. Pasaron la luna de miel en el castillo de Windsor.

Catedral de Winchester

La vida conyugal

María se enamoró perdidamente de Felipe y realmente deseaba darle un hijo. Después de 3 meses, pensaba estar embarazada ya que no tenía menstruación, mostraba el vientre hinchado, sufría mareos… y se anunció el parto para el mes de abril de 1555. Pero el tiempo del embarazo sobrepasado, los médicos se rindieron ante la evidencia para atribuir el abultamiento del vientre de la reina a una hidropesía, vulgar retención de líquidos.

Bonner, el obispo fanático católico de Londres, atribuyó lo que había ocurrido a un castigo divino por no continuar la persecución de herejes. Desde luego, María ordenó quemar vivas en los tres meses siguientes a más de 50 herejes.

En cuanto a Felipe, no tenía ningún interés en este matrimonio, sólo se contentaba con obedecer a su padre y con cumplir su misión de engendrar un heredero. Con el tiempo que pasaba, Felipe se fue apartando cada vez más de aquella esposa que no amaba y que ademas no  procuraba darle un hijo. Siempre de viaje  para la corona, procuraba olvidar aquel matrimonio de pura conveniencia con jóvenes cortesanas.

Desesperada por la ausencia de su marido, por su deseo de dar a luz un hijo y por este amor no correspondido, María de Inglaterra iba cada vez más enferma. Esperaba  con ardor el regreso de su esposo escribiéndole cartas a diario que él contestaba con cartas frías y protocolarias.

En marzo de 1557, Felipe volvió a su lado pero sólo para pedirle hombres y dinero para la guerra contra Francia. Tras cuatro meses de estancia, y conseguida la ayuda inglesa, el rey regresó a Flandes. María le despidió entre besos, lagrimas y abrazos haciéndole prometer un pronto regreso. De aquella escena desgarradora nació una canción popular inglesa que dice: “Gentle Prince of Spain / Come, oh, come again…”.

Nunca regresó el rey. Lo que no hizo más que incrementar la desesperación de la reina que envió emisarios a Felipe pocas semanas después para anunciarse un nuevo embarazo. Felipe que no lo podía creer, envió al duque de Feria para verificarlo. Este desmintió el rumor y atribuyó esta mentira a la desesperación y enfermedad de la reina.

Su malestar siguió empeorándose hasta que Felipe, unas semanas antes de su muerte, envió a un sacerdote para asegurarse que la reina nombrara a su hermana Isabel como heredera ( Felipe pensaba en la posibilidad de casarse con ella ). María que pensaba que su marido llegaría detrás del sacerdote, se mejoró unos días. Pero, cuando se dio cuenta de que se había equivocado, la depresión empezó a afectar gravemente su salud que fue declinando hasta que falleció sin dejar sucesión en la madrugada del 17 de noviembre de 1558 en el Palacio de St. James. En su testamento solicitó ser enterrada al lado de su madre, pero su petición fue denegada, por lo que fue enterrada en la Abadía de Westminster.

 

Su primer matrimonio con María Manuela de Portugal

4 matrimonios marcaron la vida de Felipe II.

Su primer matrimonio con María Manuela de Portugal tuvo lugar el domingo 12 de mayo de 1543  en el palacio del embajador español don Luis Sarmiento de Mendoza , en AlmeirimEn aquel momento, ambos cónyuges tenían 16 años.

Felipe II y María Manuela de Portugal

La boda se celebró en Salamanca el 13 de noviembre de 1543, este matrimonio apenas duró dos años, ya que la princesa murió en el año 1545, cuatro días después de dar a luz su primer y único hijo, Carlos.

¿ Quien era María Manuela de Portugal ?


María Manuela de Portugal

Princesa de Asturias e infanta de Portugal perteneciente a la casa de Avís, nacida en la ciudad de Coimbra el 15 de octubre de 1527 y muerta en Valladolid el 12 de julio de 1545. Hija de Juan III rey de Portugal y de Catalina de Austria, hermana de Carlos I de España .

Catalina de Austria y Juan III de Portugal

 

¿Cuáles fueron las circunstancias de este matrimonio?

 

Deseando reforzar la alianza con Portugal  y así, hacer de su vecino un aliado seguro  en las guerras con el norte de Europa, Carlos V eligió como prometida para Felipe la princesa María Manuela de Portugal, hija de Juan III, Rey de Portugal .

Además de  las preferencias personales del príncipe Felipe ( que tenía ganas casarse con María ),  es de notar que el Rey Juan III había prometido dotar a su hija  con 300.000 ducados , ahora bien los gastos para la guerra con Francia habían sido tan importantes  que esta boda y la dota que suponía  fue considerada como interesante en aquel momento por Carlos V .

Después de negociaciones a propósito de la boda y de benificiarse de una dispensa papal necesaria por ser los prometidos primos dobles, se firmó en Lisboa, en 1542 el contrato matrimonial de Felipe y María.

Fueron don Juan Alonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia, y  don Juan Silíceo, obispo de Cartagena, acompañados de sus respectivos familiares, amigos y servidores (con lo que se formó una espectacular comitiva de gentes y animales) que fueron a recibir a la princesa a la frontera portuguesa a petición de Carlos V. Aceptaron los dos la invitación del Rey ya que querían servir al Emperador  para acercarse a él y también  por razones de honor y poder :  fue una manera para ellos demostrar la grandeza y riqueza de sus respectivas casas y familia.

Andando por los caminos de España  tan numerosos y  vestidos lujosamente, cada pueblo y ciudad los acogía lo mejor que podían y les hacían un gran recibimiento. A menudo  fueron acogidos con banquetes magníficos.

El 15 de octubre de 1543, a llegar  la princesa María Manuela a Elvas se iniciaron los preparativos para efectuar su entrega a los representantes del Emperador Carlos V y del príncipe Felipe.  Hubieron podido encontrarse los prometidos el sábado en vez del lunes siguiente, como lo habían propuesto los portugueses que  enviaron un correo al duque de Medina Sidonia y al obispo de Cartagena avisándoles que ellos ya estaban preparados para efectuar la entrega. Pero tras consultarlo entre ellos y meditarlo, decidieron esperar hasta el lunes para ir a recogerla temiendo estropear la entrega por la precipitación y cambio de día, y además de este modo, le daban a la ciudad tiempo para terminar el recibimiento.

A la hora de efectuarse la entrega surgieron problemas protocolarios entre el duque de Medina Sidonia y el arzobispo de Lisboa y Luis Sarmiento, embajador del Emperador, y  Gaspar Caravallo, embajador del Rey de Portugal en Castilla. Cada uno alegaba tener más derecho a ocupar el primer puesto ante la princesa, que otro. Tras mucho discutir, el duque de Medina Sidonia y el obispo de Cartagena decidieron ceder sus preeminencias y privilegios a favor de Luis Sarmiento y Gaspar Caravallo, para poder así concluir con el encargo del príncipe Felipe. Una vez solucionado este problema se efectúa la entrega de la princesa al duque de Braganza, la rienda de la mula de la princesa al duque de Medina Sidonia y éste la toma y se sitúa a la mano izquierda del duque de Braganza, y el obispo a la mano derecha. Tras esto, se firmaron, al duque de Braganza, los testimonios para refrendar que había cumplido las ordenes del Rey, Juan III de Portugal, y había efectuado bien la entrega, habiéndola recibido bien el duque de Medina Sidonia y el obispo de Cartagena. Tras esto, se efectuó el besamanos a la princesa por aquellos portugueses que se separaban ya de ella.

Llegando a Salamanca la recibieron a la puerta de la ciudad con música y danzas y hubo escaramuzas entre escuadrones de soldados. Salieron a acogerla miembros de la clerecía, de la Universidad y de las Escuelas Mayores.

Anécdota divertida: el príncipe Felipe acompañó a la princesa hasta Salamanca sin ser visto, y entró en la ciudad sin recibimiento por petición suya. El joven novio, curioso de saber cómo era su novia pidió que le enviasen unos retratos. Pero no contento con esto y con las descripciones que le mandó el embajador, don Luis Sarmiento por carta, don Felipe salió a escondidas con su cortejo a ver a la princesa. Según Manuel Fernández Álvarez, no sólo es curiosidad lo que mueve a nuestro príncipe a ir a ver a la princesa por el camino, sino que era también cuestión de protocolo, por eso se hizo acompañar para tener testigos de qué tenía  interés por su futura esposa. El día cuando tuvo  que encontrarse oficialmente con María, el príncipe se adelantó y perfectamente disfrazado se asomó a un balcón de la casa del doctor Olivares para ver una vez más a la infanta. Ésta lo supo, y al pasar por delante del precitado balcón, con cierta decorosa coquetería se cubrió el rostro con el abanico de ricas plumas que llevaba en la mano. Como los bufones tenían para todo libertad, el del conde de Benavente, llamado Periquito de Santervés, que era muy célebre entre los de su clase y acompañaba a la infanta para distraerla con sus gracias, comprendiendo lo que pasaba, apartó el abanico y descubrió plenamente el rostro de la infanta, acompañando la atrevida acción con muy oportunas palabras.

La misa de velaciones se celebró el 15 de noviembre 1543 recibiendo los novios la bendición del arzobispo de Toledo, Juan Pardo de Tavera. Ofició por la misa el cardenal-infante don Enrique, tío de la novia. Fue don Luis Sarmiento de Mendoza que figuró como apoderado del novio.

La vida conyugal

Después de la boda la joven pareja se trasladó  a Valladolid, donde Felipe dio muestras de su preocupación por la obesidad de su mujer. Felipe II recibió muchos consejos de su padre en  materia amorosa, queda constancia de esto en la correspondencia que mantenían padre e hijo.

También la madre de María intervino aconsejándola  y  advirtiéndola  sobre la obesidad que disgustaba a Felipe y sobre los celos: “Pon todos los sentidos en el propósito de no dar jamás a tu marido una impresión de celos, porque ello significaría el final de vuestra paz y contento”.

La vida conyugal de Felipe II con su primera mujer quedó bajo el control de Carlos I, su padre. El emperador había advertido a su hijo sobre el peligro de los excesos y le conmina a limitar y controlar su pasión amorosa. Los documentos nos hablan de camas separadas, de distanciamientos temporales y sólo entrevistas públicas de día. En Felipe fue creciendo la indiferencia hacia su esposa y empezó sus salidas nocturnas. Su desvío hacia la princesa fue la comidilla de la corte, y hasta tal punto, que el rumor llegó hasta Carlos V, que se creyó obligado a reprender por ello a su hijo.

Es de saber que  ambos prometidos fueron bajo la tutela y vigilancia de Juan de Zúñiga y de las duques de Gandía para que no se excediese en los relaciones íntimas una vez casados.  La meta era evitar excesos en las relaciones sexuales de la pareja, abusos que se creían habían causado la muerte al príncipe Juan, hijo mayor de los Reyes Católicos.

Esta boda no se consumó hasta el mes de noviembre del mismo año y solo fue después de un año de matrimonio, en los primeros días de septiembre de 1544 que estuvo embarazada la nueva reina. Así, en la medianoche del 8 de julio de 1545 nació, tras un complicado parto, el sucesor tanto deseado. A los cuatro días del alumbramiento falleció la princesa María Manuela, posiblemente debido a las temidas fiebres puerperales o una infección puerperal debido al laborioso parto y a la manipulación de las comadronas, en una época donde la falta de higiene podía llevar a estos trances. Apenas había cumplido María los 17 años . A los 18 años Felipe quedaba viudo y con un hijo legítimo llamado Carlos.

Sus restos fueron depositados en Granada, y en el año 1574 fueron trasladados al Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, donde permanecen en la actualidad.

La niñez y educación de Felipe II

Hasta los 7 años, dando las largas ausencias de su padre Carlos V siempre de viaje en asuntos de gobiernos por Italia, el Imperio y Flandes, fue su madre Doña Isabel de Portugal que se encargó de su educación.  El principito vivió pues su niñez en el entorno familiar de su madre y de su hermana María.

La portuguesa Leonor Mascarenhas fue nombrada su aya, sintiendo por ella gran afecto y confianza. .

Huérfano a los doce años tras la muerte de su madre en 1539, Felipe era un niño muy reservado :  “ se acostumbró a controlar sus emociones y extremar su cortesía mientras se preparaba a colaborar con su padre el emperador, que pronto dispuso de un príncipe tan inteligente como discreto.

Creció  desarrollando un amor cierto por la naturaleza y hasta que sea mayor,  durante los momentos más pesados de su vida fueron cazar o pescar sus distracciones más apreciadas. A este entusiasmo por la naturaleza  se añadió un apasionamiento por las ciencias y las artes: amaba la música, la literatura y la pintura.

Cuanto contaba 7 años su educación pasó a manos de maestros y preceptores elegidos por el propio Emperador y así  empezó un amplio programa de instrucción y educación, orientado en particular por el libro de Erasmo : La educación de un príncipe cristiano (1516).

La educación recibida por don Felipe fue pues amplia y variada, teniendo como objetivo el gobierno del Estado. Juan Martínez  Silíceo, sabio reputado fue designado  como tutor  del príncipe para el aprendizaje de la lectura y escritura en 1934. El año siguiente, Felipe tenía casa propia y fue  Juan de Zúñiga, consejo de confianza de su padre quien fue nombrado ayo del príncipe y que desempeño este papel con severidad.  A continuación,  Cristóbal Calvete de la Estrella, otro sabio reputado será también su profesor.

Y fue entonces bajo la dirección de sus diferentes maestros que Felipe desarrollo una inclinación profunda por la lectura que duró toda su vida. La música también  ocuparía un importante lugar en la formación siendo su maestro el compositor granadino Luis Narváez, enseñándole a tocar la vihuela. Felipe progresaba en su educación aunque algo despacio, interesándose más por la caza que por el estudio, completando con ambas actividades su tiempo lo que tranquiliza a Siliceo.

Sin embargo,  según  Henry Kamen ( historiador británico, autor de una serie de biografías de los reyes españoles ) aunque su educación fue bastante buena,  Felipe fue un alumno que tuvo dificultades :  “Como alumno, el Príncipe no era ni un modelo ni, mucho menos, sobresaliente. Su manejo del latín siempre fue regular, su estilo literario, en el mejor de los casos, mediocre, y su caligrafía siempre generalmente deficiente. Educado como un humanista, nunca llegó a serlo”.
Los relatos nos enteran de que especialmente  el dominio de las lenguas extranjeras modernas fue bastante descuidado y eso le perjudicó más tarde en el ejercicio de su función de Emperador en cuenta la dimensión y variedad de sus reinos  ( por ejemplo en 1555, en Bruselas, en el momento de leer el discurso que debía pronunciar en francés cuando recibió la soberanía de los Países Bajos ) .  Así, Felipe hablaba español y portugués y también latín para entenderse.  Leía un poco de italiano y francés pero no sabía hablar este idioma, tampoco lo dominaba el alemán.

Sin embargo, este contacto con los eruditos le proporcionará una gran pasión por los libros como se aprecia en la biblioteca de El Escorial donde reunirá la mejor colección bibliográfica de su tiempo, contando con los más variados temas, desde arquitectura a teología pasando por tratados militares, música o magia. La formación de Felipe no se hizo en solitario sino que al príncipe le acompañaban seis pajes nobles, entre los que destaca Luis de Requesens, objeto de las burlas de sus compañeros por su fuerte acento catalán. En esta pequeña corte, Felipe organizaba torneos y bailes, manifestando ya en la adolescencia la atención al baile, a las fiestas cortesanas y a los ejercicios de caballería que encontramos a lo largo de su vida.

Es de saber que ya desde muy joven fue preparado para ser rey, y el propio Carlos V le educó y preparó a la política y diplomática dejándole como regente durante sus ausencias en 1543 y 1551.

Serán famosas las cartas e instrucciones en las que el emperador, al tiempo que proporcionaba a su hijo normas de gobierno y consejos sobre asuntos de estado, le avisaba del carácter y los defectos de cada uno de sus asesores. “Es mejor discutir los asuntos con varios consejeros y no atarse a ninguno”, decía el experimentado Carlos, recomendación que Felipe seguirá durante toda su vida, ya que siempre tendrá en cuenta las opiniones de sus colaboradores, tomando la decisión final él mismo.

Felipe solo contaba doce años cuando pudo familiarse con los asuntos del Estado recibiendo la estrecha colaboración de un Consejo de Regencia, integrado por don Francisco de los Cobos, el cardenal Tavera y el duque de Albay  durante el tiempo que ocupó la Regencia, Felipe se muestra en bastantes ocasiones contrario a las decisiones de su padre, especialmente en asuntos fiscales cuyo objetivo era financiar las guerras del norte.

Con el paso de los meses el joven príncipe adquiere mayor experiencia en los asuntos de gobierno, compaginando el estudio con el gobierno de la nación.

Durante su juventud vivió 12 años fuera de España, estuvo en Suiza, Inglaterra, Flandes, Portugal, etc…Realizó en particular lo que se llamó “el felicissímo viaje”  por Italia , los Paises Bajos y Alemania en el que es presentado a toda Europa.

Por fin, fijó su residencia en Madrid y potenció el papel de esta ciudad como capital de sus reinos.Installa allí la Corte y los Consejos. Castilla se convierte pues en la cabeza de la Monarquía y Madrid en un lugar estratégico en el centro de la Peninsula.

El día de la abdicación  de su padre en Bruselas , se convierte en la persona más poderosa del planeta.

El bautizo de Felipe II y la leyenda de la ventana.

El bautizo de Felipe II

15 dias  después del nacimiento, el principe Felipe fue bautizado en el vallisoletano convento de San Pablo donde recibió el agua bautismal del arzobispo de Toledo, acompañado de los obispos de Palencia y Osma .

En cuanto a  sus padrinos, fueron elijidos el duque de Béjar, condestable de Castilla, y Leonor, hermana mayor de Carlos y reina de Francia.

 

La Iglesia de San Andrés en Madrid

Anécdota interesante: para ser bautizado, la tradición quería que el recién nacido  fuera bautizado en la zona que correspondiese a la iglesia más cercana, pues la Iglesia de San Andrés. Sin embargo , la familia real deseaba que Felipe fuese bautizado en la iglesia de San Pablo. La solución encontrada para arreglar el problema  fue bastante original  : decidieron romper una de las rejas y  sacar el niño por la ventana.

Asi que el miércoles 5 de junio de 1527, día elegido  por Carlos para el bautizo de Felipe , la comitiva bautismal salió del palacio de don Bernardino Pimentel por un pasadizo de madera elevado y ornado por ramaje, flores y frutas naturales , y caminó hasta la iglesia de San Pablo.

La música y  las aclamaciones de la muchedumbre acompañaron el cortejo formado por el Condestable de Castilla (que llevaba al príncipe en brazos ), el duque de Alba, el conde de Salinas, el conde de Haro, el marqués de Villafranca, y el marqués de Vélez.Detrás iba la reina de Francia : doña Leonor, el duque de Béjar, muchas damas y caballeros luciendo ricos vestidos y joyas.

Para la ocasión, la iglesia de San Pablo fue adornada con el mayor lujo y grandiosidad, ostentando preciosas colgaduras y multitud de luces, candelabros, arañas, flores y suntuosos estrados.

 

Tras el bautizo, hubo en Valladolid y Castilla  grandes fiestas con torneos, banquetes, corridas de toros fuegos artificiales, cucañas y bailes.

Actualmente la ventana sigue estando con una reja rota.

El nacimiento del nuevo heredero

En Valladolid el 21 de mayo de 1527 a las 4 de la tarde en el palacio de don Bernardino Pimentel , junto a la iglesia de San Pablo doña Isabel de Portugal dió a luz  a Felipe, primer hijo varón (primogénito) y futuro heredero del imperio de Carlos V.

El parto duró trece horas, durante las cuales Carlos permaneció junto a su mujer, quien  según algunas fuentes no gritó ya que consideraba que las reinas de España no debían manifestar dolor en esos momentos.

Tras el alumbramiento de Felipe , sus padres  organizaron numerosas fiestas .

Sin embargo, al enterarse de la mala noticia  del saqueo de Roma por las tropas imperiales, el  Emperador tuvo que vestir de luto y interrumpir las festividades.

Se dice del príncipe Felipe que era :

“tan delgado y frágil, con la piel tan blanca, los ojos de un azul tan claro y el pelo tan rubio que parecía albino, hijo de la Luna. Ninguno de los razonables temores sobre su salud se cumplieron y se convirtió en un joven de estatura mediana tirando a baja, talle esbelto, andar erguido, hablar pausado, sonrisa blanca, elegante y sencillo en su atuendo, cuidadosísimo de su higiene, con un talante amable, gentil, y un punto de lejanía melancólica.” (El Mundo, 20 de septiembre 1998)

Palaciode de Don Bernardino Pimentel e iglesia de San Pablo

¡Hola mundo!

Felipe II de España

 

Personaje histórico muy complejo, Felipe II de España fue y queda una de las figuras más enigmáticas de la historia española. La dicotomía entre las diferentes imágenes que fueron vinculadas del rey  más poderoso de su tiempo no resulta indiferente a nadie y siempre suscitó la controversia. Rey de todas las virtudes para unos, monstruo fanático y despótico para otros … quien era realmente Felipe II ? De qué tipo de personaje se trata en su vida privada ?

Es lo que procuro descubrir a lo largo de este blog !

Yo? Sarah, estudiante Erasmus francesa en la Universidad de Alicante , alumna en el curso de Historia Moderna de España  impartida por Don Antonio Carrasco Rodríguez, Doctor en Historia Moderna. Es en el contexto de un proyecto de Blog propuesto por nuestro profesor que llevo a cabo este pequeño trabajo de investigación.

Espero entonces que disfrutes de los elementos de contesta que encontrarás a lo largo de tu navegación  y que este trabajo te motivarás a conocer y preguntarte a propósito de este famoso rey de leyenda negra… pero no solo ;)